Alimentación
Te haces un lío con los alimentos ecológicos y esto explica por qué
Nos perdemos con las etiquetas de lo ecológico, orgánico o bio y a veces no sabemos distinguir entre conceptos que parecen querer decir lo mismo, ni sabemos valorar si son o no má saludables que los tradicionales
20 Oct 2021 00:54h
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¿Nos importa de verdad el planeta? Aunque tal vez muchas personas no estén demasiado acertadas a la hora de mostrar su interés por el medio ambiente, bien por falta de información o bien por tener ideas equivocadas lo cierto es que la demanda de productos ecológicos ha vivido un crecimiento exponencial en los últimos años. De hecho, los espacios destinados a la venta de productos «ecológicos», «orgánicos» o «bio» en el supermercado son cada día más amplios.
Llenar la cesta de la compra con alimentación ecológica se ha convertido, tal como asegura Vanesa León, dietista y nutricionista de Biogran; en un acto de solidaridad con el medio ambiente , pero también en un acto de responsabilidad con nuestro cuerpo pues,
según asegura la experta, existen estudios recientes que confirman que los productos ecológicos aportan una mayor cantidad de antioxidantes y menos metales pesados y compuestos químicos que podrían ser perjudiciales para la salud. Eso sí, a la hora de elegir alimentos ecológicos no todo vale pues no a todos se les puede poner simbólicamente la etiqueta de «saludable». Pero vayamos por partes. Lo primero que debemos hacer es aclarar conceptos. La primera pregunta que se nos viene a la cabeza es: ¿cuáles son las diferencias entre los alimentos ecológicos, orgánicos y bio ? Según explica León, la legislación europea, concretamente el Reglamento 2018/848 sobre producción ecológica entiende que cuando nos referimos a los términos biológico, orgánico y ecológico en realdiad nos referimos a lo mismo, puesto que con estos términos designamos a aquellos alimentos que no se han tratado con productos químicos, ni con insecticidas, ni con pesticidas y que además han sido producidos con un sistema respetuoso con el medio ambiente que fomenta la biodiversidad, que contribuye a preservar los recursos naturales y que favorece el bienestar de los animales y el desarrollo rural.
Sí que es cierto, tal como argumenta la nutricionista de Biogran que, a la hora de hacer algún tipo de distinción entre un producto ecológico, orgánico o bio pueden darse algunos matices. En el caso de los 'bio' se hace hincapié en el hecho de que no se puedan usar herbicidas, organofosforados ni nitratos en la producción agrícola y tampoco pueden darse organismos modificados genéticamente; mientras que en el caso de lo ecológicos se destaca la relación con la sostenibilidad de modo que se busca un buen aprovechamiento del agua y de la energía en los cultivos. Y en el caso de lo orgánico se destaca el hecho de que no se haya utilizado ningún componente inorgánico para formular el producto y que tampoco aporta aditivos de ningún tipo.
Una vez que conocemos los conceptos básicos conviene aclarar, tal como explica la nutricionista Vanesa León que, al igual que sucede con otro tipo de alimentos del supermercado los apellidos «natural», «ecológico» o «plant-based» no tienen por qué ser sinónimos de «saludables». De hecho, tal como indica la experta, a la hora de leer la etiqueta de estos alimentos tenemos que guiarnos por los mismos criterios con los que decidimos si un producto es o no saludable, es decir, cuanto más corta sea la lista de ingredientes , mejor; cuantos menos azúcares añadidos, mejor (preferiblemente que no incluya ninguno y de ningún tipo, pues cabe recordar que el azúcar se puede ocultar bajo decenas de nombres: dextrosa, fructosa, jarabe o sirope de arce, jarabe de maíz de alta fructosa, jarabe de fructosa, glucosa, maltodextrina, maltosa, melaza, miel, panela, sacarosa, sucrosa...) y cuanto más pronto aparezca un ingrediente saludable (o la materia prima) en la lista de ingredientes, mayor será su presencia en el producto final. Así, por ejemplo, si compramos una bebida vegetal de avena pero vamos que la mayoría es agua y azúcar que apenas tiene un 5% de avena en realidad no estaremos comprando un producto saludable, por muy ecológicos que sea. «Podemos llegar a encontrar productos que sí que son bio, veganos o 'plant-based', pero incluyen una lista interminable de ingredientes, están cargados de azúcares simples y aportan grasas saturadas. De hecho esto suele suceder especialmente en los productos vegatales ultraprocesados que intentan emular o imitar las características de los productos de origen animal», argumenta León.