La suelta masiva de depredadores pone a raya al temido 'cotonet' de los cítricos
La Generalitat destina 10,2 millones en 2022 para luchar contra este insecto
Varios ejemplares de 'Crytpolaemus', un depredador de 'cotonet'. | LEVANTE-EMV
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Las campañas para combatir al temido 'cotonet' de los cítricos están empezando a surtir efectos tangibles. Las últimas prospecciones efectuadas por la conselleria de Agricultura para medir la evolución de la incidencia del denominado 'Delottococuss aberiae' revelan que las campañas para combatirlo están reduciendo su incidencia entre un 8 % y un 50 % en las comarcas más afectadas, según informaron a este diario fuentes de la Generalitat.
Así, en el Camp de Morvedre, el número de frutos deformados en las parcelas revisadas durante 2021 registró una media del 19,3%, mientras que en 2022 ese porcentaje ha sido del 9,8%, lo que implica una disminución porcentual de fruta dañada de casi el 50%. En la Plana Baixa, la fruta afectada por 'cotonet' se situó en el 11,2% el pasado año, mientras que en la actual campaña ese registro cae hasta el 7,9%, lo que supone un descenso del 29,5%. En la Plana Alta, los frutos que presentaban deformaciones suponían en 2021 el 13,3% de la cosecha de las parcelas inspeccionadas, mientras que este año representan el 12,3%, es decir, un 8% menos.
La presencia del 'cotonet' fue detectada por primera vez en la Comunitat Valenciana en 2009, en la zona del Camp de Morvedre, procedente de alguna importación de cítricos de Sudáfrica y desde entonces fue extendiéndose a otras comarcas.
En 2021, la conselleria de Agricultura destinó 4,7 millones de euros para financiar las medidas contra el 'cotonet', una cifra que este año ha aumentado hasta los 5,2 millones, a los que hay que sumar otros cinco de ayudas directas a los agricultores para compensarles por la daños del 'cotonet' en sus explotaciones. En total, 10,2 millones, lo que supone un incremento del 21,7% respecto a la campaña anterior.
La lucha contra la plaga se efectúa en dos frentes. En el de la lucha biológica se trabaja con dos enemigos naturales del 'cotonet': El parasitoide 'Anagyrus aberiae', que se buscó ex profeso en Sudáfrica y se importó para aclimatarlo y criarlo de manera masiva, y el depredador 'Cryptolaemus'.
Respecto al primero de ellos, se están realizando, al igual que en los años anteriores, sueltas masiva de ejemplares. Hasta finales de julio «se habían realizado más de 483 liberaciones en 309 puntos, situados en 109 municipios de 20 comarcas», según fuentes del Consell
Además de los insectarios propios con los que cuenta en Almassora y Moncada, la Generalitat ha desarrollado con entidades del sector, como las cooperativas y algunos ayuntamientos, toda una red de insectarios colaboradores, que suelen producir sobre todo 'Cryptolaemus'. Fruto de ese proceso, en 2021 se triplicó el número de insectarios colaboradores respecto a 2020 y en 2022 se ha aumentado un 18% esa colaboración hasta alcanzar el número de 47.
En cuanto al otro depredador, el voraz 'Cryptoleamus', el año pasado, a través de un contrato de emergencia, Agricultura adquirió casi dos millones de insectos adultos, que se liberaron en las zonas más afectadas. Concretamente, en unas 2.000 hectáreas distribuidas en más de 2.300 parcelas de 18 comarcas. Para la actual campaña, la conselleria ya ha contratado cuatro millones de ejemplares de este insecto, con lo cual se abarcará más del doble de la superficie que el pasado año. Las sueltas de 'Cryptolaemus' han comenzado hace pocos días.
Feromonas
Por su parte, las medidas de control biotécnico consisten en unas feromonas que atraen al macho a un dispositivo que es una trampa mortal. En 2021, Agricultura repartió 1,7 millones de dispositivos, que permitieron cubrir una superficie de 7.600 hectáreas, mientras que este año el reparto será superior a los 2,3 millones de trampas, que permitirán cubrir una superficie de casi 11.000 hectáreas, lo cual significa un aumento del 38% respecto al año precedente.
Estas acciones se complementan con los tratamientos fitosanitarios con los productos recomendados, como el acetaprimid, el sulfoxaflor, el spirotetramat o los aceites, así como con medidas de control en el manejo del cultivo como la eliminación de frutos dañados para que no sirvan de reservorio de la plaga, las barreras contra las hormigas que ayudan a extender la plaga o la aplicación de medidas higiénicas en parcelas, cajones de recolección, herramientas y almacenes.
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