Las explotaciones ganaderas están pasando por uno de los momentos más complicados de los últimos años: la subida de los precios de la energía, unido al encarecimiento de los piensos ha llevado a estos negocios al borde de la ruina . Lo que no se esperaban es que, además, tuvieran que pagar multas por lo que hace alguno de sus animales. Eso es lo que le ha pasado a una explotación ganadera de Siero, en Asturias. Sus dueños han recibido una multa de 300 euros por los mugidos de una de sus vacas. Los hechos sucedieron el pasado año, cuando Carmina, que es como se llama el animal, fue destetada después de sacrificar a su madre, lo que hizo que el rumiante mugiera más de lo normal durante unos días. Sin embargo, uno de los vecinos que vive cerca de la explotación presentó una denuncia porque los mugidos excesivos de la vaca no le dejaban dormir. Los técnicos se presentaron en su domicilio para hacer una medición acústica y descubrieron que los mugidos de Carmina alcanzaban los 74 decibelios , cuando el máximo permitido es de 55. Tal y como señala la televisión pública asturiana , el vecino se queja de que esos ruidos se han prolongado durante meses . Sin embargo, los responsables de la explotación ganadera reducen ese periodo a apenas unos días: "Empezó a mugir mucho más porque al sacrificar a la madre tuvo que dejar de mamar de forma drástica". "Podemos justificarlo, aunque suene ridículo justificar los mugidos de una vaca" Pero, siempre según la versión de los profesionales ganaderos, esos mugidos más altos de lo normal solo se produjeron durante un corto periodo de tiempo: "Nos quedamos completamente sorprendidos, no sabíamos nada de todo esto y podemos justificarlo, aunque suene ridículo justificar los mugidos de una vaca ". De momento, los dueños de Carmina han recurrido la multa . Ahora, la justicia tendrá que comprobar de nuevo si los mugidos de la vaca superan el límite establecido. Si vuelve a mugir por encima de los 55 decibelios, la multa será firme, pero si Carmina muge por debajo de esa cifra, la multa se anulará. Problemas del siglo XXI. Las explotaciones ganaderas están pasando por uno de los momentos más complicados de los últimos años: la subida de los precios de la energía, unido al encarecimiento de los piensos ha llevado a estos negocios al borde de la ruina . Lo que no se esperaban es que, además, tuvieran que pagar multas por lo que hace alguno de sus animales.