La recolección de la uva de esta cosecha se ha tenido que adelantar varios días en Orense por la última ola de calor que azotó Galicia Galicia clausura su segunda vendimia más abundante, con 64 millones de kilos de uva Vendimia de D. O. Ribeira Sacra eliseo trigo (efe) A pesar de todo, las estimaciones son esperanzadoras. Aunque la campaña de la vendimia, en muchos sitios, aún no ha arrancado y hasta que las bodegas no empiecen a contar los kilos de uva es imposible tener unas cifras de campaña, los consejos reguladores de las Denominaciones de Origen gallegas esperan que, por lo menos, las cosechas igualen las de los últimos años. Y eso a pesar de que, sobre todo en Orense, la ola de calor de la semana pasada haya condicionado la campaña: hoy ya son 30 bodegas las que han empezado a recolectar, cuando lo habitual es empezar entrado septiembre. Se quemaron las hojas de las vides y el calor extremo, aunque no debería de estropear la uva si se llega a recoger a tiempo, «no es ideal», explica el presidente del Consejo Regulador de la D. O. Ribero, Jorge Mazaira. En Orense, durante la ola de calor de agosto, el mercurio de los termómetros llegó a marcar más de 40º en varios días consecutivos: la uva maduró rápido, y la respuesta tenía que ser igual, con todas las dificultades logísticas que eso conlleva. Para empezar, la falta de mano de obra. Con unos sueldos de entre «50 y 60 euros» por jornada brutos, cuenta Mazaira, faltan manos dispuestas a recoger uva. En el litoral, lo mismo. Las bodegas de Rías Baixas se encuentran con un idéntico problema, si bien tienen margen todavía, pues la época de vendimia todavía no ha empezado. «Es la tónica generalizada de estos últimos años», asegura Agustín Lago, director de la D. O. Rías Baixas. Aunque no se aventura a concretar una remuneración a los trabajadores en esta zona, cree que «no es un tema de salarios. Simplemente que no se encuentran porque se trabaja a través de empresas de trabajo temporal» y la gente no «se anima» a trabajar en el campo. En las comarcas viticultoras de la zona, como podría ser O Salnés, es habitual que jóvenes -en edad de trabajar- de institutos o universidades dediquen las primeras semanas de septiembre -coincidiendo con el inicio del curso- a la recogida de uva. Pero cada vez son menos, lamenta Lago, y la falta de jóvenes deja coja la vendimia. En Orense, por ejemplo, dependen cada vez más de los empleados de fuera. Vienen «muchas cuadrillas de otras zonas de recogida», del sur de España, por ejemplo. Pero el hecho de tener que haber adelantado la recogida de uva también compromete la disponibilidad de esta mano de obra. Por ejemplo, «se nos puede llegar a juntar la vendimia con la recogida de tomate de Almería», advierte Mazaira. Buscan, además, echar mano de población inmigrante dispuesta a trabajar en la vendimia. «Es un problemón y hay que verlo muy seriamente», y propone «agilizar los papeleos» de trabajadores de, dice, por ejemplo, Marruecos. La otra cara de la moneda, no obstante, es que la vendimia prematura facilita que «los estudiantes, como mi hijo», sí se unan, pues aún no ha empezado el curso escolar. Otros años «llamabas a chavales y te decían que no podían porque empezaba la universidad». «Es un problema añadido a todo esto». Y, por último, la nivel legal un trabajo temporal como la campaña de la vendimia no es siempre compatible: «A la gente le complica más tener un segundo sueldo que el hecho de hacer unas horas más», lamenta el director de Rías Baixas. Buena cosecha No obstante, en ambas D. O. esperan muy buenas cosechas. Estiman recolectar 7,5 millones de kilos de Ribeiro y en la de Rías Baixas esperan elevar la cifra a los 46 millones. Aunque los números son delicados a estas alturas de la vendimia, las expectativas son buenas. Es más: a pesar del calor de agosto, el clima de este verano favoreció a la vid orensana. «La calidad de la uva es espectacular. El frío de julio ha sido grandioso» para la calidad final del vino. Y, este año, el mildiu ha sido benevolente. No ha habido grandes plagas, aunque las Rías Baixas es una zona propensa, y «la cosecha ha llegado bien. La temperatura y la primavera lluviosa» fue muy beneficiosa para esta Denominación de Origen, así que también esperan una uva de mucha calidad.