Cuando se habla de los problemas de las renovables para la conservación de las especies, lo fácil es pensar en las aves chocando con las aspas de los aerogeneradores. Pero hay otra variable: los parques renovables ocupan varias hectáreas. ¿Significa esto que "roban" espacio a la naturaleza? En este caso, las centrales fotovoltaicas , que suelen extenderse a lo largo de una gran superficie, pueden ser una amenaza, pero también una oportunidad. ¿Cuáles son los espacios ideales para producir gran cantidad de energía solar ? Básicamente las zonas llanas y con mucho sol. En España, hay bastantes lugares que cumplen con estas condiciones. El problema es que muchos de estos terrenos son hábitats esteparios que albergan una gran cantidad de especies amenazadas . Es decir, el nicho de mercado de los parques solares se solapa con el nicho ecológico de varias especies cuyas poblaciones están en caída libre. Por este motivo, varios especialistas ya trabajan desde hace años para buscar una fórmula que equilibre los usos de estas zonas poco productivas, secas y soleadas. "Instalar un gran parque solar tiene riesgos, puesto que ocupas parte de los terrenos", dice Gerard Bota Cabau , jefe del programa de gestión y conservación de la biodiversidad del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Catalunya (CTFC). Pero también defiende que, mediante una correcta planificación , es viable conseguir una buena convivencia entre placas fotovoltaicas y biodiversidad. Bota, de hecho, es el coordinador de la cátedra Steppe Forward, que se dedica precisamente a buscar el modelo de gestión ideal para hacerlo posible. "Con la eólica se pueden minimizar los riesgos, pero no hay ningun elemento de la biodiversidad que salga beneficiado, en cambio con los parques solares, pese a existir un impacto, hay margen para favorecer a ciertas especies", sostiene. El problema es que el nivel de conocimiento todavía es bajo. "Como se ha estudiado poco y se encuentran pocos artículos científicos, es difícil tomar decisiones con una base sólida detrás", admite. Las fotovoltaicas ocupan el espacio y pueden fragmentar hábitats. También pueden convertirse en un problema para algunos grupos de polinizadores. "Para evitar estos daños, es clave analizar el lugar dónde se pretenden colocar las placas solares", señala Bota. Lo desarrolla con un ejemplo: "Si donde tenías un campo de maíz cultivado de forma intensiva instalas un parque solar y vas cambiando la ubicación de las placas, puedes recuperar cubiertas vegetales interesantes y favorecer a algunos polinizadores en comparación con las oportunidades que les ofrecía la agricultura intensiva practicada antes en el mismo terreno". Todo depende de qué había antes ahí y de cómo se va a gestionar el parque. En algunos casos, se ha tratado de combinar la producción de energía solar con la ganadería extensiva : "Un rebaño de ovejas puede ayudar a mantener un espacio abierto interesante, si se hace una correcta gestión y no se sobreexplota el espacio". Algunas aves esteparias como los alcaravanes, unos curiosos pájaros de plumaje pardo y brillantes ojos amarillos, han demostrado que pueden convivir con los paneles fotovoltaicos si se realiza un manejo adecuado. Se han detectado puestas de esta especie bajo la protección de las plantas. "En cambio, no sucede lo mismo con especies como el sisón", constata el experto. "No todo tiene que ser blanco o negro, hay margen para encontrar grises si se evalúan las posibilidades", defiende. En estos momentos, el CTFC está realizando un estudio para saber si la depredación sobre los nidos de ciertas especies se reduce dentro de los parques solares. "Los riesgos existen, pero si necesitamos renovables, se debe hacer una buna planificación y analizar bien los posibles impactos", considera Bota. En algunos casos, la presencia de matorrales ayuda a reducir la temperatura del suelo. Y esto tiene beneficios, porque el rendimiento de los paneles empeora cuando la temperatura de la superficie es demasiado elevada. Es decir, una gestión que promueva la biodiversidad puede contribuir a tener más productividad. Además, Bota señala la importancia de aplicar medidas compensatorias como por ejemplo proteger y restaurar hábitats esteparios cercanos a las zonas en las que se instalan parques fotovoltaicos. "Socialmente, los espacios secos están mal considerados", lamenta Bota. Se refiere a que poca gente conoce la importancia de estas estepas baldías en las que parece que no hay vida posible: "Se trata de hábitats únicos y amenazados que debemos conservar urgentemente".