Aunque la idea de asociarse con el fin de autoabastecerse y controlar proveedores, precios y distribución lleva tiempo entre nosotros -las cooperativas de consumo fueron muy comunes a mediados del siglo XIX, vinculadas a las asociaciones obreras, distribuían alimentos básicos entre los asociados y familiares y ayudaban a mantener los niveles de vida en segmentos de población urbana con bajos ingresos ( Unitat d'Història Econòmica )- no es hasta 1973 cuando este tipo de organización funciona de forma sostenible en un supermercado. Hubo varios intentos en Estados Unidos durante las décadas de los 60 y 70, pero ninguno duró mucho tiempo. Park Slope Food Coop abre sus puertas en Brooklyn y da con las claves del éxito: los socios debían dividirse las acciones de la cooperativa y colaborar con tres horas de trabajo en el supermercado al mes; este debía suplir las mismas necesidades que cualquier supermercado, para que los socios no tuvieran la necesidad de comprar en otras superficies; y el precio de los productos debía ser competitivo. Cuarenta años después cuenta con más de 17.000 socios y con muchos otros proyectos que han replicado su sistema. Thomas Boothe, un norteamericano afincado en París, se quedó fascinado con el funcionamiento de este supermercado y realizó dos tareas importantes para la expansión del modelo: el documental Food Coop , que retrata la vida del establecimiento neoyorquino; y la creación de La Louve en 2016, el primer supermercado cooperativo de París. Fue el pistoletazo de salida de la búsqueda de la soberanía alimentaria y, hasta hoy, no han dejado de aparecer en España proyectos similares. Desde Som Alimentaciò en 2017 en Valencia, a la creación de una asociación estatal que agrupa a los supermercados cooperativos "con el objetivo de unir fuerzas para impulsar nuestro modelo de distribución y consumo alimentario justo, sostenible y democrático.", define La Red de Supermercados Cooperativos en su página web. Son empresas sin ánimo de lucro, lo que les permite ofrecer los productos prácticamente a precio de coste. Al ser socios se comprometen con colaborar con algunas horas de trabajo en el supermercado -reposición, comunicación, gestión de proveedores, pedidos...-, y a cambio tienen acceso a productos más baratos que en otros comercios, potestad para elegir unos proveedores u otros y posibilidad de participar en las decisiones relevantes para la organización. En sus estanterías se puede encontrar de todo, desde manzanas a detergente, pasando por cerveza y pañales. Esto es necesario para poder competir con grandes superficies, ya que el objetivo de estos espacios es que las compras no se queden en acciones anecdóticas, sino que formen parte de la vida cotidiana de sus socios. De forma resumida, al formar parte de un supermercado cooperativo eres a la vez propietario, participante y cliente. La Red la forman diez establecimientos a lo largo de todo el territorio: A Vecinal en Zaragoza, Biolibere en Getafe, Biotremol en Alicante, Castalla y Yecla, Food Coop en Barcelona, La Ortiga en Sevilla, La Osa Coop en Madrid, la asociación de consumidores de productos ecológicos Landare en Pamplona, Som Alimentació en Valencia, Árbore en Vigo y Almocafre en Córdoba. Formar parte de ella facilita el contacto con proveedores y la gestión de pedidos muy grandes de algunos productos, pero una de las ventajas de pertenecer a esta es "hacer red. Conocer otros proyectos afines a nosotros, que ya han pasado por los mismos problemas antes, que han desarrollado sistemas que funcionan... Intercambiar conocimiento y experiencia", cuenta Nacho Escartín, socio de A Vecinal (Zaragoza). En la capital se encuentra el supermercado cooperativo más grande el país . Con más de 1.500 socios, un local de 800m2 situado en Tetuán y más de 3.000 referencias entre sus estanterías. Solos los que pertenecen a la cooperativa -y cinco personas agregadas a la persona asociada- pueden comprar en el supermercado. Para ello deben aportar un capital social de 100 euros y contribuir con 3 horas de trabajo mensual realizando tareas diarias de la tienda. Estas pueden ser desde recepcionar materia prima, estar en caja, reposición de productos, etc... trabajos cotidianos que permiten que la tienda funcione de forma autosuficiente. "Una de las ideas rompedoras con la alimentación sostenible es que buscamos cubrir el 100% de las necesidades de nuestras socias. Aunque dos tercios de nuestros productos son ecológicos y primamos la cercanía, ética y calidad, no queremos imponer ningún filtro ideológico a la compra de otras personas. Si tenemos socias de Argentina que quieren comprar mate, vamos a hacer por tenerlo, aunque tengamos que traerlo desde lejos", cuenta Pauline Bonnier, socia de trabajo del supermercado. Dirección : Av. de Asturias, 57, Tetuán, 28029 Madrid Buscando formas más sostenibles y autónomas de comprar alimentos, en 2018 abre la primera tienda de la cooperativa de consumidores en la capital aragonesa. La iniciativa que empezó con 40 personas asociadas, cuenta hoy con alrededor de 400 y una nueva localización más grande y con muchísimas referencias. "Queremos que la mayor parte de la cesta de la compra la compongan productos de cercanía. También priorizamos la sostenibilidad, sellos ecológicos, comercio justo... Y cada vez apostamos más por el granel", cuentan desde el departamento de comunicación. Cualquier persona puede comprar en el supermercado (a precios más baratos que en cualquier otra tienda, ya que al ser una empresa sin ánimo de lucro, el margen de beneficio es mucho más reducido), pero ser socio te garantiza ciertas ventajas. El requisito es una aportación de 150 euros -lo que te convierte en co-propietario de la empresa- y a cambio cuentas con un 5% de descuento en las compras, tienes la posibilidad de participar en las asambleas mensuales en las que se toman decisiones sobre productos, eventos, proveedores, organización... y se te anima a aportar 5 horas mensuales de trabajo en alguno de los departamentos de la cooperativa, aumentando el descuento en el supermercado al 15%. Dirección: C/ de Santiago Lapuente, 5, 50014 Zaragoza . Teléfono : 876 05 00 71 A cobijo del ritmo frenético del centro de Barcelona, de su flujo incesante de gente y de la contaminación acústica que caracteriza a las grandes urbes, se encuentra Food Coop, en el número 9 del Passatge Aragó. "Este emplazamiento nos hace menos visibles, pero a la vez convierte la tienda en un lugar muy tranquilo, un oasis en el centro de Barcelona.", cuenta una socia veterana de la cooperativa. El lugar les permite realizar muchos eventos: invitar a productores, presentaciones, almuerzos... reforzando la idea de que formar parte de un supermercado cooperativo no es solo comprar de forma más autónoma y sostenible, sino también crear una comunidad unida por unos valores determinados. Todo el mundo puede formar comprar en esta tienda, pero solo los socios acceden a un precio más reducido. Para ello es necesario aportar una cuota única de 10 euros. A diferencia del de Zaragoza, Food Coop BCN sí que exige a sus socios 3 horas mensuales de trabajo, lo que les permite reducir los gastos del supermercado y bajar los precios de los productos. Llevan en funcionamiento desde comienzos de 2022, ubicados en una antigua planchistería de 240m2 en el Eixample esquerra. Aunque casi todos los productos siguen las premisas comunes a este tipo de proyectos -agroecológicos y de proximidad- los clientes pueden encontrar también marcas convencionales. Dirección: Ptge. d'Aragó, 9, L'Eixample, 08011 Barcelona . Teléfono: 930 32 24 96 Algunos de estos supermercados son fruto de la evolución de otros colectivos y asociaciones preocupadas por la alimentación ecológica y de cercanía. Este es el caso de La Ortiga, asociación que funcionaba haciendo de nexo entre productores y consumidores concienciados con el desarrollo sostenible desde 1992. A partir de 2001 se conforma como cooperativa y a día de hoy cuenta con más de 400 familias activas y dos tiendas en la ciudad de Sevilla. Los requisitos necesarios para formar parte de La Ortiga son pagar una aportación inicial de 70,77 euros y una cuota anual de 50 euros (bonificada en un 50% en el caso de desempleados y pensionistas con ingresos mínimos al salario mínimo). Aunque no hace falta ser socio para comprar en la tienda, estos tienen un 10% de descuento en todos los productos, además de otras ventajas como contribuir en la toma de decisiones en la Asamblea Anual, formar parte de las vocalías o del Consejo Rector. Para potenciar la adherencia al supermercado y fomentar este tipo de consumo organizan visitas a productores y talleres en la tienda. Dirección: C/ Goles 56, 41002 Sevilla y Tigris 4, local comercial, 41020 Sevilla . En el barrio de Sant Antoni, en Valencia, se encuentra este supermercado cooperativo en el que cualquier persona puede comprar, pero que cobra sentido al hacerse socio. Han definido dos vías para hacerse socio: colaborando con 4 horas de trabajo o con una cuota de 8 euros. A cambio, el supermercado es tuyo y dispones de un descuento del 20% en productos mayoritariamente de proximidad, ecológicos y precio justo. Más allá del beneficio económico, a las socias y socios de Som les mueve formar parte de una transformación del sistema alimentario y de consumo, crear un modelo distinto alineado con sus valores. Desde Som explican muy bien cuál es el funcionamiento de un sistema como el suyo: "Actualmente, el 50% del trabajo lo realizan los socios y socias. El resto de horas deben contratarse, aumentando los gastos de la cooperativa. A más socios, más autosuficiencia y precios más bajos", cuentan en su página web. Dirección: C/ de Maximilià Thous, 26, La Saïdia, 46009 Valencia . Teléfono: 645 29 16 59 Puedes seguir a EL PAÍS Gastro en Instagram y X .