Hay harina de arroz, de sorgo, de avena, de maíz, de quinoa... Pero no saben igual que la de trigo, ni tienen la misma textura o propiedades. Sin embargo, quienes padecen alguna intolerancia o alergia al gluten debe acudir a cualquiera de estas otras opciones buscando la que más se asimile a la del trigo para intentar lograr un alimento que les recuerde al que solían comer habitualmente. Pero estas personas están un paso más cerca de poder consumir harina de trigo y sus productos derivados, porque la startup española Bread Free ha sido la primera empresa en el mundo en crear una harina de trigo sin gluten. La investigación, que se traduce también en el primer pan de harina de trigo sin gluten, empezó a fermentarse en la Universidad Politécnica de Madrid. «Allí hice la carrera de tecnología y empezamos a juntarnos un grupo de amigos para intentar buscar soluciones», comenta el CEO y fundador de Bread Free, D aniel Gómez-Bravo. «Nos presentamos a un concurso de emprendimiento que no ganamos, nos presentamos otro año y tampoco lo ganamos, pero seguimos investigando por nuestra cuenta en forma casera, pedimos un laboratorio en un colegio, compramos alguna maquinaria, realizamos algunos ensayos caseros...». Así fueron los inicios de la startup, sin embargo, «los resultados que obtuvimos fueron prometedores y decidimos profesionalizar un poco el proyecto, montar la empresa, y empezamos a buscar centros tecnológicos, laboratorios y centros de investigación», explica el director ejecutivo. Durante la búsqueda de centros tecnológicos, encontraron en Navarra el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria. «Desde el principio apostaron por el proyecto, y nos ayudaron a desarrollar lo que es la tecnología en laboratorio. Gracias a ellos, en menos de un año hemos conseguido lograr el primer pan sin gluten a partir de harina de trigo». Este pan no solo cumple con todos los estándares de calidad a nivel alimentario (el laboratorio se encuentra acreditado por la ENAC, del Ministerio de Sanidad), también cuenta con la aprobación de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (Face). Sin embargo, el público no verá en los supermercados la harina sin gluten hasta al menos mediados de 2023. «Este año vamos a trabajar en escalar la tecnología a un nivel industrial. El modelo de negocio, con el que nos identificamos más y nos sentimos más a gusto, es vender nuestra tecnología, hacer licencia a empresas que estén interesadas», explica, Gómez-Bravo. Bread Free, que fue una de las startups en conseguir financiación (314.000 euros) por parte de Neotec 2021 -una de las ayudas puestas en marcha bajo los fondos 'Next Generation EU' - cuenta con una planta piloto en Tudela, y con la que el fundador planea probar el modelo industrial y continuar haciendo pruebas «con otros tipos de harinas, como la de la cebada o centeno, que los celíacos tampoco pueden tomar».