Los precios de los alimentos, en origen, se dispararon en 2022. Los motivos están más que claros: el aumento de los costes de la energía, los fertilizantes o los piensos; junto a las campañas cortas, por la situación climática... La subida de precios fue generalizada el año pasado, pero por encima de todos los alimentos destaca el caso de la cebolla, que es el producto que más se encareció, tras aumentar su cotización un 238% . La naranja (+101%), los huevos (+85%), la patata (+84%), el limón (+83%), las judías verdes (+82%), las balas de alfalfa (+76%), el aceite de oliva (+63%), la zanahoria (+60%), la carne de cerdo (+59%) y la leche cruda de vaca (+57%) amplían esta lista de alimentos., según datos del Ministerio de Agricultura, pero lejos, muy lejos, de los incrementos registrados por nuestra protagonista de hoy, la cebolla. La crisis de la cebolla se debe a muchos frentes. Por un lado, están las consecuencias de la invasión de Ucrania , que han disparado los costes de la energía o los fertilizantes , que ya venían al alza. Por otro lado, la situación meteorológica, sobre todo las heladas y la sequía extrema han lastrado la producción, o la han hecho inservible. En algunos casos, porque ha evitado que tuvieran suficiente tamaño para su comercialización óptima ; en otros, no tenían suficiente calidad para su almacenamiento prolongado, por lo que tuvieron que venderse antes de lo previsto. Menos superficie de cultivo Pero también se suma la reducción de la superficie plantada, la mitad que en otras campañas, tras las bajas cotizaciones registradas en años anteriores . Muchos agricultores llevan años, por ejemplo, apostando por las patatas. Por si fuera poco, también es víctima de la situación en el resto de Europa, donde tampoco hay mucha cebolla . Con esta suma de condicionantes, que los expertos prevén que se prolongará al menos hasta marzo, es posible que las existencias se agoten casi por completo. La industria dependerá de la comercialización procedente de países del hemisferio sur , que será imprescindible para hacer frente a la demanda. El alto precio registrado no ha beneficiado a los agricultores, según denuncian desde Asaja, en declaraciones recogidas por EFE . Así, indican que el incremento de costes no se ha podido transferir completamente al siguiente eslabón de la cadena alimentaria, lo que se traduce en una reducción de los márgenes, y lo que ha hecho que los agricultores no hayan podido beneficiarse. Se hubieran favorecido de estos precios, dicen, si los volúmenes de producción fuesen los normales. Pero en estas circunstancias, les ha dado para salvarse. Relacionados Cuando el precio del kilo de cebollas supera el sueldo diario: la desorbitada inflación de Filipinas Cómo se hace la mejor tortilla de patatas de España: con y sin cebolla Cristóbal Muñoz, Ambivium: El sabor de nuestra cocina es el del pimentón, la cebolla tostada o el humo de las brasas