El tiempo dirá si se trata de un cambio de tendencia o, simplemente, de movimientos de mercado vinculados a razones climatológicas, pero lo cierto es que por tercer mes consecutivo el índice de precios de los alimentos repunta Cambio de ciclo en el precio de los alimentos . El tiempo dirá si se trata de un cambio de tendencia o, simplemente, de movimientos de mercado vinculados a razones climatológicas, pero lo cierto es que por tercer mes consecutivo el índice de precios de los alimentos que elabora la FAO, el fondo de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, refleja un incremento. En concreto, se situó en 120,4 puntos en mayo , lo que supone 1,1 puntos porcentuales más que su nivel revisado de abril. La causa principal tiene que ver con los aumentos en los cereales y de los productos lácteos, que anularon los descensos que se produjeron en el azúcar y los aceites vegetales, mientras que el índice de precios de la carne se mantuvo prácticamente sin cambios. Aun así, aunque registró un tercer repunte mensual consecutivo, el índice se mantiene un 3,4% por debajo de su valor correspondiente hace un año, y un 24,9% por debajo del máximo de 160,2 puntos alcanzado en marzo de 2022. Es decir, inmediatamente después de que comenzara la invasión de Ucrania, un país considerado históricamente uno de los grandes graneros del mundo. El fuerte aumento mensual de los cereales, de hecho, hay que vincularlo, como sostienen los expertos de la FAO, a la creciente preocupación por las condiciones desfavorables de los cultivos para las cosechas de 2024 que limitarán los rendimientos agrícolas en algunas zonas principales de producción, como la misma Ucrania, y, en particular, la región del Mar Negro, donde los daños a la infraestructura marítima han exacerbado la presión alcista sobre los precios . De la misma manera, también crecieron los precios del maíz debido a la creciente preocupación sobre la producción en Argentina a causa de los daños producidos por enfermedades, como en Brasil por la llegada de una meteorología desfavorable. Los precios de las materias primas, por su parte, también se han movido al alza. El índice sintético de precios, que recoge información de un conjunto de materias que sirven para la transformación, muestra en la última semana un aumento del 8,3% en términos anuales, según el Ministerio de Economía. Uno de sus principales componentes, el petróleo, se mantiene ligeramente por debajo de los 80 dólares barril, en el caso del tipo Brent del Mar del Norte, todavía por debajo de los 82,2 dólares de media anual que se registró en 2023. El índice sintético de precios muestra un aumento del 8,3% en términos anuales El tipo de cambio del euro, que es una variable fundamental que influye en el precio de las materias primas, se mantiene en torno a los 1,09 dólares, lo que por el momento refleja una indudable estabilidad. Pero lo cierto, en todo caso, es que la plata y los metales industriales, especialmente el cobre, que se acerca también a máximos históricos, siguen una tendencia claramente ascendente , como el oro . Por último, el precio del gas natural en Europa en el mercado holandés (TTF) muestra una tendencia ligeramente creciente desde marzo, alcanzando en la última semana los 34 euros. La evolución en España es básicamente la misma que en Europa. La evolución del precio de las materias primas, como se sabe, es una variable fundamental en la estrategia monetaria del BCE , que el próximo mes de julio debe decidir si continúa reduciendo los tipos de interés o, por el contrario, procede a una pausa, que es lo más probable. Entre otras razones, porque no puede separarse de lo que haga la Reserva Federal, que en esta ocasión se ha quedado rezagada y mantiene el tipo de intervención en el 5,5%. Tanto la presidente del BCE, Christine Lagarde , como otros banqueros centrales no se han cansado de repetir que el tramo más complicado para reducir la inflación es el último. Es decir, bajarla del 3% al 2% es más complicado que hacerlo del 6% al 4% , y en el caso de España la historia, incluso la más reciente, dice exactamente eso. La economía española, durante la primera parte del último estallido de la inflación, mantuvo un diferencial claro a su favor durante al menos cuatro trimestres, pero desde finales del año pasado sucede todo lo contrario. El diferencial en contra de España, lo que afecta a la competitividad internacional de bienes y servicios, ha empeorado, hasta situarse en 1,2 puntos porcentuales en mayo. Mientras que el IPC en la eurozona se sitúa en el 2,4%, en España escala hasta el 3,6%. La causa del ensanchamiento del diferencial de precios, además de otros factores menos relevantes, hay que vincularla al patrón de crecimiento de la economía española , muy volcada al sector servicios, en particular a actividades relacionadas con el turismo y la hostelería. Esos bienes no son comercializables en el exterior, por ejemplo el buen clima o las playas, lo que hace que la competencia sea menor que, por ejemplo, en la industria, donde las empresas compiten por precio. Cambio de ciclo en el precio de los alimentos . El tiempo dirá si se trata de un cambio de tendencia o, simplemente, de movimientos de mercado vinculados a razones climatológicas, pero lo cierto es que por tercer mes consecutivo el índice de precios de los alimentos que elabora la FAO, el fondo de Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, refleja un incremento.