La familia de Tony Montalbano lleva décadas cultivando hortalizas en el sureste de Inglaterra, sin que las recesiones, las crisis económicas o las épocas de alta inflación lo hayan interrumpido. Sin embargo este añ, el aumento del coste de la calefacción de sus invernaderos como consecuencia de la creciente crisis energética desatada por la guerra de Ucrania le ha obligado a plantearse abandonar su cultivo habitual de pepinos. "El precio se ha descontrolado, estí ¡ por las nubes. El gas se ha disparado y es algo para lo que no estaba preparado", lamenta Montalbano, de 40 añs, en relación a la facturas. La producción de este añ de su granja en el condado de Essex serí ¡ la mitad de la habitual debido a sus medidas para reducir los costes, aí±adió. En toda Europa, los agricultores y las empresas alimentarias estí ¡ n recortando la producción para hacer frente a la subida de los costes energéticos. Montalbano recordó que sus facturas son unas cinco veces mí ¡ s caras que la del añ pasado por estas fechas. La perspectiva de una escasez estacional de alimentos ha suscitado advertencias en el sector, que pide subvenciones, en un momento en que el presidente ruso Vladimir Putin ha cortado el gas en respuesta a las sanciones occidentales. Los cultivos que necesitan un sistema de calefacción intensivo en climas mí ¡ s fríos, como los pepinos, los tomates y las lechugas, son los mí ¡ s directamente afectados. Pero la crisis energética tiene un impacto mí ¡ s amplio en la cadena de suministro de alimentos en Europa: panaderos, productores de leche, de remolacha azucarera y aceitunas también tienen dificultades para pagar las facturas, ya que los costes aumentan mucho mí ¡ s rí ¡ pido que los precios que pueden obtener de los mayoristas. Pekka Pesonen, secretario general del Copa-Cogeca, el sindicato que representa a los agricultores de la UE, declaró esta semana que los efectos de las elevadas facturas habían sido mí ¡ s graves de lo esperado. El precio de los fertilizantes y los piensos se ha disparado, mientras que el aumento de los costes de refrigeración, calefacción y transporte ha llevado a los agricultores a reducir sus cultivos. La UE estudia planes para limitar el precio de la energía para las empresas y los hogares, pero también para obligar a reducir su uso, lo que podría afectar a los agricultores. Reino Unido ha presentado un plan de apoyo a las empresas, pero sólo se extenderí ¡ durante seis meses. Para muchos ya es demasiado tarde. Jimmy Russo, copropietario de Valley Grown Salads, con sede en Reino Unido, cree que "entre el 75% y el 80% de los productores de ensalada del Reino Unido no plantarí ¡ n el añ que viene, sencillamente porque no es rentable. Es justo decir que el sector ha sido abandonado a su suerte". El calor de este verano ha agravado el problema, y agricultores como Russo han sido incapaces de cultivar la mayor parte de su cosecha habitual. Los costes de la energía se han multiplicado por diez en comparación con el añ pasado, lamenta Torben Roll, su director de operaciones. En su opinión, "faltarí ¡ una gran cantidad de tomates" en la cadena de suministro del norte de Europa, y aí±adió que los productores de climas mí ¡ s cí ¡ lidos, como Espaí±a y Marruecos, podrían ser incapaces de hacer frente al aumento de la demanda. Algunos productores franceses de remolacha azucarera han tenido que adelantar su cosecha por temor a una posible escasez de gas en invierno. Tereos, el mayor productor de azúcar de Francia, ha anunciado que se adelantarí ¡ porque el proceso de transformar remolacha en azúcar requiere mucha energía. Aunque el aumento de los precios de la energía afecta mí ¡ s directamente al uso de invernaderos con calefacción en los climas mí ¡ s fríos, los agricultores de los climas mí ¡ s cí ¡ lidos siguen viéndose afectados por el aumento de los costes de los fertilizantes y las condiciones meteorológicas extremas. En Italia, los agricultores ya se enfrentaban a una severa sequía durante el verano, y aseguran que estí ¡ n operando con pérdidas, según un estudio realizado para el sindicato agrícola italiano Coldiretti por la empresa de aní ¡ lisis de datos Centro Studi Divulga. Por si fuera poco, algunos agricultores estí ¡ n optando por vender la electricidad que acordaron comprar a una tarifa fija, en lugar de utilizarla para la agricultura. "Conozco a agricultores que tienen un contrato a precio fijo durante dos añs... y han calculado que no tiene sentido utilizarla. Es una decisión comercial", explicó uno de ellos. De vuelta al sureste de Inglaterra, Montalbano explicó que algunos compaí±eros que estí ¡ n cerca a la edad de jubilación se estaban retirando. Sin embargo, a su edad, no le queda mí ¡ s remedio que seguir adelante y buscar cultivos que utilicen menos energía, como los pimientos. © The Financial Times Limited [2022]. Todos los derechos reservados. FT y Financial Times son marcas registradas de Financial Times Limited. Queda prohibida la redistribución, copia o modificación. EXPANSIí"N es el único responsable de esta traducción y Financial Times Limited no se hace responsable de la exactitud de la misma.