Cuatro décadas contemplan a la Lonja de Binéfar, toda una institución. No es para menos. Ella ha sido uno de los grandes ejes, el epicentro del negocio ganadero de la provincia de Huesca, pero también de Aragón. En un radio de 30 kilómetros se concentran 100.000 terneros, una cifra sin parangón en otras latitudes. De hecho, es ya uno de los mataderos de mayor volumen de trabajo en la península.
Cada semana, la Lonja proporciona precios orientativos de los productos ganaderos y marca las tendencias del mercado. Además, ofrece información y es el intermediario entre compradores y vendedores para conseguir el precio más justo para ambos. De esta manera, facilita la concentración de la oferta y proporciona cotizaciones que se tienen en cuenta a la hora de fijar un precio nacional e incluso europeo.
Y es que, en definitiva, Binéfar también marca la pauta en los cereales para pienso y la alfalfa, y los productores de ovino acuden a las sesiones para conocer las oscilaciones de la demanda de Cataluña, mercado natural de este territorio. En el sector del porcino, refleja la tendencia del cerdo de cebo y equilibra las diferencias del precio de los lechones que se dan entre las regiones españolas.
Y todo ello hace que en la zona de influencia de Binéfar operen innumerables fábricas de piensos, comerciales ganaderas y sociedades de servicios sanitarios. En un principio en este espacio solo se fijaban los precios del ganado vacuno y porcino, pero con el tiempo se conformó toda una mesa de precios.
Las delegaciones comerciales de muchos países de la Unión Europea (UE) siguen con atención la evolución de los precios, y todas las Asociaciones de Mataderos y Salas de Despiece valoran los dictados de este mercado en origen, apunta la DGA en un comunicado.
Todos estos hitos fueron ayer recordados por el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, ayer, en la celebración del 40º aniversario de la Lonja de Binéfar, institución de la que es presidente de honor. «Mucho han cambiado las lonjas en los últimos años, pero algo sigue siendo inmutable: eran y son uno de los pilares fundamentales del comercio y, por tanto, de la economía y del desarrollo rural. Sus acuerdos siguen siendo garantía de objetividad y la mejor orientación para los agentes agropecuarios·, precisó el consejero durante la conmemoración de las cuatro décadas de vida de la institución.
Transparencia
El consejero recordó la necesidad de que la transparencia presea el común denominador de las precios agrícolas. «En la política agraria estamos siempre buscando herramientas de mercado y tenemos una a la vista que no acabamos de valorar suficientemente, y es esta», dijo. «Las lonjas son una herramienta imprescindible que contribuye a la formación de los precios y a que éstos respondan más y mejor a los costes reales, remunerando de forma más justa el trabajo de los agricultores y ganaderos», recalcó Olona.
Durante el acto de celebración, el consejero también hizo entrega de una placa de reconocimiento por la labor desarrollada durante todos estos años al antiguo presidente y fundador del centro agropecuario binefarense, Antonio Bernardó. «En aquellos tiempos, con menos medios y más dificultades, Antonio fue capaz de desarrollar un proyecto que todavía hoy es un referente», puso de manifiesto el consejero de Desarrollo Rural.