La leishmaniosis es una de las enfermedades más frecuentes en perros y, por ello, todo aquel que conviva con uno de estos peludos debe conocerla, ser capaz de identificar sus síntomas y, sobre todo, tomar las medidas necesarias para prevenirla ya que se trata de una patología que no tiene un tratamiento curativo. Se trata de una enfermedad parasitaria transmitida a través de los mosquitos Flebotomos que, a través de su picadura, transmiten el protozoo del género Leishmania, que vive dentro de ellos, aunque su transmisión también puede ser transplacentaria (de madre a feto) y sexual (durante la cópula), tal y como contaba Laia Bertan, gerente de AniCura Miman's Hospital Veterinario a 20Minutos . En cuanto a sus síntomas, son muchos y diversos, lo que complica la labor de los veterinarios a la hora de diagnosticar esta enfermedad. "Los más habituales son adelgazamiento, problemas cutáneos, onicogrifosis (aumento exagerado del grosor de la uña), problemas articulares y cojeras, alteraciones oculares, vómitos, diarreas y anorexia", enumera la veterinaria. "El diagnóstico se consigue a través de test rápidos, serología IFI o PCR, y los casos positivos deben complementarse con un título de anticuerpos, un proteinograma, una analítica general y un uroanálisis", añade Bertan. La vacuna contra la Leishmania Por desgracia, al tratarse de una zoonosis no existe un tratamiento curativo de la enfermedad, de ahí que la prevención sea un factor determinante. "En zonas endémicas se consigue mediante el uso anual de antiparasitarios externos, inmunomoduladores y vacunas; mientras que en zonas con menos incidencia, puede ser suficiente con el uso de antiparasitarios externos en primavera y otoño, que son las épocas de mayor riesgo", cuenta la experta. Pero, ¿son recomendables las vacunas y realmente efectivas? Actualmente existen dos vacunas en España con diferentes principios activos: Canileish y Letifend, ambas indicadas para aportar inmunización en perros negativos a Leishmania, reduciendo el riesgo a desarrollar una infección activa y la enfermedad clínica tras el contacto, según el blog Vets & Clinics de Affinity Advance . "Ambas vacunas están diseñadas para lograr una respuesta inmune rígida, eficaz y con un elevado nivel de seguridad", explican. " Consisten en una sola dosis y una revacunación anual, recomendándose su administración a partir de los seis meses, previa analítica serológica". Los estudios realizados sobre la vacuna han demostrado una eficacia del 72 por ciento en la prevención de la enfermedad En el blog Kivet Salud Animal , los expertos veterinarios aseguran que, además de usar los antiparasitarios para evitar que nuestro perro contraiga Leishmania , "la vacuna puede ayudar en este proceso aumentando la barrera al Flebotomo". "Esta vacuna estimula el sistema inmunitario del perro para que , en caso de que el Flebotomo le pique y le transmita la enfermedad, su sistema inmunitario sea más fuerte frente a ella" , detallan. "Los estudios realizados sobre la vacuna han demostrado una eficacia del 72 por ciento en la prevención de la enfermedad". Como ocurre con todas las vacunas, su inoculación puede conllevar algunos efectos secundarios. "Normalmente no se presentan, pero a veces puede producirse una pequeña hinchazón o picor en la zona donde se le ha inoculado la vacuna, que desaparece a las pocas horas sin ningún tipo de secuela", cuentan los expertos de Kivet.