Pilar Mazo| Logroño (EFE).- La Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja ultima una vendimia «histórica» por su menor producción y que, pese a su gran calidad, ha estado marcada por un año de inclemencias meteorológicas, junto a una vendimia en verde que, en algunos casos, han dejado a agricultores en una situación en la que, en algunos casos, no han llegado a los 3.000 kilos de uva por hectárea recogidos. Así lo han detallado este miércoles a EFE las organizaciones profesionales agrarias UAGR y Arag-Asaja, después de que el Consejo Regulador de la DOCa Rioja, a la que pertenecen las comunidades riojana, vasca y navarra, comunicara este martes a sus inscritos el cierre oficial con 210,4 millones de kilos de uva, de los que 177,1 son de tinta y 33,2, de blanca. Ello no significa, han confirmado a EFE en este organismo, que ya haya terminado la vendimia porque aún quedan algunos viñedos sin vendimiar y los datos definitivos no se tendrán hasta finales de octubre. 210 millones de kilos recogidos La vendimia de Rioja del año pasado alcanzó 276,4 millones de kilos de uva recogidos, de los que 275,1 fueron amparados. Tal como se recoge en el apartado 9 de las Normas de Campaña de Vendimia, han precisado en el Consejo, los viñedos sin vendimiar se deberán comunicar al Consejo Regulador antes de cortar la uva, aportar los datos del titular de la tarjeta y la localidad de los viñedos, entre otros datos. Asimismo, desde la fecha de cierre inclusive, las uvas que se elaboren fuera de la localidad deberán ser pesadas en origen y destino en presencia, en ambos casos, de un vigilante de vendimia del Consejo Regulador. El viticultor riojano Manuel Martínez Corta realiza tareas de cosecha en verde en la campaña de 2025. EFE/ Raquel Manzanares Situación dramática para el viticultor Para los agricultores, la presente campaña será recordada como una de las de mayores pérdidas económicas para los viticultores riojanos, han señalado a EFE en ambas organizaciones agrarias. Se trata de una situación provocada por la suma de varios factores, como la cosecha en verde junto con una baja fertilidad, los efectos nocivos del mildiu y el pedrisco en muchas zonas de Rioja, que han propiciado una reducción de rendimientos muy importante, de hasta un 50 por ciento en algunas zonas, han añadido. A ello, han indicado, se suman unos precios por debajo de los costes de producción que pagan la mayoría de las bodegas. Según ha explicado a EFE el responsable vitivinícola de la UAGR, Roberto Salinas, "antaño, una cosecha corta era sinónimo de buenos precios para los viticultores, pero ahora, ni siquiera habiéndose recuperado el tan ansiado equilibrio entre ventas y existencias, la mayoría de las bodegas no recompensan digna y justamente nuestro trabajo». De los dientes de sierra a una línea descendente «Antes hablábamos de los dientes de sierra para explicar cómo se comportaban los precios, ahora solo vemos una línea descendente en lo que a nuestra rentabilidad se refiere", ha asegurado. Para él, la situación es ya dramática: "hay compañeros que no han llegado a recoger ni 3. 000 kilos por hectárea». Así, «los viticultores profesionales son los que más vamos a sufrir, ya veremos los que quedamos dentro de poco. Y no hablemos de quienes llevamos viñas a renta, eso ya directamente son pérdidas", ha precisado. Imagen de uno de los viñedos afectados por la tormenta de piedra registrada el 12 de junio de 2025, situada en el municipio riojano de Medrano y que fue visitada por el director general de Agroseguro, Sergio de Andrés. EFE/Raquel Manzanares Vendimia de la vergüenza En la misma línea se ha pronunciado Arag-Asaja, que ha incidido en la gran calidad de la cosecha, ya que los viticultores han hecho «verdaderos esfuerzos por mantenerla en sus explotaciones frente a las adversidades mencionadas anteriormente». Pero esto no les ha salido gratis, sino que les ha supuesto un sobresfuerzo económico debido a la aplicación de tratamientos fitosanitarios, cuyo coste se ha elevado en los últimos meses, ha añadido. Sin embargo, ha recalcado que «ese esfuerzo no se ha visto recompensado con los precios que un número importante de bodegas ha ofrecido por sus cosechas» y, «lejos de pagar por las uvas el precio que estas merecen, muchas ofertas han sido ruinosas». Algunos apuestan por el arranque «Todo ello propicia que lo que los viticultores vayan a recibir esté muy por debajo del umbral de la rentabilidad, algo que va a motivar el abandono de muchas explotaciones», ha recalcado. También ha denunciado que esta es «la vendimia de la vergüenza» y ha urgido el arranque voluntario y bonificado de viñedo para dar una salida «digna» a viticultores que quieren abandonar su explotación y garantizar el presente y el futuro de Rioja como una marca de excelencia.