Tres participantes en las marchas de tractores explican por qué el sector primario ha dicho " ¡ basta ya ! "
Jorge Jimenez, ganadero de Sádaba, en la manifestación de hoy. El Periódico de Aragón
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Ni jóvenes ni veteranos están contentos con la situación que el campo atraviesa desde hace años. En plena marcha, Jorge jiménez aprovecha un receso para admitir que la actual problemática le toca «por completo, tanto en el apartado de ganadero como en el de agricultor ».
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Los problemas, relacionados con los animales, afectan por «la ley de bienestar», que además han cambiado «la forma de contar los animales, algo que no tiene sentido y afecta al desarrollo de nuestras explotaciones». En el apartado agrícola, más de lo mismo, aunque el anuncio de la UE de rebajar las exigencias con las herbicidas «está bien». «El problema es que siguen importando productos de otros países en los que se permiten herbicidas e insecticidas que en Europa no nos dejan utilizar», completa jiménez.
Otro de los males que acecha a los agricultores es la liquidez, que tampoco llega con los nuevos préstamos. «Tenemos que pagarlos, pero si las condiciones empeoran será inevitable que nos retrasemos» , concreta el agricultor y ganadero, que lamenta que desde hace tiempo «el campo no recibe buenas noticias».
Mientras se intenta arreglar la situación y los agricultores aspiran a recibir algún refuerzo positivo desde las administraciones, la pelea en las carreteras está asegurada. «Lo alargaremos todo lo que podamos, pero tenemos que seguir trabajando», señala jiménez, que incide en que pese a las protestas «la faena» en las explotaciones no se ha paralizado, solo adelantado:_«Yo me he levantado a las tres de la mañana para atender a los animales».
Javier Eseverri, agricultor de Tauste, en la manifestación de los tractores de ayer. El Periódico de Aragón
Javier Eseverri, agricultor de Tauste: «Solo nos están complicando la vida»
El hartazgo con el que el campo está clamando desde hace varias semanas no es más que «la gota que colma el vaso» de un sector cansado de no recibir respuestas ante los numerosos problemas que acumula en el zurrón . Javier Eseverri fue ayer uno de los centanares de agricultores que tomaron su tractor en las Cinco Villas rumbo a la capital aragonesa para participar en la reivindicación.
Como tantos otros compañeros, las razones esgrimidas tienen sus particularidades, pero son comunes para la gran mayoría.«Protestamos por las trabas de la Unión Europea», señala Eseverri, que ve esas piedras en el camino «tanto en el apartado burocrático como en los compuestos y productos que podemos usar en nuestros campos».
Para este joven agricultor, la relación con la principal institución europea en los últimos años se explica fácilmente:_«Nos están complicando la vida». Los argumentos para esta sentencia son «las prohibiciones y la insistencia en decirnos cómo tenemos que hacer las cosas». Las críticas, por lo tanto, se centran en que en el territorio UE «se prohíben desde hace tiempo unos productos que en países de los que se importa sí se permiten usar».
El caldo de cultivo final es que el campo aragonés, y el de todo el país, siente que sufre «competencia desleal» frente a otras economías que no tienen que asumir unos controles medioambientales y sanitarios «tan estrictos».
«Hay muchas medidas que van contra el sector», completa Eseverri, que tiene esperanza en un movimiento_«que no puede ser de un día y que ojalá signifique que nos hemos unido todos».
Raúl Calatayud, agricultor del maestrazgo: «No sé cómo hemos aguantado tanto»
En la marcha lenta que llevó a los profesionales del sector primario del Maestrazgo y del Bajo Aragón hasta Alcañiz, Raúl Calatayud dejaba claro que querían «reivindicar que hoy han salido a la calle todos los representantes del sector» . Lejos de las siglas de las organizaciones agrarias, al menos ayer, los agricultores y ganaderos participantes insistían en que «se sale a título propio, porque estamos hartos de cómo está la cosa y queremos que esto cambie de manera inmediata ».
Calatayud, que lleva pocos años incorporado en el sector, ya comenzó en una época en la que los brotes verdes no se notaban en el campo. «La gente lleva mucho tiempo aguantando y esto ha pasado porque se nos ha juntado todo» , afirma este joven agricultor turolense, que considera detonantes del conflicto «una PAC muy restrictiva y algunas políticas de la Agenda 2030 que nos llevan a la ruina». El otro acicate que ha terminado por levantar al sector primario en la comunidad ha sido «la competencia desleal que llega desde otros países con una legislación mucho más flexible».
Los vientos de cambio todavía no se notan en la maquinaria agrícola, que sí lamenta estar en «un punto crítico». Las conversaciones entre tractoristas no son halagüeñas: «Los más veteranos empiezan a hablar de abandonar las explotaciones y los jóvenes valoramos cualquier cosa, todo sea por poder continuar ».
El estallido social no tiene fin, o al menos no se le espera, en el corto plazo. «Estamos en un punto límite y, o nos sentimos arropados o puede ocurrir cualquier cosa. O liarla, o que todo el sector desista ».
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