Según las proyecciones para 2035, mientras el consumo mundial crecerá en 45,8 millones de toneladas impulsado por Asia y África, la UE registrará una caída marginal del consumo per cápita del 1,3%. Este escenario se ve condicionado por una oferta ajustada y un aumento de los costes que resta competitividad a las exportaciones comunitarias frente a potencias como Brasil o EE. UU. El sector del vacuno es uno de los más afectados. Se estima que la producción de carne de vacuno en la UE caerá en 615.000 toneladas hasta 2035, situándose en 6,1 millones de toneladas. Este retroceso del 9,2% responde a una reducción del censo de vacas de 2,85 millones de cabezas. Según afirma el informe, "estas tendencias podrían reflejar la percepción del sector ganadero sobre la incertidumbre futura respecto al marco regulatorio nacional y de la UE", a pesar de los apoyos de la PAC. Paralelamente, el consumo de vacuno bajará a 6,1 kg por persona. La menor disponibilidad de producto y los precios elevados, que podrían alcanzar los 7.000 euros/t en 2035, incentivarán las importaciones desde países de Mercosur. En cuanto al comercio exterior, las exportaciones de animales vivos caerán un 3,2% anual debido a las crecientes "preocupaciones sobre el bienestar animal en los transportes de larga distancia" y una mayor orientación hacia el comercio intracomunitario. En el segmento de ovino y caprino, la producción retrocederá un 0,7% anual, concentrándose la actividad principalmente en España, Grecia, Francia, Irlanda y Rumanía. No obstante, el consumo se mantendrá estable en 0,85 kg per cápita, sostenido por tradiciones religiosas y el aumento de la población musulmana en Europa. Se espera que los precios se mantengan altos, llegando a los 9.750 euros/t, lo que favorecerá un incremento de las importaciones del 1% anual. Por su parte, el sector porcino inicia una senda descendente tras la recuperación de 2024. La producción caerá un 0,75% anual, equivalente a 1,54 millones de toneladas menos en 2035. Este ajuste será desigual: mientras Europa occidental sufrirá fuertes descensos por normativas ambientales y de bienestar animal, la producción podría expandirse en España. Además, la mayor autosuficiencia de China reducirá las oportunidades de exportación, dejando al Reino Unido como principal destino. Frente a estas caídas, la avicultura emerge como el único sector con crecimiento sostenido. La producción de carne de ave aumentará en 965.000 toneladas gracias a una demanda sólida y su percepción como una opción más saludable y sostenible. El consumo per cápita subirá de 15,1 kg a 16,5 kg. "Los consumidores perciben la carne de ave como una opción más conveniente y saludable", lo que elevará las importaciones un 1,1% anual para cubrir la demanda interna. El informe destaca que la sostenibilidad y el bienestar animal serán los ejes que definan los mercados. Los sistemas de producción intensiva enfrentarán mayores críticas sociales, mientras que alternativas como la carne cultivada no supondrán una competencia real en la próxima década debido a su elevado precio y a las exigencias regulatorias. La brecha de precios entre la UE y el mercado mundial seguirá siendo el principal reto para la competitividad exterior.