Fuentes de los Agents Rurals y expertos en la gestión de los purines avisan de que el aumento de este tipo de instalaciones dificultan la sostenibilidad Una de cada tres granjas inspeccionadas incumplen la normativa de transporte de purines Catalunya intensifica las inspecciones por vertidos de purines irregulares Para entender el problema de la contaminación de las masas de agua subterráneas y los suelos en las zonas de Catalunya con más presencia de granjas, es imprescindible analizar los datos sobre el modelo de la industria del cerdo, cada vez más intensiva. En Catalunya, viven más cerdos que personas. En total, el número de animales en granjas, en aumento, supera los 8,19 millones de individuos. El sector bovino, en cambio, no alcanza las 700.000 vacas, mientras que si se suman ovejas y cabras, no se llega a los 600.000 animales. En la Catalunya Central, una de las comarcas que más sufre por la contaminación difusa originada por los purines, se crían más de un millón y medio de cerdos. En total, en Catalunya hay más de 24.000 granjas y más del 95% de ellas son intensivas o de modelo mixto. Casi 1.000 se catalogan como "macrogranjas". Fuentes de los Agents Rurals advierten de que este modelo en auge, pensado para producir carne de cerdo que se vende aquí pero que también se exporta a otros países, no es el ideal para reducir la contaminación. De hecho, la presencia de fósforo y nitrógeno en las aguas subterráneas se ha convertido en un problema estructural en Catalunya. Algunas de estas granjas intensivas son las mismas que actúan como compañía de transporte de purines. El 76% de los acuíferos que dependen de la Generalitat están en mal estado La situación implica tanto a los rurales como a las conselleries de Territori, Habitatge i Transició Ecològica y Agricultura. Algunos de estos establecimientos están invirtiendo dinero para hacer las cosas bien, pero en otros casos, se siguen registrando irregularidades. Compensar emisiones El actual modelo de producción, caracterizado por la concentración de grandes cantidades de animales en espacios reducidos, genera un elevado volumen de residuos orgánicos como estiércol y purines. Cuando se filtran en los suelos y las aguas subterráneas, contaminan el agua con nitratos y la convierten en no potable, además de perjudicar la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos, muy mermada en los últimos años. La ACA contrata a más personal aún pendiente de la gestión de la sequía Además, la ganadería intensiva contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano, que agravan la crisis climática y tiene riesgos para la salud pública, ya que la calidad del aire también se ve afectada. Catalunya tiene sobre la mesa varias propuestas para reducir emisiones y algunas de ellas implican de manera destacada a estas grandes granjas intensivas, que en los próximos años estarán obligadas a compensar sus emisiones. Otro aspecto polémico de este modelo de granja en materia medioambiental es el gasto de agua de estos establecimientos. Durante los peores momentos de la sequía, se redujo el agua que podían consumir y se prohibió abrir nuevas explotaciones. A día de hoy, no obstante, con la retirada de las restricciones, el uso del agua ha vuelto a la normalidad, aunque la Generalitat estudia cómo lograr un uso más eficaz de este recurso en todos los sectores, incluido el ganadero. Lotería del Niño 2025