A FONDO Fernando Orús Pueyo Ingeniero Agrónomo
Una PAC para la emergencia climática
En artículos anteriores en este mismo diario, y en especial en 'La nueva PAC y la emergencia climática' (12-11-2020), tratamos de mostrar cómo dicha Política Agrícola Común europea podía ser el soporte ideal para conseguir la transición de la producción agropecuaria convencional actual a una producción agroecológica.
Fernando Orús Pueyo
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Europa se verá afectada por la emergencia climática, con aumentos de temperatura de hasta 7º en los peores escenarios. EFE
Y así se había anunciado previamente para el periodo 2021-2027, de forma que un 25% de la superficie de cultivo europea fuera agroecológica en el año 2030, y que en 2050 se alcanzase el 100% . En nuestra opinión, y por esas exigencias ineludibles de que, por una parte cada sector productivo debe asumir la reducción de sus emisiones de GEIs (gases de efecto invernadero), y por otra, de la propia urgencia de frenar el calentamiento global, la nueva PAC debería destinar en el periodo más corto posible la mayor parte de sus fondos económicos a conseguir esa transición de la agricultura actual hacia la agroecología.
Sin introducirnos en todos los recovecos normativos que pueda establecer la nueva PAC, nos parece interesante reseñar para la sociedad no agraria, que la transición agropecuaria consistiría, no sólo en una producción ecológica sin pesticidas, ni abonado nitrogenado sintético, ni importaciones de proteaginosas para la alimentación ganadera (1), sino incluyendo además una nueva visión de la cadena agroalimentaria donde se respeten y equilibren los derechos de productores (agricultores y ganaderos), la industria alimentaria, la distribución y los propios consumidores de dichos alimentos.
En la excelente publicación Atlas de la PAC. Hechos y cifras sobre la Política Agrícola Común , 2019 (2), se recogían ya todas sus deficiencias (planteando a la par las oportunas modificaciones) y de donde extractaremos y recordaremos a continuación las que nos parecen más significativas desde la visión de la emergencia climática, pero también de las repercusiones sociales que tienen dichas ayudas.
Sobre el inadecuado sistema de pagos que se produce, dado que destina la mayor parte de sus fondos --un (70%) a través del «primer pilar» -a unos pagos directos, asociados al tamaño de las explotaciones, y que en consecuencia van a parar a un 20% de las explotaciones, precisamente las más grandes . De este modo, al «segundo pilar» que cubre precisamente los aspectos de: desarrollo rural, producción ecológica y medidas para proteger el medio ambiente y el clima, solo se destina menos de un 25% del total.
Respecto a la biodiversidad: el sistema productivo mayoritario, convencional o intensivo, -que la propia Agencia Europea de Medio Ambiente califica (a la agricultura) como la mayor amenaza sobre la biodiversidad- utiliza entre otros productos, los fitosanitarios (fungicidas, herbicidas e insecticidas) que generan un gran impacto sobre los suelos, aguas y especies sensibles a dichos productos.
Respecto a la alimentación, nos recuerda que la dieta occidental media se basa en un alto consumo de carne, grasas y azúcares, que además de estar muy relacionada con muchas enfermedades crónicas, es insostenible por su elevado impacto ambiental...
Y sobre el sistema alimentario y de salud, vuelve a indicarnos que los análisis periódicos realizados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria muestran que los residuos de fitosanitarios suponen un riesgo para la salud de los consumidores y aumenta la preocupación por los efectos de exposiciones persistentes a dosis bajas, especialmente sobre las hormonas. De acuerdo con estas afecciones medioambientales y de salud , la nueva PAC debería actuar probablemente, con mayor decisión y celeridad que las programadas, para alcanzar esa transición hacia la agroecología, pero añadiendo también una «acción alimentaria» para actuar sobre los mercados, y estimular la oferta y demanda de alimentos sanos y sostenibles.
Y por último sobre el uso del dinero público, la nueva PAC debe garantizar que ese dinero se destina a compensar la generación de bienes y servicios públicos, cubriendo los costes adicionales asumidos por aquellos agricultores, ganaderos y silvicultores que producen alimentos sanos y de calidad con métodos de producción ecológica, a la vez que conservan suelos, aguas y biodiversidad y contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.
El origen
Sobre el origen de la emergencia climática, en palabras de González Svatez (3), «no es un fenómeno puramente natural, sino producto de la actividad humana». Y es una cuestión prioritaria que afecta tanto a los sistemas humanos, incluida la salud humana, como a los sistemas naturales (aire, tierra, agua, océanos, diversidad biológica) y que altera las complejas relaciones entre estos sistemas. Es consecuencia de un modelo productivo, de vida y de consumo, guiado únicamente por el mayor beneficio económico en el menor tiempo posible. Desprecia la sostenibilidad de nuestro entorno y la sostenibilidad del ecosistema.
Y tenemos que volver a insistir en el consumo alimentario por ser un aspecto determinante, pues podríamos hacer la transición productiva agropecuaria, pero no haber desarrollado el consumo de productos ecológicos (que presumiblemente pueden resultar algo más caros) y como indica González de Molina (4), es necesario movilizar a los consumidores mediante la politización del consumo alimentario, esto es, la conversión de la alimentación en un acto responsable y por tanto, político, de elección de los alimentos que se ingieren. Es la manera más eficaz de construir mayorías de cambio en torno a un régimen alimentario, principal objetivo de la agroecología.
Futuro incierto
Terminamos con nuestra impresión personal de que ni nuestros gobernantes ni la sociedad en general asumen la gravedad de la situación en relación con la emergencia climática y un futuro problemático de decrecimiento. La acción individual, a través del consumo alimentario podría acelerar la acción de la PAC, pues un crecimiento rápido del consumo de alimentos sostenibles y saludables, impulsaría la producción de los mismos. Los medios, en general reseñan con toda razón, la problemática e injusta distribución de los fondos de la PAC, pero suelen olvidar la gravedad de la emergencia climática, mucho más problemática a escala planetaria que la pandemia del covid . El borrador del último informe del Panel internacional de los científicos del cambio climático (IPCC) que adelantó France-Presse (5), indica, que aunque se cumplieran los compromisos recogidos en el Acuerdo de París por 200 países, y que el calentamiento global quedase por debajo de los 2 grados centígrados, las consecuencias serán catastróficas. Con la evolución actual, la Tierra se dirige a una subida de temperatura de 3 grados.
En estos momentos, la investigación agropecuaria y los servicios de transferencia agroalimentaria deberían estar planificando un nuevo sistema productivo con menor disponibilidad energética (fertilizantes sintéticos, proteínas importadas) , rotaciones con leguminosas que proporcionen el nitrógeno necesario, producción y abastecimiento alimentario de proximidad, etc., para poder mostrar en unos pocos años lo que debería ser el nuevo esquema productivo y de consumo alimentario y permitir «desmontar» las producciones e inversiones actuales que no serán operativas en el futuro
En nuestro país, Greenpeace (6), denuncia también que el gran olvidado del Plan «España puede» es la transformación del sistema agroalimentario y que éste carece de indicadores para evaluar el impacto en la transición ecológica, junto con la reducción de la brecha de género o el equilibrio territorial.
Referencias utilizadas: (1) 'An agroecological Europe in 2050: multifunctional agriculture for healthy eating. Findings from the Ten years for Agroecology (TYFA) modelling exercise'. (2018). Poux, X., Aubert, P.M. (2) 'Atlas de la PAC. Hechos y cifras sobre la Política Agrícola Común', 2019. Heinrich Böll Stiftung, Por otra Pac, Carasso Daniel & Nina. (3) 'Emergencia climática, alimentación y vida sostenible', 2020. C.A. González Svatetz. (4) Revista 'Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global', n.º 139, 2017. 'La Alimentación en disputa'. Coloquio con Manuel González de Molina. Mónica di Donato. El Periódico de Aragón: (5) 4 de julio 2021. 'La catástrofe, más cerca de lo previsto. La ONU advierte de problemas irreversibles en los próximos 30 años'. (6) 23 junio 2021. 'Greenpeace critica el plan, «España puede'.
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