Menú Análisis Los jóvenes agricultores no llegan al campo Las principales necesidades se resumen en tres aspectos: el acceso a la tierra, el apoyo financiero y las dificultades para encontrar suficiente mano de obra cualificada En el marco de #YoQuieroCultivar, una campaña de Sigfito que pretende concienciar sobre la situación actual y los retos de acceso a los que se enfrentan los jóvenes agricultores, esta misma organización coordinó un oportuno webinar en el que agricultores, eurodiputados e investigadores, debatieron sobre esta cuestión. La realidad es que los jóvenes agricultores, o quienes quieren serlo e intenten incorporarse al sector, no lo tienen nada fácil. Los especialistas que participaron en el foro arriba mencionado reconocieron que existen importantes limitaciones, como los bajos ingresos netos generados por su trabajo, en particular ahora, con unos costes disparados y unos precios en origen estancados desde hace lustros; la limitada formación a la que pueden acceder; las dificultades burocráticas o las grandes barreras existentes para tener acceso a la tierra, bien sea en propiedad o arrendada. Estos retos no difieren mucho de los ya planteados por la Comisión Europea en 2015, cuando a través de una encuesta realizada a más de 2.000 agricultores de menos de 40 años, concluyó que las principales necesidades se resumían en tres aspectos: el acceso a la tierra, en régimen de propiedad o arrendamiento; el apoyo financiero y acceso al crédito; las dificultades para encontrar suficiente mano de obra cualificada. Pero el problema no es solo de la agricultura española, si bien es cierto que países como Francia han puesto en marcha exitosos programas que han superado muchas de estas limitaciones y potenciado de forma activa el relevo generacional. Se trata de un desafío reconocido por la propia Comisión, consciente de que solo el 11% de las explotaciones están a cargo de menores de 40 años. Por cierto, un dato incluso excesivo, que se basa en un concepto de juventud muy discutible, ya que de forma intuitiva lo estableceríamos en una década menos, como poco. En todo caso una referencia que en sí misma ya nos dice el tremendo envejecimiento del sector. Por ello la Unión Europea ha redoblado sus esfuerzos y acometido programas de apoyo para que los jóvenes agricultores se incorporen al sector, perciban subvenciones para la puesta en marcha, apoyo a la formación, etc. Como ya comentábamos, insuficiente para revertir la tendencia, también según estos jóvenes emprendedores. Lo que ha quedado demostrado tras décadas de Política Agraria Común (PAC), es que ésta no es suficiente para superar las principales barreras de entrada de jóvenes a la agricultura, ya que para el acceso a la tierra o al capital entran otros agentes en juego, que operan al margen de esta política europea. Por ejemplo, la crisis energética, que afecta de forma intensa a estos potenciales y ya implantados nuevos profesionales del agro. O por el aumento acelerado de unos gastos variables que representan una parte muy relevante de la estructura de costes de sus explotaciones. Por otro lado y tal como ya hemos comentado en este mismo espacio, el desarrollo de parques solares demanda grandes superficies de terreno, algo que resulta más rentable para los propietarios de las tierras, que su arrendamiento para uso agrario. Por tanto, para que este cambio se produzca y se genere el necesario rejuvenecimiento del sector, es imperativo desarrollar una verdadera política de Estado, donde intervengan varios ministerios, que vaya más allá de la Política Agraria Común, que se ha mostrado ineficiente por si sola para este fin. Pero además de la gestión pública de estrategias y recursos, y tal como recordaba el Dr.Moyano, es necesario acometer un importante cambio cultural, mostrando la actividad agraria como un salida profesional de vanguardia, de servicio y con alto compromiso medioambiental. Un objetivo para el que la comunicación pública y privada deben aunar esfuerzos. Tendencias Coronavirus Las caras del deporte Crónica negra Sucesos HOY Agro En Salsa