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Alqueva, una revolución agrícola y fluvial | Hoy

04/04/2022
En: hoy.es
Digital
Menú Extremadura Alqueva, una revolución agrícola y fluvial Hace veinte años empezó a llenarse un tramo del Guadiana de 83 kilómetros compartido por Extremadura y el Alentejo. Hoy es el mayor embalse de Europa occidental, y en torno a él se van sumando proyectos poco a poco Dice Manuel Vega, un vecino de Villanueva del Fresno (3.400 habitantes), que antes de que existiese el agua de Alqueva la zona era una ruina. Pero ahora lo ve al contrario. «Se ha convertido en una mina. En estos veinte años esta parte del Alentejo que está al lado del embalse ha cambiado no mucho, muchísimo. De ser una tierra de secano donde no había nada hay olivares, almendros, nueces y de todo. Antes solo se veían ovejas y ahora se ve gente trabajando con una maquinaria fuera de lo normal», describe este extremeño que vio en esta transformación una oportunidad y montó dos negocios de ruedas hace nueve años. Se dedica principalmente a vehículos agrícolas y los arregla en el lado portugués con un taller en Vidigueira y otro en Moura. Gracias al regadío, la agricultura con sus negocios derivados ha sido la gran beneficiada en lo que hasta finales del siglo pasado era una de las zonas más pobres y secas de Europa. El ocio recreacional también ha dado un salto cualitativo al calor del mayor embalse de Europa occidental (solo en Rusia y Ucrania los hay más grandes), el cual tiene 83 kilómetros de largo y baña la zona Este de la provincia de Badajoz. El proyecto de Alqueva se fraguó desde mucho antes, pero fue hace justo veinte años cuando el curso del Guadiana empezó a controlarse en un nuevo punto desde que se terminó la obra de la presa próxima al municipio de Alqueva, una diminuta freguesía perteneciente al municipio portugués de Portel (7.200 habitantes, distrito de Evora). El alcalde cuando se construyó esta infraestructura era Norberto Patinho, hoy diputado nacional por Évora del Partido Socialista. «La zona ha cambiado mucho y los resultados están siendo más positivos de lo que esperábamos. En un principio se quisieron hacer varios embalses más pequeños, pero defendimos hacer un gran embalse y se ha demostrado que fue la mejor opción porque ahora está lleno cuando a otros de Portugal les falta agua». Este político portugués habla de que ha permitido una «revolución agrícola» y de que ahora tienen excedente de aceite de oliva y pueden exportar. Además de destacar las áreas recreativas junto al agua, tampoco pasa por alto la producción de energía gracias a la central hidroeléctrica de la presa con un sistema que permite devolver el agua al embalse después de mover las turbinas. Esta gigantesca pared de hormigón construida por la empresa Edia tiene unos 90 metros de altura y 458 metros de ancho. Acabada en 2002, empezó a contener el río y llenó de agua una superficie de 250 kilómetros cuadrados (33 en España) que sirven para regar 120.000 hectáreas, según los datos de Edia. Además de traer desde viñas a frutales donde antes solo había plantaciones de secano, muchos pueblos han aprovechado sus orillas para impulsar actividades que antes no existían. Pero la misión primordial de esa masa de agua es el riego de una de las zonas más deprimidas de Europa, una superficie agrícola que comparten España y Portugal, dividida por el Guadiana, y que según Edia aún tiene recorrido, como indicó a principios de marzo su director de comunicación, Carlos Silva, cuando recordó que Alqueva todavía ofrece muchas oportunidades a la agroindustria. Y recordó que el sistema global de riego consta de un conjunto de 69 presas, embalses y azudes, 382 kilómetros de red primaria que conecta las presas del sistema y 1.620 kilómetros de tuberías en la red secundaria para llevar agua a las parcelas de los agricultores gracias a 47 estaciones de bombeo, 6 plantas minihidráulicas y una fotovoltaica. El principal impulsor de semejante proyecto fue el país vecino, que ejerce el dominio hidráulico después de que Portugal se tomara la inversión como una cuestión de prioridad nacional. De hecho, en estos veinte años se ha notado un desarrollo mucho mayor en el lado portugués, que tiene más municipios integrados en lo que fue la primera asociación transfronteriza de ambos países y que componen siete poblaciones portuguesas (Alandroal, Moura, Mourao, Portel, Reguengos de Monsaraz, Serpa y Vidigueira) y cuatro extremeñas (Olivenza, Cheles, Alconchel y Villanueva del Fresno). Este colectivo surgió en 2005 y después se rebautizó para promocionarse con un nombre más comercial, Gran Lago de Alqueva. En este contexto ha habido empresarios que se han mudado a esta zona casi olvidada que de repente se convirtió en regable, como Manuel Borrego, que produce nueces con su empresa Torre Alta. «Tenemos plantaciones en Guadiana y Alange -cuenta-, pero el Ayuntamiento de Villanueva del Fresno sacó a concurso en 2016 la explotación de unas tierras y solo nos presentaos nosotros. Nos la adjudicaron por un periodo de 30 años y la cosa está yendo muy bien. El suelo no tiene la misma fertilidad, pero al final el cultivo se ha adaptado. Los nogales tardan en producir y hasta los siete u ocho años no se estabiliza la producción, pero el año pasado ya tuvimos la primera y generamos unos 2.500 jornales. Lo mejor de la zona es que con las restricciones que se prevén por la sequía a nosotros no nos afectará porque Alqueva es de los pocos embalses que tiene agua de sobra», relata. Ramón Díaz Farias, alcalde de Villanueva del Fresno desde hace 19 años, habla de que asociarse en torno a Gran Lago de Alqueva ha servido principalmente para acceder a fondos europeos. Aunque el lago existe hace veinte, ha sido hace unos ocho años cuando la zona ha dado el estirón desde el punto de vista agrícola, por eso muchos jornaleros que antes vendimiaban en Tierra de Barros ahora lo hacen en el entorno de Alqueva, donde hay más almazaras privadas. Por otro lado, la mayoría de proyectos públicos, dice el regidor villanovense, han sido para ganar en competitividad turística y atraer gente a un lugar que apenas recibía visitantes. «Ahora hay una red de embarcaderos en la parte española -pone como ejemplos- playas fluviales, hemos promocionado rutas de castillos o de sabores como actividades dinamizadoras y estos fondos están sirviendo para revertir la situación que teníamos. Últimamente están yendo a parar a temas de cooperación entre ambos países, como tener una única señalización turística». Además de impulsar la agricultura como objetivo prioritario, el entorno quiere convertirse en un lugar de ocio acuático y por eso han aflorado playas de agua dulce y embarcaderos. En el lado español la referencia es Cheles (1.210 habitantes), aunque en el municipio de Villanueva del Fresno también se han ejecutado obras con menor éxito de afluencia de bañistas por estar el agua más alejada del municipio, si bien los fondos comunitarios propiciaron un centro de formación de deportes náuticos. En Cheles, con bandera azul desde 2019, la última inversión llegó de manos del pacense Juan Gómez, que invirtió allí 700.000 de euros hace tres años para revitalizar el restaurante, hacer más cómoda esta playa de agua dulce con sombrillas, aparcamiento y zona de autocaravanas. En un fin de semana de verano recibe más de doscientas visitas al día. En la orilla de enfrente, en Portugal, estas playas fluviales también han proliferado y las más equipadas son las de Monsaraz (también con bandera azul) y, a pocos kilómetros, la de Mourao, aunque prácticamente enfrente de la de Cheles existe la de playa de Montejunto, con peor acceso, más pequeña pero en auge desde hace cuatro veranos gracias a personas que cruzan en barca a hasta esta playa mucho más tranquila. El siguiente proyecto en marcha será una playa en Alandroal, según el diputado Norberto Patinho. Cayetano Núñez también es de las personas que ha navegado muchas horas por Alqueva, en su caso cruzando a clientes a la fortaleza lusa de Juromenha. Lo hace desde Villareal, una pedanía de Olivenza (12.000 habitantes) muy próxima al pantano revitalizada gracias a su restaurante panorámico. Allí hay un club náutico que en temporada alta se empieza a quedar pequeño con casi medio centenar de embarcaciones amarradas. Núñez se dedicaba a impulsar paseos fluviales desde 2014 y luego cogió el restaurante hace cinco años, un negocio que el Ayuntamiento de Olivenza ha vuelto a sacar a concurso este año. «Di el paso porque era una cosa nueva en la zona. Al principio había pantalanes (plataformas flotantes), pero aún no había nada que te impactara porque no había barcos. El restaurante lo cogí después para potenciar paquetes de 'travesía y restaurante' y el negocio empezó a subir. Los fines de semana está siempre lleno y también viene gente a diario, aunque se está más tranquilo. Cada temporada crece un poquito y ha habido sábados y domingos en que rechazamos a unos 200 o 300 personas porque no hay sitio. En temporada alta contrato hasta 12 empleados», señala Cayetano Núñez, que en las próximas semanas tendrá que atender de nuevo la demanda de paseos en barca, a diez euros la hora, opción que complementa con el alquiler de kayacs. La novedad en la zona es que la imponente fortaleza de Juromenha, que se ve en la orilla portuguesa de enfrente y que supone un atractivo, va a dejar de ser visitable desde que en 2021 comenzó una rehabilitación a la que todavía le queda año y medio. En cambio, desde este 2022 una opción más en Villareal es la habilitación con calles de una zona de natación de aguas abiertas, modalidad cada vez con más adeptos, señal de que Alqueva quiere ser aprovechado por más gente pues la sensación generalizada todavía es de que aún no se le está sacando todo el partido. Pero no solo el ser humano se está beneficiando de esta transformación. Semejante masa de agua también ha afectado a las aves, lo que ha dado lugar a pequeñas construcciones de madera para avistamientos que ornitólogos y aficionados aprovechan. Según el catedrático de Zoología de la Universidad de Extremadura (UEx), Alfonso Marzal, «hay varias especies que hace diez años no estaban en Alqueva o era muy difícil verlas, pero actualmente es frecuente encontrarlas, como la espátula, el águila pescadora, el correlimos tridáctilo y la garceta grande, por ejemplo. Su aumento no se sabe aún a qué es debido, pero puede ser a un aumento de las poblaciones de peces presa, mejores sitios para nidificar o mejores medidas de conservación, seguramente a una mezcla de todos estos factores. También hay especies de aves que han disminuido por Alqueva. Pero eso siempre pasa cuando hay cambios, que unas especies desaparecen mientras que otras oportunistas aumentan sus poblaciones». Tendencias Fusión Don Benito-Villanueva Isla de Valdecañas Coronavirus Sucesos HOY Agro En Salsa Antropía
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