La cooperativa de Algemesí reclama políticas agrarias autonómicas que garanticen el futuro del sector
Promover la agrupación de cultivos es una de las medidas que se considera primordial
Varios árboles soterrados bajo centenares de cañas en Algemesí tras la inundación. / Agustí Perales Iborra
Rubén Sebastián
Alzira 18 DIC 2024 7:01
El escenario que deja la dana entre los agricultores invita a que cunda el pesimismo. Una de las cooperativas más importantes de la Ribera, la Copal ( Algemesí ), ya prevé que la tendencia de abandono de tierras de cultivo se agrave durante los próximos meses al no poder asumir los productores los costes de recobrar la productividad de sus tierras .
El 75 % de los agricultores de la Ribera sobrepasan los 55 años
Por el momento, son meras conjeturas. Aunque bien fundadas. El contexto previo al día 29 de octubre ya marcaba un futuro cada vez más incierto. Son tantos los factores que han contribuido a la crisis del sector que resulta imposible enumerarlos todos. Por un lado, se encuentra el envejecimiento de quienes se dedican a cultivar la tierra. Como ya publicó en su momento Levante-EMV , la edad media de los agricultores de la Comunitat Valenciana era la más elevada de España en el año 2022 con 64,4 años, mientras que la comarca superaba, incluso, dicho valor, al alcanzar los 65,5 . En aquel momento, según un estudio pormenorizado realizado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), se estimaba que tres cuartas partes de los agricultores excedía los 55 años, mientras que la mitad del total ya había cumplido los 65. Datos que evidencian la falta de relevo generacional y que explican, en parte, el progresivo abandono de tierras.
A ello hay que añadir la cada vez más dificultosa labor de frenar las crecientes plagas que tantos daños generan en la fruta o el incremento de los costes energéticos y de otros gastos que, como suele ser habitual, nunca va en concordancia con los precios que reciben los agricultores por su producción. Además de las constantes denuncias del sector ante la competencia desleal que supone la importación a Europa desde países que no cumplen con las mismas normas fitosanitarias y laborales que sí se aplican en España.
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«Escenario pesimista»
A una ya de por sí complicada coyuntura se añade, ahora, el efecto de la dana, que ha generado daños en infraestructuras de riego, en las cosechas de este año y en parcelas y el arbolado. «El escenario que se nos presenta es, ciertamente, muy pesimista. Tememos que cada vez sean más los agricultores que abandonen sus tierras », comenta al respecto el presidente de la Copal, Vicente Bomboí.
Un campo de Algemesí, varios días después de la inundación. / Agustí Perales Iborra
La cooperativa, que ha cifrado en más de un 85 % la merma en la producción del caqui tras la inundación, ya prepara planes que buscan garantizar el futuro del sector, aunque el contexto no ayuda. « Estamos en zona cero de la dana y acabando la peor campaña en 25 años . Con tantos daños y pérdidas, es lógico pensar que en los próximos meses se multipliquen las parcelas abandonadas porque el rendimiento es vital para que los agricultores continúen su labor, algo difícil de pensar en esta situación», reflexiona Bomboí.
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El dirigente de la cooperativa de Algemesí reclama, igualmente, políticas autonómicas que permitan revertir la nefasta situación que atraviesa el sector. «Nosotros ya trabajamos en desarrollar estrategias de futuro , pero necesitamos la ayuda de la Conselleria de Agricultura . Hay que promover la agrupación de tierras y otras muchas medidas que se deben enmarcar en un plan global que garantice la viabilidad del campo», concluye.
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