Los supermercados encaran una subida del precio de los productos agrícolas y ganaderos sin precedentes en mucho tiempo. De acuerdo con el Índice de Precios Agrarios elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en los ocho primeros meses del año pasado la variación total se elevó un 11,75%. En concreto, aumentó un 19,22% en el caso de los productos agrícolas y un 2,35% en el de los ganaderos. Pero es que hay incrementos realmente espectaculares, como el del aceite, que se ha encarecido un 64,02%; el de las semillas, un 45,52%; los cultivos industriales (aquellos que no están destinados directamente al consumo humano directo, como el lúpulo, la remolacha azucarera o el azafrán) un 45%; los cereales, un 34,56%; los cítricos, un 25,56% y las leguminosas, un 21,65%. Aunque es cierto que a los agricultores se les han encarecido también de forma muy importante los costes, lo cierto es que la distribución ha pasado de pagar por ejemplo 217,91 euros por 100 kilos de aceite de oliva virgen en agosto de 2019 a 311,57 euros este año. Igualmente, el girasol ha pasado de 33,35 euros a 49,58 euros por los cien kilos; los garbanzos de 42,41 a 53,18 euros; las manzanas de 65 a 73,47 euros; los albaricoques de 73,69 a 94,85 euros; el trigo de 18,97 a 24,87 euros y el maíz de 33,34 a 49,58 euros. Y, aunque en menor medida, también son especialmente significativos los incrementos en productos de origen animal. Así, por ejemplo, el ovino para abasto sube un 6,84%; el vacuno un 6,63% y el porcino un 3,34% . Pero es que, además, el precio que se paga por los huevos en el campo ha subido un 4,61% y el de la leche un 3,75%. Escalada sin freno Es una escalada que parece no tener freno y que, aunque gracias a la gran competitividad existente ente las cadenas de supermercados se ha conseguido amortiguar en parte, no ha impedido un fuerte encarecimiento de la cesta de la compra. Fuentes de la distribución aseguran, de hecho, que el sector ha asumido un coste aproximado de 2.000 millones de euros para no trasladar al consumidor final todo este incremento que se ha producido en el campo. De acuerdo con los últimos datos del INE, los alimentos y las bebidas han registrado una subida interanual de precio en el mes de diciembre del 4,9% en su conjunto, frente al 6,7% del IPC general. Mientras que los alimentos frescos o sin elaborar se han disparado un 6,5% respecto a diciembre de 2020, los alimentos elaborados (conllevan algún proceso intermedio antes de ponerse a la venta) se han encarecido un 3,5% anual. El propio Instituto Nacional de Estadística recalca que en la escalada inflacionista "destacan la subida del precio de la electricidad, mayor este mes que en diciembre de 2020 y, aunque en menor medida, el aumento de los precios de la alimentación, frente al descenso registrado el año pasado". Y le peor pueda estar por venir, tal y como anticipó ya el pasado mes de octubre Ignacio González, el presidente de Aecoc, la asociación de fabricantes y distribuidores, que agrupa a más de 30.000 empresas. De hecho, los expertos coinciden, tal y como publicó este periódico el pasado viernes que la alimentación, al igual que ocurrirá por ejemplo con la vivienda o con el motor, sufrirá una inflación alta a lo largo de 2022. "Ahora mismo estamos más lejos que nunca de que la inflación sea transitoria", expone a este medio. Santacruz añade que "no sólo es el encarecimiento de los costes energéticos y alimentarios, sino toda la cadena de transmisión hacia el resto de la economía", explica el economista Javier Santacruz. De momento, y más allá de lo que sucede en España, el índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en diciembre en un promedio de 133,7 puntos, lo que supone un incremento del 23,1% respecto a diciembre de 2020. Pero es que, según la FAO, "en lo que respecta a 2021 en su conjunto el índice alcanzó un promedio de 125,7 puntos, lo que representa un 28,1% más que el promedio del año 2020, con todos los subíndices situándose en un promedio marcadamente superior al de ese año". La FAO pone de manifiesto, por ejemplo, que el índice de de precios de los aceites vegetales alcanzó un promedio de 164,8 puntos, lo que supone un aumento del 65,8% respecto a 2020, en línea con lo que está pasando en España con el aceite de oliva, "y representa el nivel más elevado de todos los tiempo". Los productos lácteos experimentaron una subida del 16,9% "como resultados de la constante demanda de importaciones, especialmente de Asia y de la escasez de suministros"; la carne se encareció un 12,7%; el azúcar un 37,5% y, entre los cereales, el único que bajó ligeramente de precio, un 4%, debido a las cuantiosas disponibilidades exportables. En cambio, los precios del maíz y del trigo fueron un 44,1% y un 31,3% más elevados respectivamente por la fuerte demanda y la escasez de oferta en el mercado. Relacionados Escalada sin freno en la alimentación La alimentación rechaza limitar la publicidad y busca apoyo en el Gobierno frente a Garzón El reto de la alimentación: dar de comer a 2.000 millones de personas más en 30 años Las grandes marcas de alimentación e higiene dan vida a la España rural