La crisis inflacionaria ha supuesto un drama para muchos distribuidores y pequeños productores alimentarios que se han encontrado con fuertes alzas en los costes de sus materias primas, sumados a los de la energía en el caso de los productores, que no han podido repercutir de forma inmediata en sus precios de venta. En el último trimestre de 2023 esta situación ha provocado una cascada de concursos de acreedores, liquidaciones y cierres en pequeñas firmas del sector en toda la Comunidad Valenciana. Ese ha sido el caso de la cadena de pequeños supermercados especializada en carne, Fricarne , que después de que el pasado mes de mayo solicitase el concurso de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil Número 3 de Valencia ha terminado en liquidación. La pequeña empresa de distribución contaba con 51 trabajadores en plantilla , distribuidos en 16 centros de trabajo en distintas poblaciones de la provincia de Valencia. Pese a que el administrador concursal intentó la venta de los activos para mantener la actividad, finalmente no se presentó ninguna oferta. En su caso, la situación se vio agravada por una venta fallida hace dos años . Entonces la empresa llegó a un acuerdo para la venta de buena parte de su red, en concreto nueve tiendas a la sociedad Blanco y en Botella, por un importe de 832.000 euros. Sin embargo, el traspaso no llegó a materializarse ya que el comprador no consiguió "llevar a buen término las negociaciones con el franquiciador (grupo Carrefour)" en cinco de esos centros, lo que precipitó su crisis. La cadena minorista redujo su cifra de negocio de algo más de 7,1 millones de euros en 2020 a 5,4 millones de euros el año pasado. Además, con el incremento de costes de la materia prima su resultado pasó de unos ligeros beneficios a pérdidas de 492.000 euros. Del congelado al porcino y los cítricos Otro grupo con una fuerte presencia en la zona de Benidorm, el grupo mayorista de alimentación Carrillo de Finestrat , también ha seguido el mismo camino hacia la liquidación. En su caso, el grupo especializado en el sector hostelero contaba también con las filiales La Carbonera y El Miñarro, especializadas en productos congelados y conservas . El grupo mayorista tenía una veintena de trabajadores y más de 9,4 millones de euros de facturación en 2022, tras entrar en números rojos. Por tamaño, el concurso más llamativo ha sido el de Industrias Cárnicas La Cope , que en septiembre anunció el cierre de su matadero y sala de despiece en Torrent (Valencia). Con más de 200 trabajadores y 94 millones de euros de ventas el año pasado , lo cierto es que sus pérdidas se dispararon a más de 4,5 millones de euros por la subida de los precios del porcino, sumados a los de gas y electricidad supusieron el desplome de los márgenes de la empresa. Una situación que llevó a concurso a la firma valenciana, que suministraba la materia prima a otra empresa con los mismos socios, Embutidos La Cope, que mantiene la actividad con otro proveedor. Precisamente también del sector cárnico es otra de las empresas que ha acabado en concurso, Bon Gust Elaborats , un productor de Benaguasil (Valencia) con más de una decena de trabajadores al que también ha pasado por encima la subida de costes. El sector agrícola tampoco ha salido indemne, como demuestra el concurso y liquidación de la cooperativa de uno de los referentes citrícolas de Castellón, Nules. Cítrics de Nules , que llegaba a emplear a más de un millar de trabajadores durante la campaña y resultado de la fusión de otras dos cooperativas de la localidad, también se declaró insolvente y despidió a su plantilla tras el verano.