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Por qué no hay que poner un huevo duro en el microondas

12/12/2017
En: lavanguardia.es
Digital
No hagan el experimento, así se ahorrarán un susto y una buena quemadura: los huevos duros no se deben calentar en el microondas. Jamás. Punto. Y entonces, ¿a qué viene el revuelo armado en las redes sociales con este alimento? Pues a un experimento científico, una demanda a un restaurante y a cientos de vídeos en YouTube que tienen como protagonista, precisamente un huevo duro. La semana pasada durante el 174º congreso de la Sociedad Acústica, en Nueva Orleans (EEUU), dos expertos en acústica, Antony Nash y Lauren von Blohn, presentaron una investigación tras estudiar de forma minuciosa qué ocurría con este producto tras calentarlo en el microondas. La idea para este estudio procedía de la demanda que un hombre había interpuesto a un restaurante, alegando que había sufrido quemaduras importantes e incluso daños de oído debido a un huevo duro que explotó en su boca cuando intentaba comérselo. El huevo había pasado por este electrodoméstico antes. A Nash y von Blohn les sorprendió la reclamación de ese hombre acerca de daños auditivos. Y emprendieron una investigación en la que sacrificaron hasta 100 huevos. Primero revisaron decenas de vídeos en YouTube en los que se ve, precisamente, cómo detona un huevo dentro del microondas. Y luego, realizaron una serie de experimentos: los calentaban en el microondas para ver qué ocurría. Y muchos no hacían nada, pero tres de cada 10 explotaban dentro del microondas. Por lo que, tras repetir el experimento algunas veces, decidieron usar una campana transparente para cubrir el huevo y dejar de limpiar restos de yema y clara desparramados por todas partes.De los huevos que conseguían salir intactos del microondas, los investigadores vieron que explotaban al salir y cortarse con un objeto afilado. La razón es que al cocinar un huevo, las proteínas de la yema se aglomeran, crean una especie de compartimientos, inofensivos si se come el huevo después de que se enfríe. Pero si el huevo se recalienta y las proteínas de la yema superan los 100ºC, son capaces de contagiar esa temperatura al agua. Así, cuando esos compartimientos son alterados, ya sea al cortar el huevo o morderlos, se produce una reacción en cadena y explota. Los investigadores vieron que a una distancia de algo más de un palmo, el sonido estaba en un rango de entre 86 y 133 decibelios, un volumen que no se considera peligroso. Por ejemplo, una bala al salir de una pistola causa 160 decibelios y no se considera dañina para el oído. Pero esta pareja de expertos en acústica, observaron algo más: entre el agua del bol en que habían puesto el huevo y la yema del huevo había una enorme diferencia: 5 grados de temperatura y la yema es la que estaba más caliente, a 100 ºC, suficiente para hervir agua. Por el momento, la demanda interpuesta por el comensal a Jamaica se ha desestimado. .
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