Untuosidad, una destacada verticalidad, una volátil vibrante y salinidad son los atributos que conforman el ADN de TablaRRasa PXX 2020 un Pedro Ximénez de la nueva gama de Alfredo Arribas Un Pedro Ximénez bajo velo de flor (crianza biológica durante cerca de medio año) es uno de los vinos punta de lanza de la nueva gama de Alfredo Arribas en el Priorat, aunque sin estar amparado por la DO Calificada. Es un vino elaborado en el límite inicial de una crianza oxidativa, fruto de una sola barrica de 300 litros. Es, sin lugar a duda, una versión libre y singular en el Priorat. Es un blanco perteneciente a la serie TablaRRasa. Arribas afirma que "se trata de vinos ajenos a los referentes, compartiendo una tradición lejana con la nueva naturalidad desnuda". También los define como "vinos de culto". Para este inquieto arquitecto y vitivinicultor, TablaRRasa supone "un nuevo itinerario en el que hemos puesto el contador a cero para elaborar vinos de alto nivel de exigencia y también un alto valor gastronómico". La Pedro Ximénez es la tercera variedad blanca del Priorat. Lo es en parte gracias a los sarmientos aportados por los emigrantes andaluces, venidos en los años sesenta del siglo pasado a trabajar en las minas de Bellmunt del Priorat. A poca distancia del Clos del Portal, en el Lloar, una pequeña viña de cantos rodados ha permitido a Alfredo Arribas "redescubrir su esplendor oculto". Las 372 botellas de PXX 2020 fueron elaboradas en crianza biológica durante cinco meses, hasta culminar con otros nueve meses en modo tradicional. Este vino, según Alfredo Arribas, es "una mirada y un homenaje a los orígenes del Priorat y a una variedad que, elaborada de forma tradicional, es aburrida". Apunta también que "en el Priorat no hay muchas viñas de esta variedad que valgan la pena". En 2021 decidió crecer plantando una hectárea con Pedro Ximénez visto lo bien que se adapta al clima de la zona y a los resultados "alucinantes" que ha obtenido. TablaRRasa PXX 2020 nace en suelos de pizarra y calcárea trufados de cantos rodados en la finca L'Olivera, a 250 metros sobre el nivel del mar. Las uvas son hijas de la agricultura ecológica y biodinámica. Este pequeño y precioso viñedo de solo 0,25 hectáreas, plantado hace 45 años, es trabajado con labranza animal. Las bayas se vendimiaron la primera semana de septiembre del 2020, una añada muy complicada por la gran y continuada lluvia y la humedad, que causaron grandes problemas a causa de la afectación por el hongo mildiu. Solo se obtuvieron poco más de 400 kilos de uvas. La crianza se realizó bajo velo de flor (una fina capa de levadura que se forma sobre la superficie del vino, aislándolo del oxígeno y aportándole micronutrientes) durante cinco meses, y ligeramente oxidativa posteriormente. Se realizó el llenado completo posterior de una barrica de roble francés de 300 litros de capacidad, y finalmente se culminó la crianza durante tres meses más sobre lías en una pequeña tina de acero inoxidable. Entorno al 5% del cupaje es de la variedad garnacha blanca. TablaRRasa PXX 2020 se anuncia como "la magia de un vino que muestra una faceta casi desconocida en la zona, un blanco de suelos profundos, cercanos al cauce del rio Siurana, de un fruto generoso y una vinificación a caballo entre una tradición lejana y la naturalidad desnuda". Con 14º de alcohol y un pH de 3.9. Untuosidad, una destacada verticalidad y una volátil vibrante son los atributos que conforman el ADN de este vino de mínima intervención (23 mg de SO2 total) y un carácter muy particular. De color amarillo pajizo, con cierta turbidez. Exhibe notas de fruta blanca (predomina la manzana), frutas confitadas, mazapán, pan ligeramente tostado y hierbas aromáticas de garriga mediterránea (romero y camomila). Es sedoso, denso, con tensión y una salinidad que puede hacer pensar en un vino jerezano. Su carácter natural (mínima intervención) se evidencia más en fase olfativa. Los vinos Arquitecto multidisciplinar, Alfredo Arribas ha desarrollado gran parte de su carrera internacional en multitud de enclaves en todo el mundo. Y recientemente en su ciudad natal, Barcelona. En 2001 inició su aventura en el mundo del vino, tras adquirir la finca Clos del Portal, en el Priorat, donde cuenta con más de 50 hectáreas. En paralelo desarrolla una labor de recuperación de algunas de viejas viñas -la colección Trossos- en la vecina DO Montsant. Y más recientemente ha incorporado una familia que califica como "extrema" de vinos de altura y naturales (los Vins Nus). Estos Vins Nus son vinos "en los que se dan más ausencias que añadidos: a penas madera, ni extracción, ni alcohol, ni color... Mirar atrás, caminando hacia adelante", y en los que busca más frescor, acidez y fragancia. El siguiente paso evolutivo en su itinerario enológico ha sido Mas de l'A, donde explora los vinos más finos, borgoñizados y también de mínima intervención. Alfredo Arribas afirma que tiene sus propias ideas acerca de cómo esculpir el paisaje en interacción con los viñedos, y de "cómo la concepción de la bodega participa e influye en el carácter de la vinificación". Y apunta que intuye y perfila "la condición matérica" (las texturas o los colores) de sus vinos. Alfredo Arribas afirma que tiene sus propias ideas acerca de cómo esculpir el paisaje en interacción con los viñedos Actualmente, entre los proyectos de la DO Calificada Priorat y la DO Montsant, elabora entorno a las 150.000 botellas anuales. Exporta un 75% del total de la producción. Suiza, Holanda y Alemania son sus principales mercados internacionales.