El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mostrado sus primeras cartas en materia económica, con la batería de medidas proteccionistas que pretende poner en marcha y todo un abanico de acciones imprevisibles que pueden tener efectos notables en la economía mundial... y en la española. La subida de aranceles que promete y la fortaleza del dólar frente al euro amenazan con elevar la factura energética de España con su país , además de complicar el panorama para la inversión, una de las variables de la economía nacional que sigue sin recuperar los niveles previos a la Covid-19 y cuya debilidad preocupa a los expertos. Los precios del gas natural Henry Hub, de referencia en Estados Unidos, se han disparado un 58% en el último año hasta los 3,75 dólares, el equivalente a unos 12 ó 12,5 euros por megavatio/hora (el sobrecoste tiene que ver sobre todo con que se importa en forma de gas natural licuado) frente a los 48 euros/MWh que alcanza en el Mibgas, el mercado de referencia en el Suroeste de Europa. Por otra parte, los futuros del barril de petróleo West Texas han bajado algo más del 3% al filo de los 76 dólares. Dado que estos productos se intercambian en dólares, el hecho de que el 'billete verde' siga ganando terreno en el cambio frente al euro provoca que la factura energética aumente y suponga un desafío a tener en cuenta para los países altamente dependientes de estos bienes, como sucede con buena parte de los socios europeos. De acuerdo con los datos de Comercio Exterior, entre enero y noviembre del año pasado España importó al cambio 8.801 millones de euros en productos energéticos estadounidenses del total de 53.903 millones de euros en estos bienes que adquirió del exterior (los procedentes de suelo norteamericano representaron algo más del 16,3% del total). Si bien, España va ganando independencia energética gracias a las renovables -que generaron el 56% del 'mix' eléctrico español en 2024, según Red Eléctrica-, el hecho de que Washington pudiera plantearse utilizar las exportaciones de gas natural licuado a efectos geopolíticos , podría frenar el proceso de desinflación y supondría un riesgo para la economía nacional. En este caso, el peligro no vendría tanto de una subida de tarifas, como de una cierta restricción en la oferta, en lo que supondría una medida proteccionista más sutil, pero igualmente dañina. Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, explica a 'La Información Económica' que, en principio, cualquier actuación de este tipo sería descartable por contradictoria, dado que Trump ha amenazado con subir los aranceles a Europa si los Veintisiete no importan petróleo y gas de su país a gran escala , y está más que dispuesto a relanzar, además, la producción nacional de energías fósiles. Sin embargo, contradictorio es un adjetivo que se ajusta bien a los vaivenes económicos del mandatario, como ya puso en evidencia en su anterior etapa como presidente. El ejemplo más claro está en que esas mismas amenazas arancelarias son altamente inflacionistas y Trump está dispuesto a dar la batalla para que la Reserva Federal baje los tipos de interés , lo que impulsaría la inversión y el consumo. En 2023, el último ejercicio para el que existen datos completos, España compró a Estados Unidos productos energéticos, semimanufacturas y bienes de equipo que representaron entre el 14% y el 23% del total de importaciones, según cálculos de BBVA Research . En concreto, aumentó la exposición a productos energéticos estadounidenses y disminuyó a la alimentación, las bebidas, el tabaco y los automóviles, si bien el peso de estos últimos en el total de importaciones siguió siendo limitado. Las importaciones de energía estadounidense en cifras En el sector energético, más de la mitad de las importaciones procedentes de EEUU corresponden a petróleo y derivados (60,2%) y cuatro de cada diez compras van a parar a Andalucía, seguida de Cataluña, con más de un 20% del total, y de Galicia, que se sitúa por debajo de ese umbral. Dentro de las semimanufacturas, los productos químicos son los de mayor exposición importadora a EEUU, puesto que acumulan el 54,2% de importaciones del sector, siendo Madrid y Cataluña las autonomías que más los demandan. Argelia despidió 2024 como el principal suministrador de gas natural de España con el 38,5% del total de importaciones, al haber proporcionado un total de 131.202 gigavatios hora y situarse por delante de Rusia, con el 21,3% del total. El país africano ha consolidado su papel como principal surtidor de gas natural a España, un puesto que sólo perdió en 2022 en plena crisis energética, cuando se vio desbancado por Estados Unidos a raíz de la invasión rusa de Ucrania . Estados Unidos ha sido el tercer suministrador de gas natural a España, con 56.435 GWh -el 16,6% del total-, si bien esta cifra supone una reducción de casi un 33% con respecto a la que se registró un año antes. Si se suman las compras de petróleo y de gas, es el primer proveedor para nuestro país.