27/12/2019 - 14:34
Buen conocedor del mundo rural por su amplia trayectoria como presidente de Diputación, Jesús Julio Carnero asume la Consejería de Agricultura de Castilla y León con el reto de incorporar 3.500 jóvenes al campo.
Hace unos días se celebró la Cumbre del Clima y el sector agrario cree que ha sido demonizado o, al menos, maltratado. ¿Coincide con en esa visión?
Más que esa terminología yo hablaría de que el sector agrario en su trabajo diario contamina pero también descontamina. La agricultura y la ganadería nada tienen que ver con el problema del cambio climático, en todo caso, pueden aportar mucho en su mitigación. En el último Consejo Consultivo yo pedí una declaración conjunta de todas las CCAA y del Ministerio para poner en valor la actividad agraria y su contribución a la sostenibilidad.
Los recortes de la PAC parecen inevitables. ¿Ve posible todavía mantener el presupuesto?
En ese mismo Consejo Consultivo y en relación a las posibles disminuciones, planteábamos al Ministerio que para evitarlo hay una fórmula y es una mayor contribución de los Estados al Presupuesto comunitario. Una regla de oro asumida no solo por el Gobierno regional sino por organizaciones agrarias, cooperativas y grupos políticos es el mantenimiento de la financiación de la PAC en Castilla y León. Es algo esencial y fundamental porque además necesitamos una Europa fuerte y a ella debemos contribuir desde las políticas identitarias y una de ellas es la agraria.
¿Se está defendiento bien esa posición por parte del Gobierno?
El problema del Gobierno es que está en funciones y eso está afectando a todos los ámbitos porque no se está con toda la capacidad de acción puesta de manera estratégica y planificada. Por otro lado hay que decir que el problema no es el Ministerio, con el mantenemos un buen diálogo. La Comisión Europea quiere que el 40% de la nueva PAC sea para medidas medioambientales. ¿Lo considera excesivo?
Todo indica que se puede llegar a ese porcentaje, pero nosotros no lo queremos. Los ecoesquemas tienen que estar, pero las ayudas directas tienen ya una componente medioambiental que tiene que estar cuantificado y reflejarse a la hora de establecer la contribución medioambiental para evitar esos porcentajes. Por poner un ejemplo, la contribución de secano a regadío, que implica una reducción de agua, también se tiene que cuantificar.
"Debemos prepararnos porque los aranceles de Trump no son algo puntual"
Uno de los asuntos más polémicos es el de la figura del agricultor activo. ¿Qué posición defiende Castilla y León?
Hay que subrayar que aquí tenemos una posición común, en la que no está solo el Gobierno regional sino también los grupos políticos y las Opas para que las ayudas vayan a los agricultores que realmente están en la actividad. Y además que su principal fuente de ingresos no derive directamente de la PAC. Esa una doble condición. Falta por definir el porcentaje, pero la idea de cómo queremos que sea, la tenemos.
Apenas llegado al cargo ¿ha elevado el objetivo de incorporación de jóvenes y mujeres al campo. ¿No es muy optimista?
No es un problema de optimismo sino una necesidad porque estamos hablando de futuro y sólo puede haberlo si se produce un rejuvenecimiento del sector, por lo que planteamos la incorporación de 3.500 jóvenes. Para ello vamos a construir un plan con todos los actores implicados que nos permita poner una a una todas las medidas necesarias para hacer atractiva la actividad agraria. Tanto ayudas, como formativas o de innovación. En segundo lugar, incidiendo en distintos ámbitos. Queremos más jóvenes en cooperativas. A través del Plan Estratégico queremos ver cómo podemos implementar la incorporación. También cambiando la imagen del sector, que no es la adecuada. Tenemos que hablar de las bondades con una política adecuada para comunicar la importancia de la agricultura también en los colegios, en los institutos, e incidiendo en las escuelas de formación agrarias para que los alumnos actúen como correas de transmisión. Éste es un sector muy importante del que dependemos los seres humanos a diario, es estratégico ante una situación de escasez alimentaria y además nos conecta con la esencia de lo que somos. Y necesitamos a las mujeres en los pueblos porque son un factor importantísimo para fijar población y queremos que se incorpore a la actividad agraria un 30 por ciento más.
Uno de los grandes retos del mundo rural es el de la despoblación. ¿Qué papel tiene que jugar la agricultura y la agroalimentación?
Es esencial, es la columna vertebral en la lucha contra la despoblación. Castilla y León es mundo rural pero éste es esencialmente agrario y agroalimentaria. Aquí hay un modelo de éxito que es en el que debemos de transitar. Y es el que nos habla de una industria agroalimentaria puntera en España desde Castilla y León, la tercera en importancia del país. Y lo es por dos motivos. Una por la procedencia, el territorio, la identificación de los productos con Castilla y León y en segundo lugar, por la calidad. Todo lo incidamos en esa calidad es lo que nos va a fortalecer en ese triple ámbito: agricultura, ganadería e industria agroalimentaria. Y eso es lo que contribuye a un mayor desarrollo rural.
La digitalización marca el futuro del campo. ¿Qué medidas tiene previstas para generalizarla en una Comunidad con grandes zonas de sombra?
La Junta está trabajando en este ámbito. Si queremos ganar el futuro debemos tener una adecuada cobertura de telecomunicaciones y de todos los elementos que permitan utilizar las nuevas tecnologías con las mismas oportunidades. Desde la Consejería de Fomento se está trabajando en un plan para extender la banda ancha a toda la Comunidad. La digitalización va a ser primordial porque además tiene importantes conexiones con la investigación, la innovación...Pero es algo que ya se está produciendo como en la modernización de regadíos, o la utilización de la geotecnología para simplificar la PAC, donde somos pioneros en Europa. La base es la infraestructura y a partir de ahí estoy seguro de que podamos crecer.
La atomización sigue siendo un lastre del cooperativismo. ¿Deben las grandes cooperativas ser más proactivas en las fusiones?
Las cooperativas, aglutinadas en torno a Urcacyl, tienen claro que cuanto más músculo tienen más fuertes van a tener mayor capacidad de influir y de prestar servicios a sus socios. No creo que sea un problema sólo de las mayores ni una voluntad única de las mayores sino que es una necesidad de todas y en el plan estratégico está plasmado. Queremos incrementar un 150 por ciento las fusiones. Lo importante es que nos integremos, trabajemos en contenidos específicos para que acabe redundando en el socio, que no es otro que el agricultor o ganadero. El sector lo tiene muy interiorizado.
La remolacha vive años convulsos. ¿Le preocupa su futuro?
No me preocupa pero sí nos tiene que tener ocupados porque es estratégico en Castilla y León. Tenemos una buena interlocución tanto con Acor como con Azucarera, y hay que seguir apostando por el sector, que tiene una doble importancia, la del azúcar y la de la transformación, es decir la del agricultor y la de la industria agroalimentaria. En la nueva PAC estamos hablando también de apoyar un sector que es vulnerable y necesitamos el mismo nivel de financiación, del 15 por ciento, que hemos tenido hasta ahora.
¿Son viables cuatro molturadores?
Por ahora los datos demuestran que sí. Cada una está localizada en una zona (Miranda de Ebro, La Bañeza, Olmedo y Toro) en la que son fuente de riqueza. En esta campaña, que desde el punto de vista de los rendimientos, ha sido muy buena, se demuestra que el trabajo que realizan es necesario.
¿Está impulsando la posible colaboración para molturar la remolacha en la fábrica más cercana a las zonas de producciones?
Ésa es una acción en la que no solo está involucrada la Consejería sino las dos empresas. La relación entre ambas cada día es mejor. Es algo de sentido común y a las propias afectadas lo creen también. Estoy seguro de que ése es un camino se va a transitar.
¿El Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) se va a cerrar?
El Itacyl cumple una función esencial, fundamental y evidente desde el punto de vista de la investigación, de la utilización de las nuevas tecnologías, de la promoción de nuestra industria y nuestros alimentos y en este momento está sujeto a un análisis por parte de las Cortes de Castilla y León que hay que respetar y por tanto esperar a las conclusiones. Pero todos somos conscientes de la importancia de conseguir una agricultura de futuro para Castilla y León y en ello está implicado el Itacyl sobremanera.
Las denominadas macrogranjas han movilizado a algunos sectores ecologistas y agrarios. ¿Qué posición tiene ?
Las granjas grandes generan actividad económica y en tanto que no contradigan el ordenamiento jurídico no tengo más que decir. Cualquier instalación ganadera que quiera establecerse tiene cumplir unos estándares, unos compromisos y preceptos desde el punto de vista de sostenibilidad medioambiental. Si lo hace, nosotros como administración, estamos obligado a autorizar esa actividad, que además redunda desde un punto de vista económico y social en la zona donde se implanta. Noviercas está en una fase inicial de comprobación del cumplimiento de esa regulación y si lo hace dará lugar a su establecimiento y si no tendrá aplicar medidas correctoras.
Ha prometido modernizar 30.000 hectáreas de regadío pero en Castilla y León hay todavía 116.000 que todavía se riegan "a manta"...
Es evidente que hay que seguir avanzando. La transformación de secano en regadío tiene efectos importantísimos desde un punto de vista económico, social y medioambiental. Pero la modernización también los tiene. De utilizar un sistema a otro podemos hablar de un ahorro de un 20-25 por ciento de agua; la producción de las explotaciones se elevan en torno a un 30 por ciento, y además hay una mayor incorporación de jóvenes y una densidad de población que se multiplica por tres. Las necesidades son muchas y el presupuesto es el que espero nuestro compromiso es llegar a esas 30.000 hectáreas.
Hace unas semanas entraron en vigor los aranceles en Estados Unidos. ¿Está ya el sector notando sus efectos?
La percepción, por ejemplo en un ámbito fundamental como es el del vino, es el de preocupación porque estamos en un rango de exportaciones a Estados Unidos muy importante. Creo, por desgracia, que esto no es algo puntual, sino que vamos a entrar en una dinámica en la que nos vamos a encontrar más veces con esta situación. Va a pasar con el Brexit lo mismo. No podemos poner los huevos en la misma cesta, sino que hay abrir más mercados y estamos trabajando en cómo abrir el abanico. En 2007, la crisis nos obligó a exportar. Ahora tenemos todos interiorizado que hay que vender fuera pero hay que dar un paso más y no creer que tenemos asegurada la exportación por estar en algunos mercados que quizá ya no son tan seguros. Abramos por tanto mercado y establezcamos nuevos modelos de promoción, algo también muy importante, y podremos estar en el mundo compitiendo en un proceso que a mí se me antoja en el futuro de inestabilidad. Tenemos que acostumbrarnos y dotarnos de las armas para competir en ese ámbito.
Uno de los problemas es la fauna salvaje, entre ellos el lobo. ¿Se pueden conciliar la actividad ganadera y el medio ambiente?
No solo es posible sino que inevitablemente tenemos que tender a ello. Tenemos que proteger la Naturaleza pero también saber que la agricultura y la ganadería son estratégicos. Es la principal preocupación que me transmiten las opas, y en buena sintonía con la consejería de Fomento, hemos establecido un grupo de trabajo para ver cómo podemos avanzar para que los dos ámbitos sean compatibles. Me preocupa mucho porque la fauna salvaje es transmisora de enfermedades, y nosotros tenemos una sanidad animal envidiable que tenemos que preservar.