Las emisiones de gases de efecto invernadero proceden principalmente del consumo de combustibles fósiles. Por tanto, prácticamente todas las actividades humanas tienen impacto sobre el cambio climático. En el caso de la ganadería, las emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano o el dióxido de carbono, proceden principalmente del proceso digestivo de los rumiantes. Sin embargo, además de producir alimentos, este tipo de ganadería contribuye con impactos positivos en el medio ambiente. Por ello, cada vez es más necesario implementar prácticas que reduzcan el impacto ambiental sin comprometer la producción de alimentos de calidad ni el bienestar animal. El centro tecnológico Neiker, entidad dependiente del Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, celebró en sus instalaciones de Arkaute (Álava) una jornada de puertas abiertas para presentar los resultados del Plan de Acción Bajo en Carbono que desarrolla con su propio rebaño en el marco del proyecto europeo Life Green Sheep. Esta iniciativa busca impulsar la sostenibilidad en la producción ovina a través de mejora de la eficiencia, la productividad, competitividad y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la implementación de prácticas más respetuosas con el medio ambiente. La sesión, dirigida a personal ganadero, técnico y otros agentes del sector ovino de raza Latxa, permitió conocer de cerca las prácticas que se están aplicando en el rebaño experimental del centro, así como los resultados obtenidos hasta la fecha. La jornada comenzó con una intervención de Roberto Ruiz, responsable del Departamento de Producción Animal de Neiker, quien ofreció una visión general del proyecto Life Green Sheep y detalló en qué consiste el Plan de Acción Bajo en Carbono aplicado al rebaño de Arkaute. "Este plan parte de una evaluación del impacto ambiental de las prácticas actuales de manejo, con el objetivo de identificar y aplicar alternativas que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sin afectar al rendimiento productivo. Aunque el objetivo inicial era reducir la huella de carbono al menos un 12%, las estimaciones actuales apuntan a una reducción del 17%", explicó el investigador. Tras esta introducción, las personas asistentes recorrieron las instalaciones del centro, donde pudieron conocer de forma práctica cómo se están aplicando estas medidas de la mano del equipo de investigación del Departamento de Producción Animal de Neiker. Durante la visita, Lourdes Mintegi presentó las características del rebaño de Neiker, su manejo general y los datos de producción, e Ina Beltrán de Heredia incidió en las prácticas para optimizar la reproducción. Por su parte, Idoia Goiri, mostró las instalaciones y los equipos utilizados para la medición de las emisiones de metano entérico, como los sensores sniffer, el láser portátil y las cámaras de respiración, que permiten registrar datos útiles para evaluar el efecto de las prácticas implantadas sobre la emisión de gases. Además, expuso los resultados obtenidos en distintos ensayos con aditivos antimetanogénicos, que se pueden incorporar en la alimentación del ganado para disminuir la producción de metano durante la digestión. A continuación, Nerea Mandaluniz compartió la experiencia del centro con el pastoreo rotacional, una práctica que se emplea en Neiker desde 2013. "Dividimos las parcelas en distintas secciones para que el rebaño rote entre ellas, dando descanso al pasto para que pueda recuperarse, mantener su capacidad de regeneración y reducir la necesidad de fertilizantes y otros insumos", destacó la investigadora. Finalmente, Roberto Ruiz explicó el uso de la prensa de tortas de oleaginosas, un sistema que permite prensar en frío semillas como la colza, el girasol o el lino. Esta tecnología facilita la sustitución de la soja o el aceite de palma habitualmente empleados en la formulación de los piensos, y que son de importación, por materias primas locales. De este modo se puede contribuir a reducir las emisiones asociadas al transporte y al uso de ingredientes foráneos, que en ocasiones están además asociados a la deforestación y que, por tanto, tienen importantes impactos ambientales y sociales en los países de origen. Life Green Sheep Life Green Sheep es un proyecto europeo que busca promover sistemas de producción ovina más sostenibles y con bajas emisiones de carbono. Liderado por Idele, reúne a equipos de I+D+i y organizaciones del sector ovino de cinco países europeos: España, Francia, Irlanda, Italia y Rumanía, que en conjunto representan el 47% de la producción europea de carne de ovino y el 63% de la leche ovina. A nivel estatal, está coordinado por Neiker, y cuenta con la participación de Itacyl (Castilla y León), Oviaragón (Aragón) y Lurgintza (Euskadi). La iniciativa, que comenzó en 2020, tiene como objetivo reducir en al menos un 12% la huella de carbono por kilo asociada a la producción de carne o leche de las ovejas. Para ello, se diseñan herramientas de evaluación de la huella de carbono y se implantan planes de acción específicos en ganaderías reales, adaptados a sus condiciones productivas y ambientales.