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Villamayor, entre la ilusión y el resquemor: Queremos crecer sin perder el alma rural

14/05/2025
En: elperiodicodearagon.com
Digital
Huesca Villamayor, entre la ilusión y el resquemor: "Queremos crecer sin perder el alma rural" Dos centros de datos y un gran complejo agroalimentario están llamados a transformar por completo el municipio, que se independizó de Zaragoza hace 19 años, unos grandes proyectos que los vecinos acogen con sentimientos encontrados Dos vecinos jubilaos de Villamayor de Gállego en un bar del municipio. / Jaime Galindo Zaragoza 14 MAY 2025 7:00 A escasos diez kilómetros del centro de Zaragoza , un plácido pueblo ha atraído la suma de proyectos empresariales de mayor impacto en toda la redolada. Se trata de Villamayor de Gállego , un municipio de 2.800 habitantes con un marcado carácter rural y poderosas razones (energéticas y geoestratégicas) para ser foco de atención de los inversores. Dos centros de datos -uno del gigante tecnológico Microsoft y otro de Azora Capital- y un gran complejo agroalimentario del grupo cárnico Costa han recalado en esta privilegiada ubicación y están llamados a transformar por completo el perfil económico y urbano de la localidad. ¿Cómo viven sus vecinos este cambio? Sobre el papel, las grandes cifras de las tres iniciativas posicionan al municipio como un epicentro de desarrollo económico en Aragón. Suman un volumen de inversión de más de 4.200 millones de euros y prometen generar unos 6.750 empleos directos, además de miles de puestos indirectos. Todo ello a través de unas infraestructuras que ocuparán cerca de 350 hectáreas. En este nuevo escenario, la pregunta es cómo equilibrar este crecimiento sin precedentes y el bienestar local. El alcalde de Villamayor, José Luis Montero, a las puertas del ayuntamiento. / Jaime Galindo El ayuntamiento es consciente de ello y ha decidido alzar la voz contra una de las iniciativas . El centro de datos impulsado por Azora despierta más que dudas en el equipo de gobierno municipal, liderado por el alcalde José Luis Montero (CHA) , que rechaza además la forma en como se ha gestado. Esta posición crítica se ha formalizado mediante alegaciones presentadas contra la declaración de interés general del proyecto, lo refleja una preocupación por el equilibrio entre desarrollo económico y bienestar local. Especialmente en un contexto donde Villamayor ya está comprometida con dos inversiones de mayor envergadura y beneficio económico. Villamayor se planta ante el centro de datos de Azora: "Ya hemos pagado suficiente peaje con Costa y Microsoft" A pie de calle, no se respira en el municipio un gran debate sobra la idoneidad de estas grandes implantaciones empresariales y los pros y contras que encierran. A día de hoy, el sentir general que se percibe es de cierta indiferencia y escepticismo con lo que está por venir. En algunos casos, hasta incredulidad en que vaya a materializarse todo lo anunciado. "No hay una inquietud generalizada. La gente pregunta detalles -¿dónde se ubicará?, ¿quiénes son?-, pero no hay enfrentamientos", explica el alcalde. Sin embargo, Montero advierte que el verdadero cambio llegará a largo plazo , "cuando las máquinas empiezan y se note la llegada de trabajadores, el aumento del tráfico...". Entre la ilusión y resquemor Los testimonios recabados por este diario se debaten entre la ilusión y el resquemor. Unos ven los grandes proyectos como una oportunidad de hacer crecer el pueblo a nivel económico y poblacional, así como un revulsivo para que los jóvenes apuesten por quedarse en su pueblo. Otros lo perciben como una amenaza a la esencia rural de Villamayor. José Antonio y Juanma, dos vecinos jubilados, lo ven con distancia: "Hasta que no empiece el funcionamiento, no hay tu tía", resume el primero."Nosotros estamos fuera de juego, pero puede ser bueno para los jóvenes", añade el segundo. Ambos recuerdan el caso de Malpica: "Hace 70 años La Puebla de Alfindén no tenía nada. Ahora nos duplica". Esperanza entre los jóvenes Isabel, otra vecina, tiene una visión más entusiasta: "Me gustan que vengan centros de datos, es una oportunidad. Pueden traer empleo y riqueza para todos, no solo para Villamayor", destaca. "Hace años que aquí no venía nada y que muchos jóvenes quieren ver crecer el pueblo", afirma la mujer, que trabaja de enfermera en Zaragoza. Pero pide equilibrio: "Que no se pierda la agricultura ni nuestra forma de vida. Yo nací aquí y no me iría por nada". Elena reconoce vivir de "una forma un poco ajena" todo el revuelo que ha despertado el municipio. No se atreve a pronosticar si será "bueno o malo". Cree que eso se sabrá cuando los proyectos se pongan en marcha, pero cree que "hay muchos inconvenientes porque no quieres perder nunca tu identidad" . "Los jóvenes ven buenísimo que haya cambios, para los mayores es un mundo", concluye. Los principales debates surgen entre agricultores, donde existen cierta desconfianza ante los proyectos, aunque ninguno de los consultados ha querido dar su opinión ni tampoco desde la cooperativa agraria. También levanta suspicacias entre algunos vecinos que temen impactos medioambientales, especialmente por los centros de datos. " Algunos se preguntan cómo afectará a la calidad de vida. Pero hoy por hoy, es una incógnita", sostiene. Oportunidades y desafíos No cabe duda de que las inversiones traerán consigo beneficios económicos para el municipio: ingresos por licencias, aumento de la actividad comercial y posible creación de empleo. Aunque el alcalde aclara que los centros de datos generarán «poco empleo local tras la fase de construcción», a diferencia del proyecto cárnico. Pero VIllamayor también se enfrenta a grandes retos, como la presión urbanística. " El precio del suelo ya sube. Quienes tienen solares o casas sin vender ahora esperan a cobrar más", señala un vecino jubilado. Para el ayuntamiento supone asimismo una prueba de estrés. El alcalde reconoce que en el consistorio se sienten "desbordados" al contar con unos recursos municipales limitados para atender todos los trámites a asociados a los proyectos, que se tramitan bajo el paraguas del PIGA (Proyectos de Interés General de Aragón), la alfombra roja que extienda la DGA a las grandes inversiones para agilizar los plazos administrativos, una fórmula que despierta recelos entre las entidades locales al restarles autonomía e ingresos fiscales. "Queremos crecer sin perder el alma rural", afirma otra veterana vecina que prefiere dar su nombre. La frase resume el orgullo que siente en el pueblo por ser un imán para las inversiones pero también la cautela, un sentimiento que también detecta Montero entre sus vecinos. "Aquí la gente valora la tranquilidad, las fiestas organizadas por quintas, el conocerse todos... No queremos perder eso" . El alcalde insiste en que la clave está en "gestionar bien esta oportunidad". Mientras, Villamayor espera, entre la expectación y el escepticismo, a ver cómo se escribe su futuro. TEMAS
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