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Seis vinos de una uva difícil, la cariñena

30/06/2023
En: elpais.com
Digital
Fue sinónimo de vino de Aragón, tierra natal de la cariñena, desde donde se extendió como mazuelo o mazuela en la zona riojana, carinyena o samsó en la catalana, carignano en Cerdeña y carignan en la región francesa de Languedoc-Rosellón. Incluso el californiano condado de Mendocino es principalmente conocido por sus vinos a base de cariñena. Pero, paradojas de la vida, pese a haber sido antes de la filoxera ampliamente mayoritaria, hoy es variedad minoritaria en la renovada DO Cariñena, poéticamente autotitulada El vino de las Piedras , muy por debajo de la garnacha y el tempranillo: tan solo el 5,46 % de las 14.069 hectáreas inscritas, según datos del Consejo Regulador de la DO Cariñena. Ciertamente, no es uva fácil. Tiene un ciclo vegetativo largo, de maduración lenta, no exenta de riesgos, ya que es sensible a enfermedades y plagas. Además, sus vinos suelen tener alta graduación alcohólica. Por contra, la cariñena es cepa vigorosa que resiste bien la sequía y los climas extremos, lo que en los tiempos que corren no es poca cosa. Lo cierto es que partiendo de viñas viejas, preferentemente de altura y con la adecuada elaboración, se puede metamorfosear la rusticidad básica de la cariñena en compleja, potente y elegante expresividad aromática. De ahí que algunos esforzados viñadores hayan decidido recuperar pasadas grandezas, dispuestos a demostrar que la fama prefiloxérica de la cariñena tenía su razón de ser. Sin miedo al elevado coste de sus pequeñas producciones, como hace la bodega Grandes Vinos con su Anayón Cariñena Terracota (140 euros). Más decididos se muestran en otras zonas vitivinícolas, donde el prestigio de la cariñena crece, pasando de acompañante segundona de la garnacha y tempranillo a variedad principal o solitaria. Así, en La Rioja, también conocida como crujillón o montón negro, donde ha formado históricamente parte de sus prestigiosos tintos a los que aporta frescor y longevidad, surgen elaboraciones monovarietales de altísima calidad como Arizcuren solomajuelo, La Quinta Cruz de Miguel Merino, Colección Vivanco Parcelas de Mazuelo, Beronia Mazuelo Reserva, Gregorio Martínez Finca Mazuelo, El Escocés Volante Ma-zuelo de Norrel Robertson, Casa Primicia M Mazuelo, etc. Y, aunque la tendencia a elaborar monovarietales se va extendiendo, choca con su escasez, ya que el majuelo solo ocupa el 1,72% del viñedo, según estadísticas del Consejo Regulador de la DOCa Rioja. Mejor en su situación en Cataluña, sobre todo en Priorat, donde la samsó, compañera habitual de la garnacha tinta, tiene hoy un mayor liderazgo en los coupages . Sus vinos monovarietales alcanzan precios astronómicos como Mas Doix 1902 Carinyena Centenaria (360 euros) y Les Tosses de la bodega Terroir la Limit (190 euros). Pero no hace falta gastarse tanto dinero para degustar excedentes vinos de una variedad que se merece un puesto destacado entre nuestras mejores uvas. De su alta calidad da fe la siguiente selección, avanzadilla de un futuro cargado de promesas.
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