Este restaurante de Quique Dacosta, pared con pared con un dos estrellas Michelin, cuenta con un menú de mediodía por 29 euros y otro degustación de diez pases por 39 euros Pared con pared con el dos estrellas Michelin El Poblet, Vuelve Carolina es un refugio para comer bien y con garantías -a un precio más que razonable- en pleno centro de Valencia. Este espacio desenfadado, que Quique Dacosta inaguró en 2011 en ... la calle Correos a muy pocos pasos de la plaza del Ayuntamiento está diseñado para satisfacer a la clientela local -y a ese turista que llega con la referencia de la Guía Michelin en la que aparece mencionado- Su propuesta destila un pretendido estilo informal pero con una cocina que Gonzalo Silla, al frente de sus fogones, se toma muy en serio. Se complementa con la coctelería de autor que elabora el jefe de sala: Diego Godia. Es el tercer concepto, junto con el biestrellado que dirige Luis Valls y Llisa Negra, que Dacosta tiene en un radio de menos de 100 metros en la capital del Turia. «Aunque todos comparten los valores, cada uno tiene vida propia y caminan solos», explica el chef a ABC. Adrián Delgado En la carta sólo hay un par de referencias a él, con dos platos históricos que son asimismo una buena excusa para comer allí: el cubalibre de foie y su arroz con cenizas -de trufa y del propio cereal-. Su carta plantea un viaje por sabores de otras latitudes, pero desde una despensa mediterránea. Sus 'llandas' -'chapas', literalmente en valenciano, que son bandejas planas- triunfan entre su clientela leal con dos arroces secos: el de pollo frito al estilo coreano, con kimchi casero, pak choi, sésamo y cilantro (42 euros para dos personas); y el de cocochas con salsa verde de hierbas frescas (62, también para compartir). Son dos de sus hits, que pueden venir precedidos de platos para compartir como las patatas bravas, ganadoras del premio a las más creativas en Madrid Fusion 2024. La parte asiática de la carta se puede explorar con unas buenas berenjenas chinas glaseadas estilo asiático, la papada cantonesa a la llama, los dumplings de gamba, con una salsa americana de carabineros y fideos de calamar o unas gyozas japonesas de cerdo y boletus con guanciale y una emulsión de acelga a la mantequilla. Hasta Singapur lleva un sandwich 'chili club' con cangrejo frito -ligeramente picante-. Al otro lado del charco, se llega tocando algunas de las cocinas más reconocibles como la mexicana o la peruana, pero también otras menos comunes como la colombiana. En el país amazónico se inspiran para la salsa de otro de sus platos pensados para compartir: un generoso san Pedro entero y frito en trozos colocados sobre su propia espina y cabeza -muy bien frita y crujiente para quienes la disfrutan- acompañado de un una mantequilla de alcaparras (48 euros). Hay varias opciones más con pescado, entre ellas un clásico y canónico ceviche costero de corvina y leche de tigre de rocoto. Los más carnívoros pueden ser tentados con los tacos de costilla de cerdo asada con kimchi, col lombarda y hierbabuena -suculentos y muy generosos-. O, por ejemplo y mirando a África, con el jarrete de ciervo glaseado, parmentier y un tabbouleh estilo magrebí. La harissa -ese sutil picante marroquí- aliña un steak tartar de ternera que da un salto a La India con un pan papadum. A mediodía cuenta con un menú, de lunes a viernes, por 29 euros. Y otro titulado 'Vuelta al mundo' -entre algunas opciones más para fechas especiales como Fallas, desde el 1 al 19 de marzo- de diez pases por 39 euros. Dirección: calle de Correos, 8 (Valencia). Precio medio: 45 €. Redactor de Gastronomía de ABC. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Máster de Periodismo de ABC-UCM.