El Gobierno de Aragón ha ampliado las zonas declaradas como vulnerables a la contaminación de acuíferos por los nitratos originados por el purín de las granjas de cerdos, a través de una orden que ayer fue publicada en el BOA. Una orden que actualiza las parcelas que cuentan con esta figura de control, eliminando un puñado de ellas pero manteniendo la mayoría y añadiendo tres nuevas zonas, además de añadir otras tres. Entre ellas, Loporzano, que vive una polémica vecinal después de que el consistorio aprobara en pleno, con oposición vecinal, la construcción de más granjas por considerar que hay ya demasiadas.
Además de Loporzano, se integran los términos de Grisén, Ayerbe, Loporzano, Loscorrales, Capella, Estadilla, Fonz, Graus, Lascuarre, Secastilla, La Puebla de Castro, Cariñena, Lagata, Letux, Samper del Salz, Albelda, Alcampel, Altorricón, Belber de Cinca, Esplús, Oso de Cinca, Tamarite de Litera, Velilla de Cinca, Vencillón, Zaidín, Cubel y Abanto, Corbalán y Sarrión.
Según destacaron fuentes del Ejecutivo autonómico, esta medida de control refuerza al recientemente aprobado Decreto de gestión de purines, con el que perseguían garantizar la sostenibilidad de un sector agroalimentario en el que Aragón solo es superado por Cataluña. Con este fin, el decreto recogía la figura del centro gestor para los subproductos producidos por las granjas, desde el momento de su generación hasta su aplicación como fertilizante.
A estas regulaciones, destacaron las mismas fuentes, se suma la declaración de determinados municipios con sobrecarga ganadera en función de su producción de nitrógeno procedente de granjas, en relación con la superficie agrícola de utilidad para la absorción de nitrógeno. Lo que supone que no se autorizan nuevas instalaciones de ganadería intensiva en estas zonas que no tienen los suficientes campos para aprovechar el abono que generan, salvo que se presente un plan de gestión de los estiércoles.