La peste ha tenido repercusión directa en el comercio exterior, clave para la rentabilidad de muchas explotaciones El sector ganadero español cierra el año marcado por un cúmulo de dificultades que han lastrado su rentabilidad y su actividad. Un año complejo que se suma a los problemas que el sector acumula desde hace años. La gripe aviar, la peste porcina africana y la creciente competencia de terceros países han configurado un escenario especialmente adverso para miles de explotaciones, que afrontan uno de los ejercicios más complicados de la última década. De hecho, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha calificado a este año que acaba como uno de los más duros para el sector primario español. Desde esta asociación denuncian que la acumulación de problemas de sanidad animal, de costes de producción altísimos, episodios de emergencia climática y «políticas agrarias de dudosa orientación hacia el sector primario», han golpeado de lleno a agricultores y ganaderos. Un 2025 marcado por las enfermedades animales como la lengua azul, dermatitis nodular contagiosa, fiebre del Nilo, influenza aviar y, en los últimos meses, el regreso de la peste porcina africana a España tras más de 30 años. Así, el sector ganadero español afronta el cierre de un año especialmente difícil, marcado por múltiples crisis sanitarias y presión competitiva que han golpeado tanto a la producción como a la economía de miles de explotaciones en todo el país. Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG Andalucía) ha advertido que 2025 ha vuelto a evidenciar la fragilidad estructural del sector ganadero, especialmente en el caso de la ganadería extensiva, que sufre de manera directa la falta de apoyo efectivo por parte de las administraciones y la ausencia de políticas adaptadas a la realidad del territorio. Impacto de la peste Uno de los principales focos de preocupación durante el año ha sido la gestión de la lengua azul, que ha afectado especialmente a las explotaciones de ovino y caprino. COAG Andalucía ha reclamado desde el primer momento una respuesta coordinada, ágil y con respaldo económico, evitando que la responsabilidad de enfrentarla recaiga exclusivamente sobre los ganaderos. Pero, además de esta preocupante enfermedad, el sector ha sufrido este año un duro golpe por la aparición de brotes de peste porcina africana en jabalíes cercanos a Barcelona. Se trata de la primera confirmación del virus en España desde hace más de 30 años, lo que ha disparado las alarmas en el sector porcino, uno de los más relevantes del país. De hecho, en las primeras semanas tras detectarse la enfermedad, el precio de la carne aceleró su caída. Es importante destacar que el virus ha sido detectado en varios animales silvestres y lo que ha llevado a las autoridades a reforzar la vigilancia y bioseguridad en explotaciones porcícolas para evitar su entrada. Es clave destacar que es una enfermedad que en ningún caso puede transmitirse al ser humano. Uno de los sectores más tradicionales, como es el del jamón, tanto serrano como ibérico, está en vilo. España es uno de los mayores productores y exportadores de carne de cerdo del mundo, por lo que algunos países han impuesto restricciones temporales a las importaciones procedentes de las zonas afectadas. Se trata de un procedimiento habitual en situaciones como esta. En muchos casos se pueden levantar pasados unos días. En cuanto a la situación epidemiológica general de la gripe aviar, desde el 1 de julio se han notificado en España un total de 147 focos en aves silvestres. Se trata de una cifra muy elevada en comparación con los registros de años anteriores, lo que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias. Incremento de costes y burocracia COAG Andalucía también ha alertado del incremento continuado de los costes de producción, especialmente en alimentación animal, energía y combustible, «sin que los precios percibidos por los ganaderos hayan experimentado una mejora proporcional». Por su parte, desde Unión de Uniones, que ya han anunciado una gran tractorada para febrero de 2026, creen además que este 2025 se recordará como el año en el que Europa «perdió su soberanía alimentaria», dejando a sus agricultores y ganaderos «en manos de recortes, tratados comerciales que no contemplan cláusulas espejo y aranceles impuestos por países terceros que, desde Bruselas, no se saben negociar». Otro de los elementos que ha centrado las reivindicaciones de COAG ha sido la excesiva burocracia y la rigidez normativa, tanto en la aplicación de la PAC como en la normativa sanitaria y medioambiental. «Se legisla desde los despachos sin conocer la realidad del campo. Cada nuevo trámite es una losa más para explotaciones que ya están al límite», lamenta Antonio Rodríguez, secretario de Organización de COAG Andalucía y responsable de Ganadería.