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¿Polluelos en el suelo? Qué hacer (y qué no) cuando nos encontramos un ave

15/04/2025
En: 20minutos.es
Digital
Abril marca el inicio de la temporada alta de aves migratorias en nuestras ciudades. Vencejos, aviones y golondrinas regresan desde África para criar, mientras que especies como el mirlo -una de las más precoces- ya han comenzado a criar incluso en medio de lluvias y temperaturas irregulares, como nos explica Luna del Puerto, presidenta de la asociación SOS Vencejos y graduada en Ciencias Ambientales. Pero con los primeros vuelos, también llegan los primeros sustos y es fácil encontrar polluelos en el suelo y no saber si debemos intervenir. ¿Están perdidos? ¿Heridos? ¿O simplemente aprendiendo a volar? En estos casos, actuar bien puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Primeros pasos: observar antes de actuar Lo primero, ante un polluelo en el suelo, es mantener la calma y observar, ya que no todos los polluelos en tierra necesitan ser rescatados. Según la portavoz de SOS Vencejos, "una buena opción es hacerles una foto y pedir ayuda a asociaciones especializadas, como la nuestra, a través de redes sociales . También se pueden usar aplicaciones como Google Lens para identificar el ave ". Una vez identificada la especie, hay que evaluar si el lugar donde se encuentra el animal es seguro: si hay tráfico, perros sueltos o riesgo de pisotones, lo recomendable es actuar con rapidez, pero siempre consultando con expertos. ¿Está herido o débil? Entonces sí, hay que intervenir Si el polluelo presenta heridas, sangrado, está inerte o débil, no hay duda: necesita ayuda inmediata. "Independientemente de la especie, si el pollo presenta síntomas de no encontrarse en buena condición de salud, podemos cogerlo con cuidado y meterlo dentro de una cajita, que podemos pedir en cualquier establecimiento cercano", indica Luna del Puerto. Una vez a salvo, se debe llamar al 112 . Según la comunidad autónoma y la especie en cuestión, se activará o no un protocolo. "En algunas comunidades, al llamar al 112 por una especie protegida, se activa un protocolo y los Agentes de Medio Ambiente o el servicio de recogida contratado van a recoger el ave a domicilio. En otras, aunque sea una especie protegida, no se ofrece este servicio", explica. Si la administración no da solución , asociaciones especializadas como SOS Vencejos pueden proporcionar asesoramiento o incluso hacerse cargo del ave si es posible. ¿Rescatar o no? Cada especie es un mundo Saber si un polluelo debe ser recogido o no depende completamente de la especie. "No es lo mismo encontrar un volantón de mirlo entre los arbustos de un parque que un vencejo. Cada especie tiene una biología distinta, por eso es fundamental identificarla", aclara. Los mirlos, por ejemplo, pasan una fase terrestre: aunque aún no vuelan, sus padres los siguen alimentando mientras exploran el entorno y aprenden sobre comida y peligros. En estos casos, recogerlos prematuramente puede comprometer su aprendizaje y supervivencia. Por el contrario, "otras especies, como los vencejos, se desarrollan completamente en el nido y dependen totalmente de sus padres hasta que pueden volar. Si un vencejo cae al suelo, no recibirá alimento ni cuidados , por lo que siempre necesita ser recogido". Cómo actuar (y qué no hacer jamás) Si identificamos que el ave debe ser recogida, hay normas básicas para su manipulación: Caja de cartón, nunca jaula, ya que los barrotes pueden dañar el plumaje. Fondo de papel absorbente para mantener al ave limpia. Fuente de calor si no tiene plumaje: "se puede colocar en la caja un calcetín relleno de arroz calentado en el microondas o una botella con agua caliente. Siempre evitando el contacto directo para no provocar quemaduras". Y sobre todo: no lanzarlos al aire. Nunca. "Es muy común que, al encontrar un vencejo en el suelo, la gente intente ayudarlo lanzándolo al aire para que vuele. Sin embargo, esto solo provoca que el animal caiga nuevamente, esta vez con más fuerza, lo que puede causarle lesiones internas irreversibles o incluso la muerte", nos alerta la experta. Otra advertencia fundamental: nada de alimentarlos ni darles agua por cuenta propia. "Darle de beber de forma incorrecta puede provocarle una neumonía por aspiración y, en consecuencia, la muerte". Además, cada especie tiene una dieta específica y una alimentación inadecuada puede ser letal. Luna del Puerto lanza otro mensaje importante: "Y, por supuesto, es importante recordar que las aves no toman leche". Cuidados temporales: poco contacto y mucho respeto Si debemos encargarnos temporalmente del ave, hay dos reglas de oro no negociables: cuidado puntual y cero humanización . "El contacto con el animal debe ser mínimo, limitado únicamente a su alimentación y la limpieza de su habitáculo. De este modo, evitaremos que desarrolle impronta y pueda ser reintroducido en su entorno natural correctamente", explica Luna. Más allá del rescate: prevenir desde la ciudad Evitar estas situaciones también pasa por una mejor convivencia urbana. La pérdida de lugares de anidación, especialmente tras reformas de edificios sin supervisión, obliga a muchas aves a anidar en espacios inadecuados, lo que aumenta el riesgo de caídas. "La falta de sitios adecuados lleva a que las aves aniden en lugares inapropiados y eso aumenta el riesgo de que los polluelos caigan, ya sea accidentalmente o de forma voluntaria en días de calor extremo debido al sobrecalentamiento del nido", señala. Pero más allá del compromiso ciudadano, la protección de los nidos de estas especies está respaldada por la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad , que establece que: "Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico. Esta prohibición incluye su retención y captura en vivo, la destrucción, daño, recolección y retención de sus nidos, de sus crías o de sus huevos, estos últimos aun estando vacíos". Esto significa que retirar o destruir un nido de vencejo, golondrina, avión o cualquier otra ave protegida, esté ocupado o no, es una infracción grave tanto a nivel nacional como europeo. Ni propietarios ni inquilinos están autorizados a eliminar estos nidos por cuenta propia y las sanciones por hacerlo pueden oscilar entre 5.001 y 200.000 euros , dependiendo de la gravedad del caso y la normativa autonómica aplicable. Por eso, la conservación de puntos de nidificación tradicionales y la instalación de cajas nido son acciones muy útiles para proteger a los vencejos y otras especies de aves urbanas.
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