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AGRICULTURA
Las sanciones a Rusia y la depreciación del rublo inundan la UE de frutas de Marruecos, Egipto y Turquía
Comercios privados y cooperativas aseguran que el sector hortofrutícola y el citrícola necesitan repercutir el encarecimiento en un 30% de sus costes para seguir siendo viables
Puesto de ventas de frutas y hortalizas en una tienda de Moscú.
J. L. Z. València
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La Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), el Comité de Gestión de Cítricos y Cooperativas Agro-alimentarias de España advierten que la situación con la guerra de Ucrania se ha agravado porque las sanciones a Rusia y la depreciación del rublo han conducido a desviar la producción de Marruecos , Egipto o Turquía hasta saturar el mercado de la UE. Además, coinciden en el diagnóstico: el sector sufre un grave problema de competitividad porque no es capaz de trasladar mínimamente a sus precios, ni en España ni en la UE, esta escalada sin precedentes en sus costes. El sector exportador hortofrutícola asegura que tanto en el mercado doméstico como más aún en el europeo, se ha agravado la situación con el veto a entidades bancarias y la cancelación del sistema Swift de pagos, situación que cuestiona cualquier transacción con el gigante asiático. Así las cosas, desde comienzos de marzo se sufre en la UE una sobreoferta cada vez más evidente .
Las frutas y hortalizas y los cítricos que tenían por destino el mercado ruso, ante las dificultades de cobro y las evidentes complicaciones logísticas, por ejemplo en el Mar Negro , están siendo reorientadas en masa hacia Europa. Rusia importó 1,7 millones de Tm de cítricos en 2021 y otros 3,9 millones de plátanos, manzanas, fruta de hueso, uva de mesa ... Buena parte de ese tonelaje, exportado a aquel destino fundamentalmente por Turquía, Egipto, Marruecos, Grecia o Israel podría acabar, está acabando ahora, en el viejo continente. Hay que recordar que el sector alimentario sufre el veto que impuso Putin en agosto de 2014 a las compras de productos de la Unión Europea tras invadir Crimea.
A los problemas en el ámbito exterior para los comercios privados y cooperativas se une que el sector hortofrutícola y el citrícola necesitan repercutir el encarecimiento en un 30% de sus costes para seguir siendo viables.
El sector hortofrutícola y el citrícola necesitan repercutir el encarecimiento en un 30% de sus costes para seguir siendo viables
Subida de costes
Los costes de la industria de manipulado de frutas y hortalizas - luz, gasóleo, madera, cartón o plásticos para los envases e incluso salariales, por la reforma laboral y subidas del salario mínimo interprofesionaI- se han disparado en el último año. Su crecimiento se ha acelerado, de hecho, desde comienzos de 2022, meses antes de la guerra de Ucrania. El conflicto bélico, además, ha agravado esta dinámica de aumentos sucesivos en los costes, ha generado ya una situación de sobreoferta y terminado de hundir los precios en la UE. Si bien hay partidas de gasto que acumulan aumentos de tres dígitos , como la energía -en más de un 150%- la subida media en el último año para los almacenes de confección se estima que es superior al 30%.
Las citadas organizaciones de productores coinciden en el diagnóstico: el sector sufre un grave problema de competitividad porque no es capaz de trasladar mínimamente a sus precios, ni en España ni en la UE, esta escalada sin precedentes en sus costes. En el último dato del IPC de febrero, las frutas frescas (incluidos cítricos) y las legumbres y hortalizas fueron rúbricas que se situaron en la parte más baja de las subidas, con aumentos anuales del 6,2 % y el 5,2%, respectivamente.
Estos cultivos tuvieron un comportamiento similar al del resto de alimentos no procesados pero a cierta distancia de otros como el café/cacao (7,6%), la leche (8,8%) y, sobre todo, de aceites y grasas (28,1%). De hecho, mientras que la media del índice de los alimentos sin elaboración se situó en un 5%, el de los bienes industriales se disparó hasta el 15,9%, el de los carburantes y combustibles lo hizo un 26,9% y el de los productos energéticos llegó hasta un 44,3%. En febrero fue la crisis energética la que disparó el IPC hasta el 7,6%, no los alimentos y menos aún las frutas y hortalizas, destacan Fepex, Comité de Cítricos y las cooperativas.