Las compañías chinas que se afincaron en México para sortear los aranceles que Donald Trump puso en su primer mandato al gigante asiático, aprovechando el tratado libre comercio entre ambos países, sufren ahora la amenaza del magnate con los aranceles al 25% que impone a sus vecinos del sur y también a Canadá. Según los datos de la Cámara de Comercio Mexicana en China, el número de empresas con financiación china registradas en organismos oficiales mexicanos es de 20.000, frente a las 2.000 que había a principios de 2020. El presidente estadounidense, en una rueda de prensa en el Despacho Oval mientras firmaba sus primeros decretos, momentos después de haber jurado el cargo, anunció que uno de dichos documentos se incluía una directiva por la cual las agencias federales deberían analizar cómo el acuerdo comercial de libre comercio entre EEUU, México y Canadá , conocido como T-Mec, que firmó durante su primer mandato, está afectando a las empresas y los trabajadores de Estados Unidos y si les compensa continuar en el acuerdo. Las empresas de vehículos y componentes automovilísticos chinas son las más afectadas por estos aranceles del 25% con los que amenaza el magnate. "Ahora hay un gran interrogante sobre hasta qué punto México seguirá sirviendo como trampolín hacia EEUU", aseguró a Caixin el director de operaciones de la agencia naviera estadounidense Duke Shipping, Zhang Huafeng. La economía mexicana depende casi al 100% del comercio en los últimos años . Más del 80% de las exportaciones del país tienen como destino Estados Unidos, esto supone el 30% del PIB del país. Esto es debido, en gran parte, a ese libre comercio entre ambas naciones y al fenómeno conocido como nearshoring, que es una estrategia comercial basada en externalizar la producción a terceros que, a pesar de estar en otros países, están en áreas cercanas y en una zona horaria semejante. Con esto, se refuerza la cadena de valor. La clave de todo esto se encuentra en Monterrey, concretamente en el Parque Industrial de Hofusan. Este polo industrial cuenta con 850 hectáreas y es el refugio de numerosos fabricantes chinos que buscan eludir los aranceles de Estados Unidos y acortar la cadena de suministro. Los fabricantes de automóviles chinos en particular se han dirigido directamente al país. En 2024 se exportaron unos 445.000 vehículos a México, un 7% más que en 2023 , según los datos de la Administración General de Aduanas de China. Solo en los primeros 11 meses de 2024, México fue el segundo mayor destino de exportación de automóviles chinos, según los últimos datos aportados por la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China. En este sentido, México se convirtió en un país de gran atractivo tanto para las inversiones chinas, estadounidenses y europeas. La administración, ahora liderada por Claudia Sheinbaum, ofrece grandes incentivos fiscales, entre otros. Grandes firmas como General Motors y Stellantis recibieron ayudas del Gobierno mexicano para localizar la producción de algunos de sus componentes que normalmente fabricaban en China. Los aranceles más altos y los controles más estrictos sobre las importaciones chinas por parte del gobierno de Estados Unidos, las políticas de nearshoring destinadas a alentar la mudanza de las cadenas de fabricación y suministro a países amigos o vecinos desde aquellos percibidos como rivales políticos, y las reglas de contenido local más estrictas en el T-MEC también han sido factores clave para que esas industrias se trasladasen a suelo industrial mexicano. El T-MEC, que entró en vigor en julio de 2020, estipuló que, para beneficiarse de aranceles cero, el 75% del contenido de un vehículo debe fabricarse en América del Norte, frente al 62,5% previsto en el anterior Tratado de Libre Comercio de América del Norte. La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que entró en vigor en agosto de 2022, ofrecía a los consumidores descuentos en los vehículos eléctricos (VE) si un determinado porcentaje del valor de los componentes de la batería se fabricaba en América del Norte. Esto convirtió a México en el principal socio comercial de Estados Unidos, superando a China. Según los datos de la Oficina de Censos estadounidense, en 2020 (año de entrada en vigor del acuerdo comercial) los intercambios entre el gigante asiático y Estados Unidos sumaron 432,5 millones de dólares, mientras que con México apenas superaban los 323 millones. Con el paso del tiempo, la curva se fue corrigiendo hasta que el año pasado el comercio exterior con la frontera sur se incrementó hasta los 475,6 millones de dólares, mientras que con Pekín se redujo hasta los 427,2 millones de dólares. Apesar de que la incertidumbre se cierne ahora sobre las firmas chinas y estadounidenses establecidas en Méixco, el economista jefe de Bank of America Securities para México y Canadá, Carlos Capistrán mantiene cierto optimismo al respecto. Reitera que este fenómeno del nearshoring se mantiene vigente en México por una serie de ventajas competitivas en otros mercados como el latinoamericano e incluso por encima de EEUU, debido a salarios más bajos y su posición geográfica con el marcado más grande global. Como todo, ahora todo está en el aire porque no se sabe cuáles van a ser los siguientes pasos de Trump.