La próxima campaña, a pesar de ser 'normal', supondrá «el mayor desafío del siglo» en los mercados, avisa el sector El aceite sin IVA deja sabor para todos los gustos en Córdoba Un trabajador de la planta de Deoleo en Alcolea valerio merino Quedan cuatro meses para que comience a entrar aceite nuevo en las bodegas , y el sector oleícola se enfrenta a un escenario inédito. Las reservas de aceite de oliva están muy mermadas, con un volumen de salidas que continúa siendo bastante alto: más de 4.800 toneladas por día laborable. Esto, que era una amenaza en ciernes hace escasos meses, cuando ya se hablaba de un stock de enlace extremadamente corto, es ahora una realidad. De hecho, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía alertó hace escasos días de la «enorme preocupación» entre los olivareros , que prevén tensiones en el mercado durante los próximos meses. El máximo responsable de Deoleo sí da posibles cifras: cree que de un valor en origen de ocho euros litro se puede caer con la próxima campaña a 4,5 ó 5 Y es que, como recordaron, a 30 de junio , según datos del Ministerio de Agricultura, las existencias en almazaras se situaron en 251.500 toneladas , de las que un 70% se encuentran repartidas entre las provincias de Jaén, Córdoba , Granada y Sevilla. Las otras 162.800 toneladas que contempla el balance de Agricultura están en manos de las envasadoras, que han reducido su estocaje al límite hasta las 162.800 toneladas. En total, un 35% menos de aceite disponible que el año pasado en estas mismas fechas. «No hay ninguna razón para que se produzca un descalabro de los precios, aunque sí un ajuste», aseguran desde AEMO Con ese escaso volumen , hay que atender a la industria y a los consumidores «hasta bien entrado el mes de octubre », que será cuando empiecen a obtenerse los primeros aceites de categoría virgen extra y virgen. El lampante tendrá que esperar hasta, mínimo, diciembre. «Esta situación genera preocupación a las cooperativas oleícolas , que esperan grandes tensiones en el mercado», aseguran desde la federación. De hecho, su responsable sectorial, Cristóbal Gallego, insistía en que «nunca se habían conocido unos niveles tan bajos de stock», lo que explica las fluctuaciones de precios de los últimos meses, «con una evolución en forma de dientes de sierra, con subidas y bajadas constantes». Trabajadores del campo durante la última campaña de la aceituna en una finca de Puente Genil v. merino Trabajadores del campo durante la última campaña de la aceituna en una finca de Puente Genil v. merino Sobre las presiones en el mercado , continuarán en los próximos meses , según reflexionan en AEMO (Asociación Española de Municipios del Olivo), donde recalcan que en los primeros compases de la nueva campaña «está el reto más importante del sector oleícola en el último siglo». Panorama internacional «No hay ninguna razón para que se produzca un descalabro de los precios del aceite de oliva en los próximos meses», recalca José María Penco, director de AEMO. Sí que se producirá, asegura, un «ajuste», «pero debemos considerar el equilibrio producción-consumo, la lección que nos ha dado el consumidor valorando nuestro producto y el incremento de costes», detalla. La subida de costes es, precisamente, un eslabón que no hay que olvidar en la compleja situación que vive el sector oleícola , y que muchos remarcan para explicar la razón de porqué los precios no bajarán a los umbrales mínimos de hace unos años. Según los cálculos de AEMO, los costes de producción en el año 2023, y actualizados según la subida de los precios unitarios, arrojan que « producir un kilogramo de aceite de oliva en nuestro país, según el sistema de cultivo, tiene un coste medio ponderado que supera ya los 3,20 euros por kilo », y esto es considerando solo los costes anuales de explotación, es decir, sin tener en cuenta los costes de inversión en la plantación, ni la renta de la tierra. « Proponer un precio mínimo para el aceite de oliva es un atrevimiento », asegura Penco, pero «sí podemos afirmar que, por debajo de los cinco euros por kilo, no existe remuneración justa dados los costes». Las reservas están «al límite», con una cantidad mínima con la que hay que seguir atendiendo a la industria y a los consumidores «Estamos ante la oportunidad para remunerar dignamente a todos los eslabones de la cadena de valor . El consumidor está dispuesto a dedicar una renta al aceite de oliva, y será nuestra responsabilidad como sector si renunciamos a ella y hundimos los precios al infierno en el que estuvieron hace unas campañas», aseguran desde AEMO. En cuanto a previsiones de cosecha, en esta asociación hacen una estimación que abarca todos los países mediterráneos, y aseguran que la horquilla de producción mundial estará entre 2,95 y 3,25 millones de toneladas. Esto daría para cubrir el consumo medio mundial que, según datos del Consejo Oleícola Internacional, se ha situado en las últimas cinco campañas de media en los 3,12 millones de toneladas . Y es que, cabe recordar, la escasez de aceite no es solo preocupante en España , sino que la sufren también el resto de países productores, como Italia, donde las existencias, 30 de junio, eran de 166.300 toneladas (excluido el aceite de orujo). Con la tendencia de salidas de 20.000 toneladas mensuales llegarían al inicio de la nueva campaña en el entorno de las 110.000, lo que supondría un nuevo reajuste de las previsiones en Europa y una marca histórica. «Nos encontramos ante una situación anómala que ha generado cambios en los hábitos de la industria, que ha venido comprando a la semana e incluso al día», ha explicado el responsable sectorial de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía. No obstante, considera que «esta estrategia podría cambiar si las envasadoras quieren garantizar el abastecimiento a sus clientes hasta que lleguen los nuevos aceites», aseguraba Cristóbal Gallego, que aconseja «ser prudentes y trazar estrategias empresariales que permitan mantener el mercado abastecido con los niveles suficientes hasta que dispongamos del nuevo producto».