UPA Aragón ha organizado dos jornadas informativas, en Torrijo del Campo (Teruel) y en Alerre (Huesca) para dar a conocer las claves del proyecto europeo Leguminose.
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Imagen de una de las sesiones formativas organizadas estos días en la localidad de Alerre.
Upa Aragón
Analizar las barreras y los beneficios que el 'intercropping' de cereales y leguminosas puede tener para los agricultores. Este es el principal reto del proyecto Leguminose , que se centra en una técnica basada en una asociación de cultivos que puede ayudar a los agricultores a combatir algunos importantes desafíos. Una iniciativa que cuenta con la participación de 21 entidades de diez países diferentes, y que en España está representada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Hace unos días, UPA Aragón organizó dos jornadas informativas, en Torrijo del Campo (Teruel) y en Alerre (Huesca), para dar a conocer este proyecto, que arrancó a finales del 2022, y tiene una duración de 4 años. Una técnica, la del 'intercroping' o intercultivo que "a priori tiene ventajas muy importantes para la mejora del suelo agrícola, por la inclusión de una leguminosa en la rotación. Esto puede suponer un ahorro en el uso de fertilizantes nitrogenados", indica David Erice Rodríguez, miembro del departamento técnico de UPA.
No obstante, y teniendo en cuenta que el objetivo del proyecto es la obtención de dos cosechas de grano, "el 'intercropping' puede tener problemas en el manejo del cultivo, principalmente en el control de malas hierbas y también en todas aquellas tareas relacionadas con las labores de cosecha, donde en general será necesario cosechar ambas producciones juntas y luego proceder a separarlas . Además, es fundamental acertar con la selección de las especies y en concreto con las variedades para que ambas tengan un ciclo productivo muy similar", indica Erice.
"Esta técnica tiene ventajas muy importantes para el suelo agrícola por la inclusión de una leguminosa en la rotación"
Por el momento y debido a que el proyecto se encuentra en la primera campaña agrícola, no hay todavía resultados numéricos, aunque, gracias a las conversaciones que se han mantenido con los agricultores colaboradores , se han obtenido algunas conclusiones importantes que les servirán en un futuro próximo.
"En primer lugar, tenemos que tener en cuenta las condiciones climatológicas, que son muy importantes para interpretar la evolución de los cultivos, y no solo hablamos de la existencia de más o menos lluvias. Por ejemplo, las temperaturas del invierno caracterizan en gran medida la evolución de las leguminosas y pueden provocar que este cultivo se desarrolle más rápido que el cereal. En zonas más áridas, o con mayores problemas de sequía , la leguminosa ofrece un efecto muy beneficioso para el desarrollo del cereal y podemos encontrarnos con una mayor cosecha de cereal en la zona del 'intercropping' que en el caso del cereal que se ha desarrollado solo", apunta.
Ganas de probar
Y para solucionar todas estas dudas se organizan jornadas de intercambio de información, como las celebradas estos días en Aragón. Hasta el momento s e han realizado cuatro de las nueve programadas y en ellas, "todos aprendemos mucho y tanto agricultores como investigadores, sacamos nuevas conclusiones que seguro podemos utilizarlas en el resto del proyecto", señala Erice.
En cuanto a la participación de los agricultores, este técnico asegura que al tratarse de técnicas innovadoras " es complicado porque es necesario estar dispuesto a dedicar una pequeña parte de la explotación a ellas. Lo más importante es encontrar agricultores con ganas de probar y dedicar tiempo a nuevas experiencias. Por suerte, contamos con una red de agricultores más innovadores, que poco a poco se va ampliando, aunque animamos a todos aquellos que quieran participar en estos proyectos a ponerse en contacto con una oficina de la UPA, para tenerlo en cuenta para futuros proyectos", concluye.
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