Agricultura El sector agroalimentario recupera el mercado de EE UU
Lunes, 28 junio 2021, 08:46
A partir del 11 de julio quedará definitivamente resuelto el problema comercial entre Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europa (UE) , generado por el conflicto aeronáutico entre Boeing y Airbus. Se trata de una de las batallas comerciales más largas y complejas que ha tenido que gestionar la Organización Mundial de Comercio (OMC). Empezó en 2004 cuando este organismo de arbitraje declaró ilegales este tipo de ayudas. La OMC falló en 2019 a favor del gobierno Trump al que le permitió aplicar aranceles compensatorios por valor de 6.200 millones de euros. En represalia la UE respondió con otros similares cuantificados en 3.300 millones de euros.
La llegada de Biden supuso un muy importante cambio de actitud por parte de EEUU que permitió en marzo pasado que ambos bloques acodaran la suspensión temporal de estos aranceles durante cuatro meses, hasta el 11 de julio, dando tiempo para negociar una solución definitiva. Este giro dejaba al sector aliviado, pero con la espada de Damocles todavía pendiendo sobre sus cabezas; si bien es cierto que el carácter mucho más conciliador y diplomático del gobierno Biden favorecía el optimismo. Ahora las previsiones se han cumplido y se cierra un oscuro periodo de relaciones bilaterales que, como sucede con relativa frecuencia, acaba pasando factura a los sectores agrario y alimentario, que se convierten de forma recurrente en el paganini de un conflicto que no han generado.
Pero no solo se ha tratado de solucionar el problema entre dos economías tradicionalmente amigas, sino de unir fuerzas y hacer frente al creciente potencial de China, que también ha adaptado una posición muy beligerante en el mercado mundial; si bien es cierto que el gobierno Trump, al igual que sucedió con la UE, fue un catalizador.
La realidad es que hasta ese momento y, sin comerlo ni beberlo, el sector agroalimentario español se vio envuelto en esta refriega. De repente vio muy limitada la exportación a ese país de numerosos productos y, no menos importante, no pudo evitar que otros países competidores les sustituyeran en este potente mercado. El impacto fue muy alto, en particular entre finales de 2019 y principios de 2021, afectando a más de 110 productos de la industria agroalimentaria española, más de la mitad de los exportados a este país, la mayoría de ellos, con un volumen de ventas muy relevante.
Las pérdidas económicas para los productos españoles han variado de unos a otros. El más perjudicado ha sido el de los transformados del porcino, con pérdidas de casi 1.540 millones de euros, así como el aceite de oliva y aceitunas, el queso fresco, el vino y los licores, con un impacto de 580, 570, 440 y 301 millones de euros respectivamente.
Para estos sectores ha sido un alivio y se han liberado de esta importante carga comercial, por lo que unánimemente han mostrado su satisfacción. Sin embargo, todavía hay un sector que mantiene una situación comercial con EEUU altamente gravosa, el de la aceituna negra. Desde mediados de 2018 EEUU aplica a las exportaciones españolas unos elevadísimos aranceles del 35%, fundamentados en una supuesta práctica de dumping, que el sector niega, y que en la práctica responde al interés de Trump de proteger a su sector productor, que no podía competir con la potente industria española en este campo. Ahora solo queda esperar a que esta nueva tendencia comercial afloje la presión del país norteamericano sobre una producción de alto valor para nuestro sector olivarero y agroalimentario; si bien es cierto que para la UE supone un problema menor de un solo país, cuya magnitud nada tiene que ver que el gran problema ahora resuelto.
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