El exceso de agua merma cosechas de albaricoque, naranja y almendra
Los cultivos de secano se enfrentan al peligro de los hongos
Campos de naranjas anegados por la lluvia en la zona del Carraixet, en Xàtiva. | PERALES IBORRA
S.Gómez/P.simó.
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Las persistentes lluvias de las últimas semanas han actuado como un esperado bálsamo para el campo: han alejado el fantasma de la sequía para varios años, han recargado los acuíferos y han garantizado recursos suficientes para muchos cultivos. Pero no todo son alegrías para los agricultores en el ámbito de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida. Aunque no se han registrado episodios de precipitaciones torrenciales, el prolongado temporal también está dejando efectos adversos por la excesiva humedad en plena época de floración de los árboles frutales y de los almendros. Las fuentes consultadas en el sector coinciden en señalar la cosecha de albaricoques como una de las grandes damnificadas, puesto que Celia ha llegado en un momento muy delicado en el que la flor de la que nacen este fruto se encontraba completamente abierta en su fase de maduración y mucha agua puede provocar que no cuaje.
Todavía es pronto para calibrar de manera precisa el impacto que tendrán las lluvias en la campaña de recolección que debería comenzar en abril, pero en el sector vaticinan un importante reajuste sobre las previsiones iniciales después de encandenar dos años de cosechas por los suelos por culpa de los cambios en el comportamiento del tiempo, que dificultan la adaptación de variedades asentadas en el territorio desde hace mucho. Una circunstancia que ha acrecentado el abandono de cultivos, sobre todo en la Vall d'Albaida.
En la Costera, el último temporal ha venido a empañar un poco más la desastrosa campaña de la naranja. Como la cosecha va tan retrasada este año y queda mucho producto maduro aún en el árbol, la inquietud de los agricultores se centra en los problemas de «aguado» que comienzan a observarse en las variedades de mandarinas y naranjas de segunda mitad de la temporada que aún no se han recogido. La interrupción de las labores de recogida y de los tratamientos fungicidas -que aún podría alargarse durante más de una semana por la inundación de los campos de cultivo- agrava la situación y amenaza con la asfixia radicular de los árboles anegados durante demasiados días.
El citricultor y delegado de La Unió de Llauradors en la Costera, Ricard Fillol, vaticina que la piel de las clementinas también se verá afectada de manera notable y advierte de que la proliferación de hongos por la humedad obligará a incrementar los tratamientos fungicidas en un momento especialmente delicado para los agricultores, con el precio de los productos empleados para mantener los campos en condiciones totalmente disparado. «Si fuera un año normal para los citrícos no tendríamos tanto problema, pero la cosecha va muy retrasada. Las variedades 'lane' nunca se habían recogido tan tarde y queda mucho aún por vender», lamenta Fillol, que atribuye a la competencia exterior la mala marcha de la campaña de este año.
Pérdidas en los almendros
El exceso de precipitaciones también ha comenzado a representar un problema para los campos de vid y los almendros de las tres comarcas por la facilidad para que se desarrollen más rápidamente hongos como la monilia, el chancro o el mildiu, con la consiguiente merma de producción. En el olivo ya se han comprobado casos de repilo, mientras que la pérdida de la cosecha del almendro se da casi por segura, puesto que ha llovido en pleno proceso de cuajado, que es el momento más sensible antes del fruto. Hasta que se pueda entrar en los campos para desplegar los tratamientos fungicidas oportunos pueden pasar varias semanas todavía.
A la hora de hacer un balance global, en todo caso, para el secretario de la Unió en la Vall, Olegario Olivares, han sido mucho mayores los beneficios que los daños derivados de las lluvias, dada la preocupación que había por la sequía. «Estamos pendientes de evaluar algunas variedades en floración, pero las precipitaciones nos han salvado: los acuíferos estaban muy mal», sentencia.
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