La fórmula natural de la cerveza sostenible que seduce a los inversores
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Economía
La fórmula natural de la cerveza sostenible que seduce a los inversores
El 'abono tecnológico' de los cultivos hidropónicos de Ekonoke garantiza una producción de lúpulo estable y de bajo impacto ecológico
Ekonoke acaba de cerrar una ronda de inversión de 4,2 millones de euros liderada por Cosecha de Galicia Carmen Prieto Remón
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Olas de calor, sequías extremas y oscilaciones de temperatura imprevisibles son situaciones cada vez más frecuentes que afectan a la producción de un buen número de cultivos , tanto en términos de cantidad como de calidad. Conscientes del problema, la consultora Inés Sagrario y la ingeniera agrónoma Ana Sáez emprendieron hace cinco años un proyecto de agricultura vertical en invernadero de lechugas y aromáticas -que transportaban vivas hasta el punto de consumo-, usando la técnica de la hidroponía , que consiste en sustituir la tierra por disoluciones minerales.
La idea inicial evolucionó cuando conocieron a Javier Ramiro y Antonio Rojas , fundadores de una empresa basada en el cultivo en entorno 100% controlado de 'microgreens' (plantas en su primeras fases de crecimiento). En 2019, ambas iniciativas se fusionaron, ya bajo el actual nombre de Ekonoke , abandonando el invernadero para pasarse a una nave industrial que acondicionaron para su actividad. Ese fue solo el primer paso. El equipo de la startup investigó sobre los cultivos que estaban en alto riesgo climático y llegó a la conclusión de que el lúpulo atravesaba una situación crítica , por lo que concentraron en él todos sus esfuerzos.
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«Era una de las plantas que más complicadas estaba teniendo las cosechas, con reducciones en la productividad por hectárea de hasta un 30% y hasta un 60% en su calidad . A la Corporación Hijos de Rivera, fabricante de Estrella Galicia, le interesó el proyecto, planteamos una colaboración y a los seis meses aparcamos el cultivo de hortalizas de hoja, aromáticas y 'microgreens' para centrarnos por completo en el lúpulo», cuenta Inés Sagrario, CEO y cofundadora de la startup, que acaba de cerrar una ronda de inversión de 4,2 millones de euros liderada por Cosecha de Galicia , el motor de innovación agrícola de la Corporación Hijos de Rivera. Como destaca la consejera delegada, cuatro de los cinco 'business angels' que apostaron por el equipo en su anterior ronda en 2020 han vuelto a invertir en esta ocasión, en la que se han unido además el fondo alemán Leanox Impact Ventures y Alazady España , family office del empresario José María Castellano.
La gran ventaja que aporta la empresa a las cerveceras es que, al trabajar en un entorno controlado, eliminan la dependencia de las condiciones meteorológicas -el lúpulo necesita agua abundante, horas largas de luz en verano y temperaturas moderadas-, por lo que son capaces de asegurar la producción todo el año con parámetros de calidad.
La startup que planta cara a la emergencia climática El lúpulo aporta a la cerveza su inconfundible amargor y aroma, pero se enfrenta a la amenaza climática y a una excesiva concentración en pocas regiones. Ekonoke garantiza su producción en entornos 100% controlados. Arriba, Inés Sagrario con una botella de La Tita Rivera Carmen Prieto Remón
«Jugamos con la fertirrigación, la fórmula lumínica, la temperatura, la humedad, la recirculación de aire y el nivel de CO2 en la sala. La combinación de estos factores requiere un proceso de investigación riguroso que nos permite producir cantidades equivalentes a las que se logran en campo en un buen año por planta y con mayor calidad », explica Sagrario. En sus procesos, prescinden de pesticidas, herbicidas y fungicidas, utilizan energías renovables y tienen una huella hídrica 20 veces menor gracias a su sistema de riego recirculante.
La firma cuenta con dos naves en la Comunidad de Madrid, situadas en Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, de las que sale el lúpulo empleado por el grupo cervecero gallego para elaborar su IPA lanzada bajo el proyecto Respect ! de La Tita Rivera , disponible en los locales de la marca en Coruña, Madrid y Vigo. El siguiente reto es construir una planta piloto de 1.000 m2 en Galicia antes de escalar a nivel comercial con unas instalaciones de 10.000 m2 a comienzos de 2024 en la misma región , de la mano de su socio estratégico. Después, acometerán la internacionalización. También trabajan con inteligencia artificial para anticipar problemas en el cultivo y corregirlos antes de que sea tarde, aprovechando la alta sensorización de sus instalaciones.
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El potencial mercado de Ekonoke va más allá de la cerveza. «Las propiedades de los aceites esenciales del lúpulo posibilitarían su uso en alimentos funcionales, cosméticos y aplicaciones médicas . Hasta ahora se ha empleado de forma anecdótica por la restricción de la oferta, pero esperamos desbloquearla gracias a nuestra tecnología y nuestra ciencia», dice la CEO de la empresa, que emplea a once personas de perfiles tan variados como agrónomos, químicos o biotecnólogos.
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