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Innovación en el riego para potenciar la trufa

30/09/2024
En: heraldo.es
Digital
El proyecto Watertruf, en el que ha participado el CITA, muestra cómo optimizar de manera más eficiente el agua en plantaciones truferas de encina. Los resultados servirán para impulsar un sector del que Aragón es el principal productor del mundo. Exclusivo suscriptores Clara Duplá NOTICIA La provincia de Teruel, con más de 11 mil hectáreas de plantaciones truferas, se ha convertido en la principal zona de producción del mundo. Ricardo Forcadell La trufa negra es conocida como el 'oro negro de Aragón'. La Comunidad Autónoma resulta no solo la mayor productora del mundo de este exquisito hongo sino también la mayor exportadora, especialmente la provincia de Teruel. Para conocer mejor cómo llevar a cabo una gestión inteligente del agua en un sector tan importante, el CITA ha tomado parte en un proyecto llamado Watertruf, recientemente finalizado y cuyos resultados ya están dándose a conocer. Las pruebas, que se han llevado a cabo en la localidad turolense de Cella, han supuesto implementar nuevas tecnologías y sensores para optimizar el riego en plantaciones truferas de encina. Estas investigaciones van a ayudar al sector de la truficultura, que se enfrenta a amenazas derivadas del cambio climático y la globalización de los mercados. Los expertos esperan una campaña mejor que la del año pasado gracias a las últimas lluvias Aún no ha arrancado la temporada, que será en noviembre, pero la actividad en torno a la trufa negra y a la investigación de cómo optimizar su producción no para en ningún momento. Aunque siempre con las debidas reservas -ya que se trata de un producto que depende en gran medida de las variables ambientales-, los expertos esperan una campaña mejor que la del año pasado gracias a las últimas lluvias. El tema no es baladí: la trufa negra -o más específicamente Tuber melanosporum- es conocida como el 'diamante negro de la cocina' y es precisamente Aragón su mayor productor y exportador mundial, especialmente en los últimos 20 años. La provincia de Teruel, en concreto, cuenta con más 11 mil hectáreas de plantaciones truferas, convirtiéndose en la principal zona de producción del mundo y concentrando más del 80% de la obtención actual de trufa de España. Como explica el investigador del CITA Fernando Martínez-Peña, el epicentro de dicha productividad se encuentra en la comarca de Gúdar-Javalambre, donde se ha creado un verdadero paisaje trufero de gran atractivo turístico y un ecosistema de empresas en torno a este hongo que ha demostrado ser un auténtico motor de desarrollo rural. Te puede interesar El proyecto Fungiverso refuerza la revalorización y gestión de los recursos micológicos de Aragón Con el objetivo de desarrollar e implementar nuevas tecnologías para la optimización del riego en plantaciones truferas de encina, arrancó en 2022 el proyecto Watertruf, que ha constado de dos fases y que ha finalizado recientemente . Financiada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo -con el Programa de Apoyo a Agrupaciones Empresariales Innovadoras-, la iniciativa ha contado con el Clúster para el uso eficiente del Agua -Zinnae- como promotor, además de la participación del Clúster Aragonés de Alimentación. En la parte investigadora, destaca el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón -el CITA-, así como la Universidad Carlos III de Madrid en la segunda fase. También han llevado a cabo un papel protagonista empresas vinculadas con el sector trufero, como Arateck -que se encargó del desarrollo tecnológico-, y como Mytruff -empresa productora propietaria de la finca turolense de Cella de 20 hectáreas y 5.000 plantas donde se ha desarrollado el proyecto Watertruf-. José Javier Peguero Pina fue el investigador principal que lideró el proyecto en el CITA, acompañado en su segunda fase por Domingo Sancho Knapik y Fernando Martínez-Peña. Monitorización en continuo Para poder llevar a cabo el objetivo principal de Watertruf de investigar sobre nuevas tecnologías para la gestión inteligente del agua en truficultura , se desarrollaron unos nuevos sensores que permitieran medir de modo continuo y a distancia el estado del árbol hospedador, en este caso, la encina. En suma, conocer el estado fisiológico de la planta, para percibir sus necesidades de riego. Para hallar esta información, se colocaron diversos sensores: unos para medir la temperatura del árbol mediante infrarrojos y otros para valorar la reflectancia de la copa. Con todo ello, los investigadores obtenían una imagen del estado del árbol hospedador en cuanto a sus necesidades de agua y su actividad fotosintética. " Nos interesa que el árbol esté en un estado fisiológico óptimo, que haga fotosíntesis -explica el doctor Peguero-, porque los carbohidratos que produce con la fotosíntesis son los que necesita la trufa para crecer". La trufa, organismo heterótrofo, se alimenta de los carbohidratos que produce el árbol. Te puede interesar Un nuevo parque micológico para Aragón El proyecto Watertruf ya ha empezado a dar sus frutos con los resultados obtenidos. La información que aportaban los sensores era adecuada en cuanto a la fisiología de los árboles -que es la gran especialidad de Peguero, bioquímico-. La finca contó, además, con tres sectores distintos a los que se sometió a diferentes frecuencias de riego: cada 7 días, cada 14 y cada 21. "Los árboles regados con mayor frecuencia estuvieron en un estado fisiológico mejor a lo largo de los veranos del 22 y 23, que además fueron bastante severos, con temperaturas muy altas y humedad relativas bastante bajas", expone el investigador. Y a más riego, hubo mayor productividad de trufa. El proyecto ha demostrado que la encina es muy sensible a la sequía atmosférica, al margen del agua que tenga en el suelo Sin embargo, el proyecto ha demostrado que la encina es muy sensible a la sequía atmosférica, al margen del agua que tenga en el suelo. "Tanto para la encina como para la producción de trufa, el clima de la zona también es important"», concluye Peguero. Aunque Watertruf ha finalizado, las investigaciones no acaban con él. En esa misma línea, ha comenzado el proyecto Tuberlinks, de cuatro años, coordinado por el Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC, en el que también participa el CITA y la Universidad de Lérida. Por lo que respecta a Teruel, se continúa trabajando en Mytruff en Cella de Ricardo Forcadell y también monitorizando la finca de Julio Perales en Mora de Rubielos. Además, se van a llevar a cabo ensayos en más campos y también con plantas jóvenes bajo condiciones controladas. Los resultados de las investigaciones no se limitarán al sector científico, sino que se intentarán divulgar a todos los actores implicados en la truficultura, mediante diferentes actividades. Conforme a los criterios de
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