Garnacha Centenaria y Tres Picos, y los vinos de las fiestas de Bodegas Care, dedicado a los pregoneros, y de Aylés, son algunos de los más demandados durante los Pilares.
Alejandro Toquero
NOTICIA
Marco Esteban, de La Alacena, con los vinos aragoneses que más se venden estos días, entre ellos Care, el Vino del Pilar.
Oliver Duch
Durante las fiestas se bebe mucho y de todo, aunque desafortunadamente no siempre bien y con criterio. Aunque la cerveza le saca bastante distancia al vino en las preferencias de los consumidores -sobre todo, entre los más jóvenes-, lo cierto es el vino forma parte de la cultura gastronómica de Aragón con sus cuatro denominaciones de origen, los Vinos de la Tierra y pequeñas bodegas familiares, así que merece la pena acercarse a él para hacerse una idea de su protagonismo en las fiestas del Pilar.
En la Vinatería Yáñez, el sumiller Ciriaco Yáñez sabe muy bien de qué forma se bebe estos días. "Sobre todo -asegura Ciriaco-, con el deseo de agradar a nuestros invitados, de mostrar los buenos vinos que se elaboran en Aragón". Y ello se traduce en que nos gastamos un poco más de lo habitual. Si en esta vinatería la media está en seis euros, "para el Pilar se dobla esta cantidad por botella".
En general, se vende más vino tinto y algo más de cava, "aunque la pujanza de blancos también se deja notar". En cualquier caso, la reina es la variedad garnacha tinta. "Los consumidores cada vez buscan más 'terroir' y tipicidad, y esto es algo que se nota especialmente entre los extranjeros, cuya presencia en Zaragoza ha crecido notablemente".
Al referirse a una zona concreta, Ciriaco comenta que "los de Campo de Borja están teniendo una gran aceptación; tienen ese punto romántico, frutal y dulce que tanto gusta al bebedor de vinos tranquilos".
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En otro escenario muy distinto, el bar El Fútbol de Torrero, sucede algo parecido . Manuel Bona solo sirve vinos de Aragón en su establecimiento, nada menos que 416 propuestas. Manuel empezó las fiestas el sábado con una cata aragonesa muy especial. Y eso, precisamente, es lo que estos días nota en su establecimiento, que la clientela busca propuestas diferentes. Por ejemplo, "ha aumentado la demanda de cava aragonés".
También habla de tendencias, de lo mucho que se ha incrementado el consumo de blancos con barrica y lo poco que se piden los rosados. En cuanto a variedades, "está desapareciendo la verdejo y ha surgido con fuerza la godello".
Los más demandados
Marco Esteban, encargado de La Alacena de Aragón (c/ Don Jaime I, 16), maneja información de primera mano sobre este consumo. La tienda se encuentra en el centro neurálgico de la fiesta y por ella pasan muchos zaragozanos y turistas españoles y extranjeros.
Él tiene clara cuál es la triada de vinos aragoneses que más se vende: Garnacha Centenaria y Fagus, de Bodegas Aragonesas, y Tres Picos, de Borsao. En fin, que la Denominación de Origen Campo de Borja cuenta con muchos seguidores y está magníficamente posicionada. Además, prosigue, "es algo general, ya que tanto aragoneses como gente de fuera, incluso extranjeros, vienen con el móvil y la imagen de estos vinos; en el 80% de los casos suelen ser Tres Picos o Garnacha Centenaria".
También hay otro perfil de cliente que busca propuestas más especiales para estos días de comidas familiares y de encuentros con amigos. "Les pregunto por sus gustos, si tienen preferencia por algún vino en concreto y en qué rango de precio se mueven; me gusta dar visibilidad a bodegas familiares y también, por ejemplo, a las que forman parte de los Vinos de la Tierra de Aragón, que no se conocen tanto como las denominaciones de origen, pero lo están haciendo muy bien", explica Marco.
Entre estas últimos, Tempore tiene bastante aceptación, incluso proyectos más pequeños como los de Mas de Torubio, en Cretas (Teruel), y Zinca, de Víctor Clavería, en Huesca. Finalmente, los vinos del 'master of wine' aragonés Fernando Mora "se venden solos -asegura el encargado de La Alacena-, sobre todo Supersónico, que es una garnacha muy fresca, pero también Frontonio, que cuesta más de 50 euros y tiene buena salida".
Los más festivos
Además de estas referencias, hay algunos vinos directamente relacionados con las fiestas del Pilar. Por ejemplo, Bodegas Care ha creado una edición limitada de tres mil botellas de garnacha de viñas viejas cuya denominación no deja lugar a dudas: Care, el vino del Pilar.
En esta ocasión es un homenaje a los pregoneros, Juanjo y Naiara, cuyos nombres aparecen en la etiqueta. Marco confirma que "se está vendiendo como churros; mucha gente viene a preguntar por él". El vino de pago Aylés también dedica una edición especial a las fiestas con una etiqueta de la basílica del Pilar.
Los hosteleros
A pie de calle, la sensación general durante los Pilares es que bares y restaurantes apuestan por los vinos de Aragón. En Montal (plaza de San Felipe, 29), el menú del Pilar, que se puede disfrutar durante toda la semana, lleva el vino aparte y todas las propuestas para acompañarlo son de las cuatro denominaciones aragonesas.
La General del Tubo (c/ Blasón Aragonés, 2) es uno de los bares que más referencias ofrece, hasta 87, la mayoría aragonesas. Uno de los socios, Alex Salinas, comparte cuatro de los que tienen más salida: Furo, del Campo de Borja; Care, de Cariñena; 12 Lunas, de Somontano, y Terrenis, de Calatayud.
A Patxi Jiménez, sumiller de El Disfrutón (c/ Francisco Bayeu, 4) le preocupa que el consumo de vino no enganche a los jóvenes. "La cerveza cuatriplica al vino, que solo se toma para comer o cenar, pero, por ejemplo, en la barra portátil que hemos montado estos días no tengo porque no se demanda".
Él, como la mayoría de los hosteleros, apuesta por defender los vinos de la tierra y hay uno que le gusta ofrecer para quien desea iniciarse en el consumo de la variedad garnacha de Aragón. Se llama La Aparecida y aunque la finca se encuentra en Campo de Borja, está fuera de la denominación. "Apenas tiene astringencia, es fácil de beber y marida con muchos platos", concluye.
Cerveza, revuelto, espumosos, zurracapote
Hay vida más allá del vino en las fiestas del Pilar. Y, sobre todo, mucha cerveza. Es lo que más se bebe en los escenarios festivos, pero también en espacios como la muestra agroalimentaria de la plaza de Los Sitios.
Lo confirman en el puesto de la Cerveza Artesana del Pirineo, que se elabora en el Valle de Hecho. Este año se han acercado a Zaragoza con una novedad: la cerveza del Pilar. Está teniendo muy buena acogida. "Es fácil de beber -comenta un cliente-, tiene un punto afrutado muy rico".
En el puesto casi siempre hay alguien tomando una, como en el de Ángel Arcega, propietario de Bodegas Cabal de Ainzón. Él ofrece vino blanco y tinto, "pero lo que más me pide la gente son los espumosos que elaboro, monovarietales de macabeo chardonnay y rosado de garnacha". Estas tres referencias representa el 80% de lo que vende, así que el vino se queda bastante atrás.
En Casa Perdiguer aseguran que los vinos tranquilos y espumosos salen más estos días , "pero también tenemos mucha clientela de peñas y grupos de amigos o familias que recurren al granel". Y en estas fechas, comenta el encargado, Antonio Díaz, "triunfa el anís para hacer pacharán".
Hay hueco para más bebidas. El revuelto es una de las especialidades de Bodegas Muñoz. "Por cada litro, un cuarto de anís seco y tres cuartos de moscatel convenientemente agitado". Así explica Guillermo Muñoz cómo se prepara este "reconstituyente", que entre los peñistas tiene mucho éxito. "Sobre todo, lo consumen personas mayores de 45 años para entrar en calor a la hora de ir a las vaquillas", asegura.
Además, está el zurracapote en el bar que da nombre a esta bebida en Zaragoza (c/ Manuel Lasala, 6). Dina Defrança lo sigue ofreciendo como se hacía hace 40 años. De hecho, comenta, "es lo que piden la mayoría de los clientes nostálgicos que pasaron muchas horas en este bar durante su juventud". La receta es la original, "la que nos pasó el primer dueño del local". Lo único que ha cambiado es que antes se bebía en porrón y ahora se sirve en una copa grande con mucho hielo.
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