Nacida en 1963 a raíz de la unión de fuerzas de un grupo de agricultores de la comarca, la Cooperativa Los Monegros, de Sariñena, es la segunda empresa de este tipo más grande de Aragón, integrando a más de 600 socios y alcanzando una facturación que supera los 62 millones de euros.
N.López
NOTICIA
José Víctor Nogués, presidente de la entidad, recogió el premio de manos de Adolfo Aragüés, de Cooperativas Agroalimentarias Aragón.
Aránzazu Navarro.
Corría el año 1963 cuando un grupo de agricultores de Los Monegros unió sus fuerzas para poder comprar y vender de forma conjunta y así llegar a los mercados de aquel momento. Tras comenzar con el cereal, la llegada de los regadíos hizo que su actividad se ampliase a la comercialización del maíz y el arroz. Este fue el germen de la Cooperativa Los Monegros, la segunda empresa de este tipo más grande de Aragón, que cuenta con más de 600 socios, alcanza una facturación que supera los 62 millones de euros y es una referencia en la producción, transformación y comercialización de cereales y alfalfa.
"Solo podemos hacer un balance positivo. En tantos años ha habido épocas más duras, pero siempre hemos tenido la capacidad de salir adelante e ir creciendo , llegando hasta el punto en el que estamos hoy, con almacenes por varios pueblos de la comarca y actividades con las que diversificamos y que nos enriquecen, siendo capaces de dar un servicio integral a nuestros socios", explica José Miguel Ochoa, director gerente de la entidad.
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Las grandes inversiones que realizaron para el procesamiento del maíz, la reforma integral de su planta de fertilizantes o la construcción de su centro logístico, con capacidad para conservar hasta 35.000 toneladas de cereal, son algunos de los hitos destacados de la trayectoria de la entidad. "El modelo cooperativo ofrece al socio fortaleza, el volumen que es capaz de generar la cooperativa se posiciona mejor en el mercado y es más fuerte, obteniendo mejores resultados de comercialización. Además, el socio recibe de su cooperativa unos servicios que le ayudan a gestionar su explotación. La importancia de este modelo radica en la capacidad de fijar población en el medio rural, de tal manera que los beneficios revierten en el propio territorio. Se traduce en desarrollo rural y en pueblos vivos", indica Ochoa.
Asimismo, en los últimos años, la entidad ha impulsado un proyecto de producción de huevos camperos que evoluciona con fuerza y que cuenta con 47.500 gallinas en régimen campero y 12.000 en ecológico.
Distinciones de honor
Cooperativa de Aceites del Matarraña
"Nuestro reto es buscar cada día más el valor añadido de nuestros agricultores para mantener a la gente mayor que tenemos en la profesión y, a la vez, intentar que los jóvenes se sigan quedando para asegurar el futuro de la actividad y el relevo, ayudando así al tejido agrícola del territorio". Con estas palabras resume Joaquín Riba, gerente de la Cooperativa de Aceites del Matarraña, la razón de ser de una empresa que lleva 36 años trabajando por asegurar el cultivo y la elaboración de uno de los productos más característicos de la comarca.
Su origen se remonta a 1988, cuando nació tras la suma de fuerzas de un grupo de agricultores de la zona para recibir y clasificar por cada referencia las olivas recogidas de los alrededor de 215.000 olivos de variedad empeltre que se encontraban en el entorno. De esta unión resultó una superficie de olivar de aproximadamente 2.700 hectáreas que se trabaja anualmente para producir el aceite de gran calidad que se encuentra dentro de la Denominación de Origen del Bajo Aragón. "La unión de todos los agricultores sirve para que se marquen las pautas desde el sector y no desde fuera, de forma que la profesión está mejor valorada", apunta el responsable de una cooperativa que cuenta con un total de 350 socios.
Aunque la pasada campaña fue muy buena, Riba señala que la próxima será mala, lo que pone de manifiesto la necesidad de apostar por diversificar la producción , algo que ellos llevan a cabo con ejemplos como el aceite y las aceitunas ecológicos.
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Cooperativa Agraria San Miguel Arcángel
Cincuenta socios del municipio de Fuentes de Ebro crearon en 1962 la Sociedad Cooperativa Agraria San Miguel Arcángel, que desde entonces fue creciendo en cuanto a superficie, ámbito territorial, integrantes y campañas agrícolas. Dedicada al cereal y a la alfalfa, cuenta con 451 socios y su ámbito territorial abarca las poblaciones de Fuentes de Ebro, Rodén, Mediana de Aragón, El Burgo de Ebro y Osera.
"Supone una gran ilusión recibir un reconocimiento a tantos años de trabajo y persistencia en el sector, porque hay muchas otras cooperativas que no han sobrevivido. Nosotros seguimos aquí, con los agricultores del pueblo, muchas tierras han pasado de padres a hijos y las familias han seguido permaneciendo en la actividad, así que para nosotros es un orgullo formar parte de esto" , afirma Jorge Navallas, gerente de la entidad.
Su cultivo estrella es el trigo duro, seguido de la alfalfa, el maíz y la cebada. "Aportamos a la comarca una gran actividad económica, porque tenemos muchos socios, de los cuales entre un 15 y un 20% se dedican plenamente a la agricultura. Aunque suene a tópico, es cierto que la unión hace la fuerza, y poder aunar esfuerzos tanto en el pueblo como en la cooperativa nos permite acceder a un volumen mucho mayor y a más posibilidades de comercialización del producto", destaca Navallas, que también subraya como ventaja del modelo cooperativo el contacto entre la gente y las sinergias que se crean y que contribuyen al crecimiento de la actividad.
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