Guillermo, María y Jesús Antonio son tres de los jóvenes que se han beneficiado del programa puesto en marcha por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo rural de Castilla y León para impulsar la cesión de explotaciones de agricultores cerca o en edad de retirarse. Según el último censo agrario de 2020, el 67% de los jefes de las 914.000 explotaciones agrarias de nuestro país contaba con 55 años o más , mientras que apenas un 4% era menor de 35 años. La lectura de estos datos es sencilla: el pilar que sostiene el sector está alcanzando o alcanzará, en el horizonte de 2032, la edad de jubilación, y los efectos de la crisis climática, que siega cada año miles de toneladas de producción agrícola; la subida de los costes; la competencia desleal que emerge desde los mercados extracomunitarios, y el gran desembolso que hay que realizar en instalaciones, maquinaria y tierras para incorporarse, no invitan, precisamente, a apostar por él. Descárguese aquí gratis la revista elEconomista Agro A estas alturas, sobra decir que vamos contrarreloj, incluso tarde. Pero, no por ello cabe dejar de buscar soluciones para hacer frente a la que se ha convertido en una de las grandes preocupaciones del sector. Una de las que administraciones que ha ideado su formulado particular, en respuesta a esta urgente necesidad y, a la par, en consonancia con el dictado del Objetivo Estratégico número 7 de la nueva PAC 2023-2027 de "apoyar el relevo generacional", ha sido la Junta de Castilla y León. El pasado ejercicio la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural convocó una línea de ayudas para fomentar la cooperación para la sucesión de explotaciones agrarias. Se trataba de una "intervención novedosa", en palabras de la titular de este departamento, María González Corral, para impulsar la cesión de explotaciones agrarias por parte de sus titulares, no mayores de 72 años y ya jubilados o en situación de jubilarse (cedentes), a profesionales del sector en activo y no mayores de 57 años, dispuestos a mantener la actividad de esos terrenos por un periodo no menor de cinco años (cesionarios). 5,7 millones para hallar un punto de encuentro Con esta línea, pionera en España bajo ese paraguas de la nueva PAC -pero que ya tuvo un antecedente similar con el cese anticipado-, el Ejecutivo castellano y leonés buscaba aquello de atinar a dos pájaros de un tiro. Por un lado, ayudar a esos agricultores más jóvenes interesados en empezar o ampliar su negocio, y, por otro, incentivar a ceder sus explotaciones a los más mayores, a menudo reticentes a desprenderse de lo que consideran suyo de toda la vida, otras veces incapaces de encontrar, por sí solos, el modo de transferirlo, con una más que atractiva oferta. Así, para quienes optaran por dar el relevo ponía sobre la mesa 5,7 millones de euros en ayudas compensatorias del coste de oportunidad que supone la cesión; en términos contantes y sonantes, entre 17.500 y los 85.000 euros distribuidos a lo largo de los cinco años del compromiso, para el bolsillo de cada cedente beneficiado. Tras contabilizarse 144 solicitudes, fundamentalmente llegadas desde las provincias de Valladolid y Palencia, explica el director general de Desarrollo Rural de Castilla y León, Jorge Izquierdo, el 57,6% resultaron favorables, lo que supone que 83 explotaciones, con una superficie en uso de unas 6.000 hectáreas, han encontrado quienes las mantengan activas . Y, además, el 30% de esos cesionarios son mujeres. Ejemplos de que se puede Guillermo Maté, de Piña de Esgueva (Valladolid); María Esteban, de Quintanas de Gormaz (Soria), y Jesús Antonio Matía, de Paredes de Nava (Palencia), son tres de los 83 que se acogieron a la convocatoria y han resultado beneficiados. Tienen 30, 37 y 35 años, respectivamente, los tres se dedican a cultivos de secano y coinciden en su valoración de la línea de ayudas abierta en su Comunidad: programas como éste son muy positivos, incluso absolutamente necesarios, para cumplir el primer requisito que exige desembarcar en el sector y que no es otro que el de tener acceso a terrenos que explotar. Más aún, si partes prácticamente de cero, como es el caso de la agricultora soriana. Guillermo Maté, de Piña de Esgueva (Valladolid) Tras los últimos 15 años trabajando en la recepción de un camping, María ha decidido "echarle narices" y hacerse cargo de más de un centenar de hectáreas de "trigo, cebada, girasol, veza, esparceta, cártamo..." que hasta ahora cultivaba su tío, Ángel Álvarez. Él, que suma 64 años y espera su inminente jubilación para noviembre, es su cedente y también su guía en este desembarco que puede parecer "un poco loco", pero que María emprende convencida e ilusionada con tres motivaciones fundamentales: trabajar para ella misma, mantener vivas tierras de legado familiar y dedicarse a algo que, en definitiva, le gusta, pese a que no concluyó la formación como ingeniera agrícola que comenzó hace años ni es "experta en tractores". El primer paso de María fue acogerse al programa de incorporación de jóvenes a la actividad agraria de Castilla y León, para posteriormente, ya como profesional activa, concurrir con su tío a las ayudas a la sucesión de la mano de Soriactiva -de Caja Rural de Soria-. Ella es fiel ejemplo de que se puede acceder al campo, pero también del papel crucial que las ayudas públicas juegan para animar esa incorporación; y es que, aún con ellas, deja claro la soriana, "si no vienes de familia de agricultores..." . En este sentido, expone retóricamente, si no hay tierras de herencia o vinculación familiar con derechos de la PAC y tienes que hacer frente a la compra o alquiler -con el inconveniente añadido de que en muchas zonas rurales es casi imposible conocer o acceder a sus propietarios-, además de desembolsar en maquinaria e instalaciones que justifiquen la incorporación, "¿cómo lo haces?". Un poco más llano tienen el camino Guillermo Maté y Jesús Antonio Matía, ambos más experimentados en lo del manejo del tractor y en las faenas del campo dado que sus respectivos padres han sido o son agricultores y no han sido pocas las ocasiones en las que han tenido que echar una mano. De la maquinaria y la automoción al campo En concreto, el vallisoletano Guillermo venía, profesionalmente, de la venta de maquinaria y reparación hasta que decidió ir cogiéndole el pulso al campo más directamente para, a futuro, hacerse cargo de la explotación familiar. En enero se resolvió favorablemente su solicitud del programa de cooperación para la sucesión de explotaciones agrarias de la Junta, que conoció gracias a Asaja y en el que embarcó a José Ramón González, de 67 años y vecino de su pueblo. El cedente, que tiene un hijo "que no quiere dedicarse al campo" , recibió de buen grado su propuesta, a la que define como "perfecta", porque "permite que jóvenes puedan entrar en el campo" mientras a él le reporta la "gran satisfacción de ver que sus tierras siguen activas". José Ramón recibirá como complemento de su casi recién estrenada jubilación "unos 10.000 euros al año" durante los cinco del compromiso, tras haber cedido alrededor de 45 hectáreas de trigo y cebada. Con ellas y con otro centenar de otro propietario, comenzó en mayo su "rodaje", ya como agricultor, Guillermo, para quien el programa regional es "bueno", sí, pero afeado por "demasiada burocracia" . En este sentido, afirma que "sin los sindicatos agrarios, un gestor o persona que entienda los papeles, es imposible". "Si quieren que esto funcione, no se pueden echar 20 horas en el tractor y 20 en despachos", afirma este nuevo agricultor en una suerte de reclamación de simplificación de la tramitación que también comparte su colega palentino. María Esteban, de Quintanas de Gormaz (Soria) Jesús Antonio Matía también conoció y tramitó su solicitud, recurriendo como cedente a su paisano de Paredes de Nava Jaime Herrezuelo, a través de Asaja, y, a pesar de la canalización del proceso a través de esta organización profesional agraria, también afirma: "los papeles y tanta tramitación es peor que el propio trabajo". Así, aunque considera el programa "muy acertado", también exige que se agilice y simplifique este joven que ha cambiado la fabricación de coches en la fábrica de Renault por el trigo, la cebada, la veza o la alfalfa. Desde abril gestiona unas 120 hectáreas, 90 de las cuales son las que le ha cedido Jaime en contrato de arrendamiento por cinco años, para ver complementada una pensión que este cedente reconoce "baja" y a la que le vendrá muy bien ese extra que, eso sí, aún está por llegar. Según el director general de Desarrollo Rural de la Junta, lo hará "ya", así que, quienes a su jubilación han decidido sembrar con el programa de sucesión de explotaciones, pronto recogerán. La Junta de Castilla y León publicará, previsiblemente antes de que finalice este mes, una nueva convocatoria de su programa de ayudas a la cooperación para la sucesión de explotaciones agrarias, con una partida de otros cinco millones de euros. Será la segunda y última ya que, como confirma su director de Desarrollo Rural, Jorge Izquierdo, con ella se agotará el presupuesto al que Castilla y León podía optar en la línea específica del Plan Estratégico de la PAC. Eso sí, incluirá algunas simplificaciones y mejoras, entre las que se cuenta la posibilidad de que el contrato entre cedente y cesionario se formalice con posterioridad a la solicitud o validar las parcelas mediante descarga directamente de la aplicación Sigpac.