La cooperativa de Rocafort de Queralt sigue el modelo de las otras cooperativas realizadas por César Martinell El arquitecto catalán César Martinell se especializó en construcciones agrarias, entre ellas 40 cooperativas vinícolas de principios del siglo XX, sobre todo en Tarragona, y se las denomina catedrales del vino por su belleza. Se formó con Domènech i Montaner y se convirtió en discípulo de Gaudí, así su estilo se sitúa ya a caballo entre el modernismo y el novecentismo. Sus construcciones además de ser útiles, son bonitas, utilizó el ladrillo visto, y su arquitectura se basaba en la utilización de cubiertas muy delgadas sostenidas por grandes arcos parabólicos que no necesitaban de contrafuertes laterales para poder sujetarse. El arquitecto catalán César Martinell se especializó en construcciones agrarias, entre ellas 40 cooperativas vinícolas Entre esos edificios destacan las bodegas cooperativas de Gandesa, El Pinell de Brai, Nulles, Falset, Cornudella de Montsant o Rocafort de Queralt. Precisamente esta última está considerada como uno de las más bonitas realizadas por él. La primera nave se edificó en 1918 y posteriormente se añadieron otras dos en 1931 y 1947. Más de un siglo después, todavía hoy, se puede admirar la portentosa construcción. Un interior amplio y diáfono de arcos gaudianos, y en el exterior una bonita fachada triple, que corresponde a las tres naves rectangulares paralelas con techo realizado en teja. En 2011 Cellers Domenys, una cooperativa de Sant Jaume dels Domenys, se fusiona con Sindicat Agrícola de Rocafort de Queralt, y añade el impresionante edificio a los que ya posee. En la actualidad todavía se elaboran vinos y cavas, pero el edificio va a ser rehabilitado para albergar el Centro Cultural del Vino, del Cooperativismo y de la figura del arquitecto Cèsar Martinell, en el que se pretende recuperar, inventariar y estudiar el legado del arquitecto. La remodelación incluye también la construcción de una nueva bodega subterráneo, donde se elaborarán vinos de gama alta, conectada con el edificio histórico. En una de sus naves se ubicará pequeña bodega para divulgar cómo se hacía el vino de la forma tradicional, además de disponer de una agrotienda con todo el abanico de productos de Cellers Domenys. Otra de las naves se adecuará como espacio polivalente para hacer conciertos, presentaciones de vinos y actos diversos. Desde 1917 hasta el día de hoy, Cellers Domenys ha unificado el esfuerzo de 8 diferentes asociaciones cooperativas del sector vitivinícola catalán para conseguir más de 2.600 hectáreas de viñedo y de olivos. Otra de los edificios modernistas de la asociación es el celler de Pira, de 1919, también se trata de un monumento protegido como bien cultural de interés local. Al igual que el de Rocafort de Queral cuenta con una nave central y dos laterales, y tiene una estructura de arcos parabólicos de ladrillo con entramado de madera siguiendo las laderas de la cubierta de teja cerámica roja. En ambos caso se pueden visitar siempre que se haya concertado una cita. La Diputació de Tarragona ofrece, en su web, información sobre las catedrales del vino de la provincia, con las diferentes experiencias enoturísticas que pueden realizaer en ocho de estas bodegas. Así de fácil es preparar una escapada ahora que se acerca el buen tiempo.