Las vacas y cabras que pastan en áreas forestales para ayudar a controlar el sotobosque han sido claves, según los Bomberos de la Generalitat, para frenar el incendio que ha quemado 573 hectáreas entre Colera y Portbou (Alt Empordà) , parte de ellas dentro del Parque Natural de la Albera. Desde hace años el Plan de Prevención de Incendios de la Generalitat contempla la ganadería extensiva como un elemento de lucha contra el fuego, además de favorecer la continuidad de la actividad ganadera. Los Bomberos son los encargados de identificar dónde necesitan un Punto Estratégico de Gestión (PEG), área con pistas forestales estratégicas, puntos de reserva de agua y baja carga de combustible, para poder realizar maniobras de ataque contra las llamas o de contención que limiten la afectación de grandes incendios forestales, y el Departamento de Acción Climática realiza las actuaciones necesarias. En este último incendio había dos puntos por los que los "rebaños de fuego", que pastorean zonas forestales estratégicas para ayudar a contener las llamas, habían pasado. Fue básico. Las comarcas gerundenses tienen un 72,5% de superficie forestal y un 55% de arbolada, un valor superior al de Cataluña (42%) y de la UE (37%). Cuentan con ocho Perímetros de Protección Prioritaria (PPP), que son macizos con alto riesgo de incendio y una continuidad de bosques en la que se pueden producir grandes fuegos, en total 124.626 hectáreas, el 22,3% de la superficie total. Por ello desde hace años la Generalitat trabaja con los Bomberos para determinar las actuaciones necesarias para poder facilitar la lucha contra el fuego, especialmente en las zonas donde la Tramontana actúa con virulencia. Dentro de esta prevención entran los rebaños. Son clave para eliminar hierbas, disminuir la densidad de "combustible" y hacer que las llamas se frenen. "El pastoreo nos ayuda porque quita las hierbas finas que son las que propagan las llamas. No apaga el fuego, pero hace que queme con menor intensidad, lo enlentece y nos facilita poder trabajar", explica el subinspector de los bomberos y técnico del Grupo de Apoyo de Actuaciones Forestales (GRAF), Edgar Nebot. Entre Colera y Portbou pudieron aprovechar dos zonas en las que habían pastado la vaca, que hace trashumancia, llega en primavera y se va en julio, aunque la sequía les hizo abandonar la zona en mayo, y las cabras que pastan todo el año. En el Coll del Frare encontraron al pastor que intentaba salir del lugar con sus 150 cabras. Nebot destaca que estos puntos estratégicos " no han ayudado solo en este incendio, también lo hicieron en el anterior que se declaró en Portbou en abril, en el de febrero de 2022 en Roses y en el del 16 de julio de 2021, que empezó por una colilla en la carretera en Llançà y llegó al monasterio de Sant Pere de Rodes, en el Port de la Selva". Las zonas de pasto fueron también importantes en el incendio de principios de año en Gandesa. Cataluña tiene 45 explotaciones ganaderas que hacen pastoreo de prevención, la mayoría en Girona y Tarragona. "Sabemos que la ganadería extensiva es muy importante para la prevención, por eso estamos trabajando para llegar a más pastores y ampliar las ayudas a los ganaderos para valorar su trabajo como un servicio a la sociedad", indica la directora general de Ecosistemas Forestales y gestión del Medio, Anna Sanitjas. En este sentido detalla que "como no son los mejores pastos, a veces comporta una pérdida de rendimiento, por eso se les compensa con 150 euros por hectárea". Las dos ganaderías extensivas de esta zona de la Albera forman parte de "rebaños de fuego". Se trata de un proyecto de la Fundación Pau Costa, que pone el foco en la prevención y gestión de incendios forestales desde la perspectiva de la ecología del fuego, para ayudar a gestionar el riesgo de incendios a través del pastoreo. Reúne a agentes públicos y privados interesados en la continuidad de la dehesa en los bosques. El sello "rebaños de fuego" visibiliza y pone en valor los rebaños que luchan contra los incendios a través de la comercialización de sus productos, carnes y lácteos. "La ganadería extensiva ayuda mucho en la extinción, pero también lo hace el cultivo de secano, almendros, oliveras o la viña, como ha sido en este último incendio de Portbou", sostiene Nebot, que asegura que "la gestión forestal es la base de todo, ya sea también en forma de extracción de madera, biomasa, etc". En Cataluña el 75% de los bosques son privados. En la zona que afectó al incendio en la que ardieron 573 hectáreas, el Govern tiene dos fincas de 665'53 ha en Portbou y de 985'86 ha en Colera, en las que se quemaron 143 y 128 hectáreas respectivamente. En ambas, el departamento Acció Climática había abierto espacios y recuperado el pastoreo. Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter , o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal