El precio de los alimentos no da tregua y la espiral seguirá en 2023
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Economía
El precio de los alimentos no da tregua y la espiral seguirá en 2023
Factores como la sequía, la merma de producciones y el alza de costes por la guerra han precipitado una tormenta perfecta sobre la cesta de la compra
Productos como el azúcar, el maíz y el trigo se han disparado en los mercados internacionales
RODRIGO PARRADO
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No se desabrochen los cinturones, la inflación continuará sentada en el asiento del copiloto proyectando su alargada sombra sobre la cesta de la compra. Detrás de esta realidad se esconde una auténtica tormenta perfecta formada por la combinación entre la escalada de los costes de producción, una política monetaria que no termina de atar en corto a los precios, la merma de producciones clave como el aceite de oliva por la falta de lluvias, así como por unos precios de la energía y de los carburantes desbocados por la guerra en Ucrania. A todos estos factores se unen los mercados internacionales, donde 'commodities' como el trigo, el maíz y el azúcar sufren alzas de dos dígitos.
Según el último boletín mensual sobre precios agrícolas de la Comisión Europea, e l trigo blando ha crecido un 27,7% en un año y el duro lo ha hecho un 24,4%, mientras que el alza del maíz fue del 33,2% y del azúcar del 11,3%. La prolongación esta semana del acuerdo para exportar cereal de Ucrania, a través de Turquía, es apenas un pequeño balón de oxígeno.
Solo en octubre el precio de la alimentación y las bebidas no alcohólicas sumaban un alza del 15,4% respecto al mismo mes de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística. Un dato conocido esta semana que supone la mayor subida desde enero de 1994. A la cabeza de esta evolución, los 'sospechosos habituales' (legumbres, leche, huevos, cereales...) con el azúcar (42,8%) como el tapado. Tras este producto destacan las subidas de los huevos (25,5%), los aceites y grasas (23,9%), las legumbres y hortalizas (25,7%), la leche (25%), los cereales (22,1%), así como las patatas (19,9%), la carne de ave (18,3%), la de vacuno (14,9%) y el pan (14,9%).
El ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguró esta semana que estamos ante « un problema de costes, no de márgenes empresariales ». Planas defendió que «muy probablemente de aquí a Navidad se estabilizarán, pero no conseguiremos disminuirlos» y confió en que «a principios del año que viene, igual que hemos conseguido con el dato general de la inflación, los precios alimentarios disminuirán de forma significativa».
Cabe recordar que, en octubre, la inflación cayó al 7,3% en tasa anual (llegó a estar al 10,8% en julio). Lo que coloca a España entre los países de la eurozona con menor tasa junto a Francia (7,1%) y Malta (7,4%), frente a Hungría (21,9%), Estonia (22,5%) y Lituania (22,1%). Sin embargo, la subyacente, que excluye a los alimentos no elaborados y a la energía, permanecía en el 6,2%.
Los expertos consultados por ABC se muestran más pesimistas que Planas sobre la evolución del IPC y coinciden en que la espiral que sufren los alimentos no remitirá en 2023. Daniel Arnáiz, profesor de Economía y Empresas de la Universidad Europea, advierte de que «el hecho de que la tasa disminuya de un mes a otro no quiere decir que la inflación esté cayendo» y añade que «puede haber aumentado en términos absolutos exactamente lo mismo». Es decir, aparenta que cae, pero en realidad no lo hace, explica.
En similares términos se pronuncia el profesor de EAE Business School, Juan Carlos Higueras, quien también pide «no confundir la menor tasa de inflación con precios menores , porque esta mide la variación de los precios en un periodo de 12 meses». Explica que no se están contabilizando los meses anteriores, que también han sumado alzas.
Sobre la actual escalada de la cesta de la compra, Arnáiz asocia las dificultades de muchos hogares españoles a tres factores externos : la inestabilidad política provocada por la invasión rusa de Ucrania, la estrategia energética de la UE y la Política Agraria Común (PAC). A esta última le acusa de «limitar la capacidad productiva de los países del sur en favor de terceros países no miembros, como Ucrania». En su opinión, todo lo anterior ha hecho que la productividad europea dependa mucho de las relaciones internacionales. Además, cree que detrás de la actual ola inflacionista también está el sistema fiscal «basado en porcentajes sobre precios», ya que al subir estos aumenta la carga fiscal, en alusión al IVA. Este experto insta a reajustar los tipos del gravamen.
El diagnóstico del profesor de EAE Business School no es menos optimista. «Hay recorrido para que siga aumentado el precio de los alimentos , porque son un bien básico y los productores siguen sufriendo pérdidas o márgenes muy reducidos». Algo de lo que culpa a los sobrecostes y a las «expectativas a futuro».
El índice de precios pagados por los agricultores, que elabora el Ministerio de Agricultura, pone cifra a los sobrecostes que aprisionan a los productores. Explica que los fertilizantes son un 92,28% más caros entre julio de este año y el mismo mes del año anterior y que en la alimentación animal registra una subida promedio del 37,71%. El índice refleja que la electricidad es un 99,45% más cara en el séptimo mes del año respecto julio de 2021 y que los carburantes se han encarecido un 85,77% en el mismo periodo.
Desde el departamento de economía española de CaixaBank Research, el economista Javier Ibáñez de Aldecoa cree que la actual escalada del precio de los alimentos seguirá su carrera alcista durante los próximos meses y da tres razones: «Los problemas de oferta internacional de productos agrícolas (los cuellos de botella, por ejemplo), el alza de los precios de los fertilizantes y la energía». Sobre este último punto cree que «sigue existiendo un efecto indirecto sobre los precios agrícolas de la energía , que puede tener cierto retardo, por lo que continuamos viendo el impacto del alza de meses pasados».
Higueras (EAE Business School) y Arnáiz (Universidad Europea) añaden dos variables más para justificar la escalada inflacionista: la política monetaria del BCE y los «efectos de segunda ronda» , que se da cuando la inflación se traslada a los sueldos, y el aumento del gasto público. «Tendremos un freno en la inflación o una constante», comenta el profesor de EAE Business School. Para Arnáiz «no se puede combatir una inflación del 10% con subidas del 0,5% del tipo de interés».
En CaixaBank Research destacan que el sector pr
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imario es uno de los más expuestos a la factura energética. Estiman que esta actividad ya dedica el 10% de sus ingresos a pagar la electricidad frente al 20% de la pesca (sumando el carburante). En cualquier caso, el profesor Ibáñez descarta «más caídas abruptas en la inflación general», ya que los precios de referencia del gas se incrementarán «conforme bajen las temperaturas» y atribuye la caída de la inflación en octubre (7,3% frente al 8,9% de septiembre) a la luz.
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