En España, cuna de grandes vinos , estamos acostumbrados a que todas las botellas tengan un aspecto muy similar en cuanto a la forma, pero ¿ por qué todas tienen el fondo metido hacia adentro ? Seguro que más de una persona se lo ha preguntado mientras descorchaba una y te traemos la respuesta. Este curioso diseño, conocido como "picada", no es una elección al azar ni obra de una casualidad o un simple detalle decorativo. Esta forma tan concreta que caracteriza a todas las botellas de vino tiene toda una historia a sus espaldas y muchas razones prácticas que han hecho que se mantenga así durante siglos. Origen en el siglo XVIII: todo beneficios Este fondo hundido se remonta a los inicios del uso del vidrio para almacenar vino en el siglo XVIII . En esa época, las botellas eran fabricadas de manera artesanal por sopladores de vidrio, quienes tenían dificultades para crear bases completamente lisas. Por ello, con el objetivo de solucionar el problema y asegurarse de que las botellas pudiesen mantenerse de pie sin tambalearse, se optó por hundir el fondo, logrando así una mayor estabilidad. Botella de vino con el fondo hundido WIKIPEDIA/City Foodsters Con el tiempo, esta forma cóncava no solo solucionó el problema de fabricación, sino que se dieron cuenta de que también aportaba mucha más resistencia a las botellas . Al tener una base más gruesa y robusta, resultaba menos probable que se rompieran o volcaran, algo que era especialmente útil en el transporte y almacenamiento de las botellas de vino. Además, para los vinos espumosos, como el cava o el champán , la picada tiene una función aún más importante: soportar la presión interna . Estas botellas contienen muchos gases en su interior, y el diseño hundido ayuda a distribuir la presión de manera uniforme, evitando que el cristal se rompa . Sin esta forma, las botellas podrían explotar. Otros beneficios de esta forma hundida Una botella y una copa de vino DIPUTACIÓN DE MÁLAGA Más allá de que la fabricación sea más sencilla y de la mayor resistencia de la botella, el peculiar fondo cóncavo también mejora la experiencia para los consumidores. Los vinos, especialmente los tintos envejecidos , suelen generar posos, y la forma hundida del fondo ayuda a que estos sedimentos se recojan en los laterales de la botella , haciendo prácticamente imposible que caigan en la copa al servir y lo que pretendía ser toda una experiencia de degustación acabe siendo una absoluta decepción. Por último, esta forma facilita el agarre de la botella al servir el vino . De hecho, los camareros expertos a menudo agarran la botella por la base, el culo, utilizando el hueco para darse a sí mismos mayor estabilidad y precisión a la hora de servir una copa de vino. Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las mejores novedades para disfrutar al máximo del placer de comer.