Los agricultores valencianos lamentan las dificultades para encontrar técnicos de alta cualificación para un sector envejecido que amenaza el relevo en el campo a pesar de disponer de la Politècnica de València La última actualización del QS World University Rankings by Subject reconoce a la Universitat Politècnica de València (UPV) como la mejor universidad española para estudiar Agricultura y Ciencias Forestales. Sin embargo, en Valencia sus agricultores reconocen dificultades para encontrar especialistas en ingeniería agrícola. Una paradoja en la región que alberga la 56ª mejor universidad del mundo en su materia según dicho ranking y que imparte en su Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN-UPV) tanto el Grado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural como el Grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. Actualmente, la Politècnica cuenta con 680 matriculados entre los cuatro cursos vinculados a la materia, 290 de los cuales (que cursan tercero y cuarto) están haciendo prácticas curriculares y extracurriculares. Además hay un 5% que está estudiando y trabajando en el sector. Un 5% de los casi 700 alumnos que estudian Agricultura en la UPV ya compaginan los estudios con el trabajo en el sector Nuevas promociones que salen del aula al mercado, donde la demanda crece en los últimos años ante una evidente falta de relevo generacional. Así consta en el balance agrario de 2024 presentado este miércoles en València, que deja un amargo regusto por su balance millonario en pérdidas y que, diseccionado, muestra problemas que hace tiempo denuncian sus profesionales. El informe de la Asociación Valenciana de Agricultores, Ava-Asaja, apuntaba ayer que la Comunidad Valnciana lidera el envejecimiento del sector agrario con un porcentaje del 49,97% de mayores de 65 años receptores de ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC). "Con tan poco relevo generacional necesitamos una política muy clara de profesionalización del sector. Nos faltan ingenieros agrícolas", aseguró su presidente, Cristóbal Aguado, evidenciando no pocas dificultades para mejorar la gestión de las producciones agrícolas. Necesitamos una política muy clara de profesionalización del sector. Nos faltan ingenieros agrícolas" Esa necesidad de recambio en el sector la palpan también en el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC), cuyo presidente Emilio Martí Monzonís apunta en La Vanguardia que "realmente no hay muchos jóvenes que quieran dedicarse al sector". Menos titulados que hace años -"antes en las aulas éramos 200 por clase, ahora llegarán a 14 o 15", lamenta Martí Monzonís, titulado también por la UPV- y poca traslación luego al Colegio, donde actualmente son unos 900 colegiados. En Ingeniería Técnica Agrícola la colegiación es obligatoria para ejercer la actividad profesional. "Los jóvenes egresados tampoco se colegian porque creen que no es necesario. Pero si se colegiasen les podríamos ayudar a situarlos en el sector, aunque el problema fundamental está en que no hay demasiados jóvenes que se estén dedicando a estudiar nuestras titulaciones", lamenta el presidente del COITAVC. Martí Monzonís explica que la empleabilidad del sector es casi del 100%, que el empleo es prácticamente cero y que son muchas las salidas profesionales, pero percibe un mayor interés entre los jóvenes en las titulaciones tecnológicas, "a pesar de que nuestro sector ha incorporado mucha tecnología en los últimos años". También reconoce que el nivel salarial del sector es bajo, y eso rebaja el interés de las nuevas generaciones. "Los profesionales están devaluados salarialmente y eso también influye", lamenta. En el Colegio ponen el foco en el reciclaje profesional -formación en nuevas tecnologías, digitalización, IA aplicada a la agricultura, entre otros- y en la búsqueda de empleo, con nuevas herramientas y bolsa de ofertas. Los titulados tienen "muchas salidas", apunta Martí Monzonís, pues pueden especializarse en el trabajo de campo trabajando en el sector hortofrutícola o ganadero, en la industria agroalimentaria o en jardinería, paisajismo o ingeniería ambiental. La Escuela más antigua de la UPV la dirige una mujer Constanza Rubio Michavila es, desde hace dos años, la directora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universitat Politècnica de València (ETSIAMN-UPV). Con su triunfo en las elecciones alcanzando el 52,76% de los votos se convirtió en la primera mujer en dirigir este centro a lo largo de sus 63 años de existencia. Dicha Escuela es, además, la más antigua de la UPV. Los estudios de ingeniería agrícola comenzaron en la UPV en el curso académico 1960-61, en la localidad valenciana de Burjassot, en el seno de la antigua "estación naranjera". Años más tarde, sus instalaciones se trasladan de Burjassot a un edificio de nueva planta diseñado al efecto, en el antiguo paseo de Valencia al Mar, hoy avenida de Blasco Ibáñez de la ciudad. Y será a comienzos de los años 80, cuando se traslada de forma definitiva a su ubicación actual en el campus de Vera.