La falta de lluvias y las olas de calor reducirán la vendimia en Aragón

02/09/2019
En: elperiodicodearagon.com
Digital
La escasez de lluvias en invierno y primavera y las intensas olas de calor del mes de julio van a mermar de forma considerable la vendimia en Aragón. Las dos denominaciones de origen protegidas (DOP) más grandes de la comunidad, Cariñena y Borja, prevén recoger 91 millones de kilos de uva, 60 menos que el año pasado, cuando, eso sí, Aragón registró una cosecha histórica. Por su parte, Somontano y Calatayud esperan mantener sus producciones en una campaña que se caracterizará por la «alta calidad» de la uva. En conjunto, las previsiones de las cuatro DOP rondan los 123 millones de kilos, frente a los 183 del año pasado. «El invierno y la primavera fueron muy secos y eso hizo que las cepas no tuvieran la humedad suficiente en el momento de brotar», explica el responsable del sector del vino en UAGA, José Manuel Tejero. A todo ello hay que sumar el fuerte calor, que ha lastrado el crecimiento de la uva. «El grano se está quedando muy pequeño por la falta de humedad en la tierra», lamenta Tejero, que recuerda incluso que las altas temperaturas de final de junio y principios de julio quemaron la flor en algunas zonas, impidiendo que brotara la uva. LA COSECHA COMIENZA YA / Estos episodios de calor han provocado la reducción de las previsiones de cosecha en las últimas semanas. En Cariñena, por ejemplo, confiaban en recoger a mediados de julio en torno a 75 millones de kilos, mientras que ahora estiman 66. Ahora, los viticultores solo esperan que el tiempo les acompañe en los próximas semanas, ya que afrontan su momento culminante. «Con que no caiga pedrisco casi nos conformamos», apunta Tejero, que tiene 25 hectáreas de secano entre los municipios de Aguarón y Cariñena. La granizada que cayó el pasado lunes en el entorno de Calatayud ya arrasó algunos viñedos, aunque al menos la tormenta fue muy localizada. Las cuatro DOP afrontan ya sus semanas grandes, aunque Somontano, por ejemplo, ya comenzó la vendimia el pasado 21 de agosto. En Cariñena, la gran mayoría de los viticultores empezarán esta semana y concluirán en dos meses. La denominación más grande y más antigua de Aragón prevé cosechar 66 millones de kilos de uva, un 23% menos que la media de los últimos diez años y muy lejos de los 107 millones de la campaña histórica del 2018. «La climatología no nos ha acompañado; incluso hubo heladas en abril que también nos perjudicaron», lamenta el presidente de la DOP Cariñena, Ignacio Casamitjana. Todo ello, con la escasez de lluvias como la causa principal de la caída, provocó que la brotación en esta zona fuera buena aunque «desigual y lenta», mientras que la floración también fue tardía. El cuajado, sin embargo, fue rápido y óptimo, y su estado sanitario es «muy bueno», lo que garantiza, según Casamitjana, una uva y unos vinos de «alta calidad». 14.200 HECTÁREAS DE VIÑEDO / «El agua que ha caído estas últimas semanas le ha venido muy bien a la uva», destaca Casamitjana, que recuerda que Cariñena es la mayor denominación de la comunidad con 14.200 hectáreas de viñedo y unos 1.500 viticultores. La escasez de lluvias también va a mermar la cosecha en la DOP Campo de Borja. Su Consejo Regulador prevé que este año se recogerán entre 24 y 26 millones de kilos, muy lejos de los 44 de la campaña récord del 2018 pero en línea con la media de los últimos diez años (unos 28 millones). «Aparte de la sequía el problema ha sido el calor, que ha provocado que la planta no se desarrolle tan bien», insiste el presidente de Campo de Borja, Eduardo Ibáñez, que añade que la calidad será «extraordinaria» gracias, entre otras cosas, a las últimas lluvias. La recolección en la mayoría de las 6.300 hectáreas de la denominación comenzará entre mediados y finales de septiembre y concluirá a mitad del mes de noviembre, siendo una de las más tardanas. CALATAYUD, LA MÁS TARDÍA // En el Somontano es donde más adelantada va la vendimia. De hecho, para las fiestas del Pilar ya habrá finalizado como es habitual en esta zona, según indica la presidenta de la DOP, Raquel Latre. Al contrario que Cariñena y Borja, la denominación oscense prevé mejorar las cifras del año pasado y recoger 19 millones de kilos de uva de «buena calidad», frente a los 18,7 del 2018. Siempre, eso sí, que el tiempo acompañe. «En nuestra zona la pluviometría en invierno y primavera fue normal; si no llega a ser por el intenso calor de algunas semanas de julio la cosecha sería mayor», señala Latre. Con todo, la mitad de sus viñedos ya están plantados en regadío, mientras que los de secano aún conservaban reservas hídricas del año pasado. Como es habitual, Calatayud será la denominación que más tarde empiece la vendimia. No lo hará hasta principios de octubre debido a la altura de sus viñedos (entre 700 y 800 metros de media). Según explica su presidente, Miguel Ángel Arenas, esa mayor altitud permite que la uva se enfríe más por la noche y mantenga mejor la humedad. «La floración fue buena, el cuajado perfecto y las plantas resistieron bien al calor», sostiene Arenas. Todo ello hace que la DOP estime una cosecha de 13 millones de kilos, similar a la del 2018 y en línea con la de los últimos años (entre 11 y 14). «Ahora esperamos que nos respete el tiempo; la granizada del pasado lunes fue fuerte pero muy localizada, por lo que la merma en la cosecha será mínima», comenta Arenas, que destaca que la calidad será «muy buena». En el conjunto del país, la vendimia será muy similar a la de Aragón: inferior a la media de los últimos años, pero de alta calidad. Las cooperativas y las organizaciones agrarias estiman que la cosecha será entre el 22% y el 30% inferior respecto a la campaña récord del 2018.
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